La casa del último mohicano
5 agosto, 2022
Para mí, Sergio es la casa, donde quiera que esté. La de Los Robles, en Managua. En la que uno entra y ve a Tulita, allí, en el corredor, con uno de sus cuadros; y allá a la derecha, Sergio en el despacho, escuchando música mientras escribe o invitando a conversar sobre los libros. Y aunque se mudase a la zona de Santo Domingo y, más tarde, con el exilio, a Madrid, él sigue siendo esa casa de jardín con mesa y sillas generosas, casi enfrente de Ernesto Cardenal, y no muy lejos de Claribel Alegría. Allí fundamos carátula a seis manos: Sergio, Antonina Vivas y yo. Luego, se nos unieron a la aventura Francisco Ruiz Udiel y Ulises Juárez, dos de los mejores escritores jóvenes que estaban brotando en Nicaragua, dos que nos dejaron tan temprano. Con ellos también compartí la casa de Sergio.
Y mientras tanto, en sus tantas vidas como libros, ha llevado a rajatabla la creencia de que el escritor que es no se puede separar del compromiso con la vida, y que su vida no se puede separar del escritor que es. Recogió el testigo del boom que le precedía. Se hizo eco de los que gritaron: “La literatura es fuego”.
Su obra atraviesa la historia de Nicaragua y de Centroamérica, sí. Sus relatos pueden estudiarse en talleres de escritura como modelos clásicos, sí. Margarita está linda la mar es un auténtico trabajo de orfebrería, sí. Castigo divino y Adiós muchachos se seguirán leyendo mucho tiempo. Pero para mí hay una obrita suya que se quedó para siempre. Una en la que se aleja de sus temas habituales. Sara, un juego, una reinvención de la historia de Abraham, pero con la mirada de la mujer. Ella sigue a un hombre sujeto a visiones y creencias radicales. Pero ella, con todo el sentido común a cuestas, camina junto a él en el desierto, a pesar de todo. Esa mirada irónica, algo escéptica, pero leal y compañera, es la del propio Sergio hacia todo lo que pasa y lo que ocurre.
Celebro que hoy, en sus ochenta años, lejos de aquella casa, sigue siendo la casa, en la que uno entra y ve a Tulita…
Nacido en Andalucía, tiene la doble nacionalidad hispano-nicaragüense, países en los que ha trabajado en el mundo de la docencia, la cultura, el periodismo y la cooperación. Licenciado en Filología, y master en Periodismo y Derecho Internacional. Es consultor de comunicación y cooperación. Escritor, docente y colaborador en varios medios en España (como El País) y Latinoamérica (Gatopardo, La prensa, Confidencial, Etiqueta Negra, etc.) sobre temas literarios y de actualidad internacional, crisis, cooperación y desarrollo. Ha publicado, entre otros libros de antologías y colaboraciones, ensayos y relatos (Las cien Novelas para siempre del siglo XX y Si estuvieras aquí, de la editorial Icaria). Fundó con Sergio Ramírez la revista cultural Carátula www.caratula.net , de la que fue editor. Ha sido profesor de Comunicación y Humanidades, traductor y responsable de información de Médicos sin Fronteras. Ha conocido de primera mano numerosos conflictos y crisis humanitarias. Fue coordinador de la Campaña de Acceso a Medicamentos en América Latina. También ha coordinado proyectos que unen el mundo humanitario y el desarrollo con la Literatura como la serie Testigos del olvido de El País Semanal.