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La cúpula. Stephen King

1 diciembre, 2010

Si la idea de escribir La cúpula le llegó a Stephen King en 1976, como asegura, y sólo pudo retomarlo seriamente hasta 2007, sería más lógico suponer que King miente y que ha estado escribiéndola por décadas. Después de todo, 1,132 páginas (o 1,074 en la edición Simon & Schuste en inglés) contrastan con la moda de los bestsellers modernos de 200, 300 páginas, en una era de ebooks, Twitter y mensajes de Facebook. El resultado, sin embargo, es una novela deliciosa que lleva con buena pluma el universo King a sus mejores límites en años, porque hay que admitirlo, en sus más de cincuenta títulos la marca King se ha permitido libros mediocres. La cúpula no es uno de ellos.

Ambientada en un pequeño poblado de Maine, epicentro constante de las historias de este autor nacido en Portland en 1947, la historia comienza un día soleado y hermoso de otoño, cuando una avioneta en vuelo viene a pique y se parte en dos antes de explotar sobre la carretera. Esa mañana el tranquilo pueblo de Chester’s Mill queda aislado del mundo dentro de una cúpula invisible donde se estrella todo lo que choque con ella, personas son despedazadas a la mitad o les estalla el marcapasos, en fin, el interior se convierte en una pequeña cárcel sin barrotes. Pronto hará calor, faltarán los víveres y las cosas se pondrán calientes.

Quienes estereotipan la literatura de terror de King con monstruos alienígenos, muñecos diabólicos y fenómenos sobrenaturales se llevarán una grata sorpresa con este libro: vendrá la destrucción y el miedo, pero no de la cúpula, cuya única naturaleza es separar el universo de adentro del mundo exterior. El pandemonio nacerá de la propia población atrapada, de sus tensiones previas. Esta anormalidad que atrapa al pueblo entero paradójicamente libera la naturaleza reprimida de cada habitante, comenzando con la avaricia, sed de poder y falta de escrúpulos de Jim Rennie, Big Jim, convertido en alcalde por el azar y su hijo Junior y amigos adolescentes que se alzan anárquicos con el derecho de hacer lo que quieran hacer, sea violar, golpear, matar, robar o destruir. En un artículo que circula en Chester’s Mill luego de los eventos caóticos desatados por este aislamiento, se hace a la población la pregunta –digna de citarse– que si la cúpula también les ha aislado del correcto proceder y del sentido común. Porque todo el desastre y destrucción que ha ocurrido nada tiene que ver con esa extraña barrera, sino con el interior de los individuos atrapados.

Como es de esperarse, las historias del libro son muchas pero convergen en un grupo de habitantes que forman una pequeña resistencia liderada por Dale “Barbie” Barbara, un ex teniente del ejército que inicialmente era el escogido por el gobierno de Estados Unidos para administrar el pueblo durante los eventos, y juntos no sólo descubren el origen de la cúpula, sino que logran hacerle frente. ¿Qué es la cúpula? ¿Quién o quiénes la pusieron ahí? ¿Es de origen humano o extraterrestre? ¿Quiénes son los responsables que ese poblado de Chester’s Mill, antes pacífico y hasta aburrido, deviniera en una cruel forma de entretenimiento, en una vitrina desde donde es posible observar cómo cobran vida los infiernos que cada uno lleva dentro? ¿Quiénes y cuántos sobrevivirán a esta pesadilla?

Curiosa metáfora la que usa un escritor de terror para mostrarnos una visión apocalíptica de un pequeño universo atrapado en sí mismo, como si cada ciudad no fuera una cúpula o el propio planeta tampoco la fuera. King estaba claro de lo que quería: “La idea básica para La cúpula, poner una población entera en riesgo apartándola del resto del mundo, hace tiempo que estaba presente, por lo que pude convertirla en una novela de la que estoy muy orgulloso”, declaró. La crítica ha sido favorable con él, con justicia, afirmando que “es la obra de un maestro de la narración con un montón de diversión”, “gloriosa novela metafórica”, “tiene el alcance y el sabor de la literatura americana” y muchas más. Basta decir que “vale la pena leerlo”.

El ritmo de esta obra generosa en páginas es agradable, si bien en algunos momentos desciende y se esmera en reflexiones o detalles superficiales. A mi parecer, el mejor detalle de este libro son los propios personajes, todos ellos personas normales con sus propias virtudes y fantasmas. A pesar de algunos personajes menos creíbles que la mayoría, el manejo que hace King de cada personaje y la construcción de la historia de toda una población es admirable. Los lectores tienen que leer este libro, recorrer las calles de Chester’s Mill e integrarse a esta población que lucha contra algo inexplicable. Con mapa incluido y una lista de personajes con sus oficios, nada nos será ajeno. Pero cuidado, si nos atrapa la cúpula corremos el riesgo de conocer lo que yace en las profundidades de nosotros mismos, donde podemos ser quienes jamás queremos llegar a ser.

* Nota del reseñador: Literato Tienda de Libros cuenta
con las ediciones tanto en español como en inglés. ¡Bravo!

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Managua, Nicaragua, 31 de octubre de 1984 - 25 de agosto de 2017.
Autor de cinco libros de cuentos, incluyendo La felicidad nos dejó cicatrices (España y Centroamérica: Valparaíso ediciones, 2014); Los días felices (Costa Rica: Uruk editores, 2011). La Feria Internacional del Libro de Guadalajara lo nombró en 2011 como uno de Los 25 secretos mejor guardados de América Latina, un proyecto para «dibujar una ruta de las letras que se gestan a lo largo y ancho del continente, 25 voces y lenguajes para descifrar, hoy, América Latina». Cuentos suyos han sido traducidos al inglés, francés, alemán y portugués, y aparecen en antologías y revistas de los continentes americano y europeo.

En 2009 mereció una beca de escritor del gobierno mexicano en el Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y de Haití en México; y en 2015, la Beca Valle-Inclán del programa de becas MAEC-AECID de Arte, Educación y Cultura del gobierno español, para una estancia creativa en la Real Academia de España en Roma (2015-2016).

Fue cofundador, coordinador general, director ejecutivo y director asociado de Centroamérica cuenta (2012-2015); co-fundador y coordinador de Leteo ediciones, iniciativa editorial sin fines de lucro para la promoción de la nueva literatura nicaragüense. Coordinador del proyecto #Los2000, autores nicaragüenses del nuevo milenio (2012 y 2013), que reunió a diversas voces de la generación literaria del 2000. Fue jefe de redacción y editor en jefe de Carátula, revista cultural centroamericana (2009-2015) y de El hilo azul, revista literaria del Centro Nicaragüense de Escritores (2010-2015).

Fue también miembro del Centro Nicaragüense de Escritores y del PEN Internacional / Nicaragua, miembro fundador de Global Shapers Managua, parte de la comunidad Global Shapers. En 2014 recibió una beca para el Global Competitiveness Leadership Program (GCL) de Georgetown University, Washington, EE.UU., siendo el primer escritor en recibir esta distinción.