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La vida congelada de Raymundo Gleyzer

1 febrero, 2014

Hijo de inmigrantes ucranianos, Raymundo Gleyzer, el más importante realizador de cine político de su país, ya supo de antes de nacer sobre persecuciones, pobreza y muerte. Sus padres eligieron su nombre en honor al maqui francés Raymond Guyot, el que había sido asesinado por los nazis poco tiempo antes.


Nació en Buenos Aires en 1941. Sus padres militantes comunistas, fundan en su propia casa el teatro IFT (Idisher Folks Teater -Teatro Popular Judío) emblema, hasta hoy, del teatro independiente de la ciudad. La militancia política y cultural de sus padres, sin duda marcó profundamente a Raymundo desde su niñez.

A comienzo de los años sesenta abandona la Facultad de Ciencias Económicas para estudiar cine en la Escuela Superior de Cine de la Universidad de La Plata, por aquellos años, el centro de enseñanza cinematográfico más importante de país.

En 1962 realiza lo que podríamos denominar su tesis de estudiante La Tierra Quema un corto documental de apenas catorce minutos, pero absolutamente demoledor. Raymundo acompaña el momento clave de familia de Juan Amaro, un campesino del trágico sertão brasileño, que a raíz de sus eternas sequías se convierten en “retirantes”, es decir aquellos migrantes que abandonan su tierra y parte a un destino imprevisible, quizás la escena final en que el más pequeño de los hijos, descansado junto a las pocas pertenecías que trasportan, da vuelta contra la pared un imagen de Jesús, que los acompaña, en un simbólico gesto de sentirse abandonados por todo. Tierra quenada, guiará, como una rosa de los vientos todo el trayecto como hombre y cineasta de Raymundo Gleyzer.

El film lo había iniciado junto a su amigo Jorge Giannoni, quien abandonará el proyecto apenas iniciado. Raymundo conseguirá la ayuda del director de fotografía brasilero Rucker Viera. Poco antes de terminar el rodaje estalla el golpe militar contra el presidente Joao Goulart. Gleyzer abandonará Brasil dado que su vida empezaba a correr peligro. Consigue llegar a la Argentina  con su cámara y todo el material filmado.

En ese mismo año también realiza otro corto profundamente político El ciclo, una visión neorrealista, de jóvenes de la alta burguesía porteña, que entre fiestas y picadas de automóviles, dejan entrever su relación con Tacuara una organización  la ultra derecha, que por esos años habían asesinado al joven judío Raúl Alterman, a quien se hace mención en el film. El Ciclo hace referencia a la vida de estos sectores que como en una rueda de intrascendencia comienzan y terminan en las mismas actitudes banales.

Su obra se puede marcar con tres fuertes rasgos, que nunca escaparan de una mirada fuertemente política, contestataria y rebelde.

El primer periodo lo podríamos denominar “Etnológico”, pero donde carga fuertemente su visión política de la realidad, en el que se inscriben Ocurrido en Hualfin, y QuilinoCeramiqueros tras la Sierra, films que van desde 1964 al 1966, codirigidos con Jorge Prelorán.

Los tres films, de carácter documental, el Fondo Nacional de las Artes, se internan en poblaciones alejadas de los grandes ambientes urbanos. En donde no se busca una idealización complaciente, ni adulaciones, ni demagogia. En los tres films se reconstruye las fuertes tradiciones que no habían sido modificadas ni siquiera por la presencia arrolladora del Peronismo.

Hualfin es un valle de la norteña provincia de Catamarca, donde la cámara de los jóvenes documentalistas sigue la vida  de sus pobladores, a través de la imagen de primeros y medios planos, buscando las expresiones casi siempre graves, reconcentrados de estos hombres y mujeres, que van adquiriendo la rudeza de la propia geografía, seca y tórrida.

No faltan las coplas, interpretadas por Temistocles Figueroa, un hombre de ochenta y cuatro años, siempre añorando, siempre con nostalgias, de sentirse ciertamente náufragos en un territorio hostil, pero irremediablemente propio, al que le pertenecen y les pertenece. Los pobladores tímidamente relatan la falta de trabajo, la explotación y la injusticia a los que fueron sometidos históricamente, rescatados solamente  durante el interregno peronista.

En Quilino  una pequeña localidad cordobesa, que vivía de la venta de sus artesanías, a los pasajeros que viajaban en los trenes que pasaban por el pueblo. El levantamiento de dicho ramal  genera angustia en los pobladores, que ven desaparecer sin otras alternativas su fuente de trabajo. El último film de este periodo iba a ser Ceraminqueros de Traslasierra, que realizaría junto a Ana Montes y se refleja la vida y trabajo de los artesanos alfareros de la región de Achala al norte de la provincia de Córdoba. La cámara se detendrá en la obra de la artista Alcira López, quien todavía usaba las técnicas aprendidas de sus mayores de indígenas.

Cuando en Argentina estalla el golpe militar que derroca al presidente Humberto Illia, Raymundo considera que debe disimularse y comienza lo que podría llamar su segundo  periodo marcado por su trabajo periodísticos, para la Secretaría de Turismo de su país, los canales 7 y 11 de Buenos Aires y también realizó una serie de documentales para la televisión alemana. Llegó a filmar en las islas Malvinas ese material fueron utilizados para la realización de dos films sobre la gesta Malvinas, historia de traiciones (1985) de Jorge Denti y Hundan al Belgrano (1986) de Federico Urioste. Como camarógrafo también participo en la realización del film de Bebe Kamín Adiós Sui Generis (1975), la última presentación del legendario dúo Suis Generis, formado por Charly García y Nito Mestre.

En 1970 Raymundo filmó una de las películas más importante de su cinematografía México la revolución congelada. En Nueva York había conocido a Bill Susmann, que además de productor era un hombre fuertemente comprometido con la lucha de los pueblos y los derechos humanos, miembro de la  mítica Brigada Abraham Lincoln que combatió contra el fascismo en la Guerra Civil Española, donde fue herido en combate, sus actividades políticas los llevaron obviamente a ingresar a las tenebrosas listas del macartismo. Más adelante fundaría el “Comité de Emergencia para la Defensa de los Cineastas Latinoamericanos” para intervención  frente a las dictaduras de Chile y Argentina, exigiendo por la libertad de muchos de sus colegas.

La amistad entre Raymundo y Susmann los decidió finalmente a trabajar juntos en un film sobre México. Esa sería la idea primigenia México, la Revolución Congelada (1971), en el equipo de producción participaría el cineasta mexicano Paul Leduc.

En este film se denuncia la burocratización de la revolución mexicana, secuestrada por la burguesía y el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El film se estructura a partir de la masacre de Tlatelolco en 1968. Además de prohibir la exhibición en México, el presidente Luis Echeverría, declaró a Gleyzer, persona non grata.

Devuelta en su país Raymundo asume posiciones mucho más combativas e ingresa al PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Argentina) una organización que propugnaba por la lucha armada una de las grandes controversias de los partidos y organizaciones progresistas de Argentina por esos días.

Raymundo, articulará su oficio con la militancia política haciendo diferentes trabajos como Swift, donde se cuenta el secuestro de Stanley Sylvester, cónsul honorario británico y gerente en la planta del frigorífico Swift en Rosario, fue secuestrado por fuerzas del PRT-ERP el 23 de mayo de 1971 el cónsul sería canjeado por la reincorporación de 800 trabajadores despedidos del frigorífico, el pago de los salarios adeudados y la entrega de 25 millones de pesos en alimentos, frazadas y útiles escolares entre los obreros y en villas de emergencia y escuelas de la zona.

Es en esos años que nace la idea de rodar su único film de ficción Los Traidores. La búsqueda de Raymundo, lo que se podría considerar el tercer período.

Durante las semanas que rodó Los Traidores también filmo un corto sobre la masacre de Trelew: Ni olvido ni perdón. Una ejecución extrajudicial, contra un grupo de 19 militantes políticos que horas antes había protagonizado una extraordinaria fuga, de la que una parte del grupo no pudo completar. Al regreso al penal de la Base Naval de la ciudad de Trelew, se fraguó un nuevo intento de fuga, por lo que fueron fusilados los militantes recién recapturados, solo tres lograron sobrevivir. Para este corto Glyzer, utilizó material de archivo de la conferencia de prensa que parte de los fugados que no llegaron a tiempo de abordar un avión, dieron en el aeropuerto, antes de su recaptura.

Los Traidores, (1973) se centra en jóvenes militantes peronista de los años ’60 y, la transformación moral, que van sufriendo a medida que va acumulando poder. Y como a partir de prebendas van abandonando sus consignas tanto políticas como éticas. En el tiempo que se sucedía Los Traidores, en la Argentina se había establecido una larga y sangrienta controversia entre la burocracia sindical y los sectores políticos que mantenía sus convicciones de izquierda. En este film, Gleyzer arriesga dos maneras de entender esta parte de la historia: el primer lugar muestra la parte real de la situación, la más concreta de forma documental, al tiempo que la acompaña con una visión profunda y sensible. Ambas son funcionales y se amalgaman en un relato ficcional que deja a la vista claramente los ideales de Raymundo.

Cine de la Base y final

1973 será el año en que Raymundo Gleyzer funda el grupo Cine de la base, una organización de cineastas marxista, similar a la creada por los cineastas de origen peronista Cine Liberación fundado por Octavio Getino, Gerardo Vallejo y Pino Solanas, este último hoy, después de haber traicionado a sus compañeros torturados, muertos y desaparecidos, es socio menor de los grandes monopolios económicos que prohijaron la dictadura.

Cine de Base se propuso difundir sus trabajos entre quienes consideraban sus mismos protagonistas, los sectores marginados y excluidos, obreros y campesinos. El proyecto era crear una red que llegara a todo el país, y que funcionara a la vez como una distribuidora.

Al tiempo que rodaba Me matan si trabajo, si no trabajo me matan (1974) Raymundo Gleyzer denuncia el conflicto de la fábrica Insud: donde sus trabajadores sufren de saturnismo por las penosas condiciones laborales en que deben desarrollar sus tareas.

Para 1975 la Argentina, había iniciado su descenso a los infiernos, sin duda Gleyzer ya había sido detectado por diferentes organizaciones paramilitares que funcionaban en el país con absoluta libertad como La Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y era consiente que su vida estaba en peligro. Tras la vuelta de un viaje a Nueva York, Raymundo es secuestrado el 27 de mayo de 1976, su casa apareció abierta y saqueada, algunas versiones confirman que fue visto en el campo de concentración el Vesubio junto al escritor Haroldo Conti, quién también continúa desaparecido, como otros treinta mil compatriotas.

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Buenos Aires, Argentina, 1955.
Escritor, periodista y crítico de cine, especializado en problemáticas (violencia social, política, migraciones, narcotráfico) y cultura latinoamericana (cine, literatura y plástica).

Ejerce la crítica cinematográfica en diferentes medios de Argentina, Latinoamérica y Europa. Ha colaborado con diversas publicaciones, radios y revistas digitales, comoArchipiélago (México), A Plena Voz(Venezuela), Rampa (Colombia),Zoom (Argentina), Le Jouet Enragé (Francia), Ziehender Stern(Austria), Rayentru (Chile), el programa Condenados al éxito en Radio Corporativa de Buenos Aires, la publicaciónCírculo (EE.UU.) y oLateinamerikanisches Kulturmagazin (Austria).

Realiza y coordina talleres literarios y seminarios. Es responsable de la programación del ciclo de cine latinoamericano "Latinoamericano en el centro" , uno de los más importantes del país, que se realiza en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires.

Ha publicado la colección de cuentos El Guerrero y el Espejo(1990), la novela Señal de Ausencia(1993) y La guerra de la sed (2009),con prólogo de Sergio Ramírez.

Es colaborador de la sección de "Cine" de Carátula.