Las marimbas del infierno: ecos, sueño y frustraciones

1 octubre, 2011

Dentro del Festival Ícaro 2011 impulsado por Luna Films, se destaca una película de ficción guatemalteca llamada Las marimbas del infierno. El realizador, Julio Hernandez, obtuvo los premios a la mejor película y mejor director. Las marimbas del infierno es una propuesta que busca entrelazar las tradiciones con la globalización en una realidad de pobreza asfixiante. Es también una propuesta de producción con mínimos recursos y máxima imaginación. Miguel Ayerdís escribe una crítica ligándola al Nuevo Cine Latinoamericano y a las influencias que el cine europeo tuvo sobre este.


(Trailer – Tomado de YouTube)

Cuando el espectador mira Las marimbas del infierno, segundo filme del realizador guatemalteco, Julio Hernández, surgen dos preguntas inmediatas ¿Por qué ese diseño de producción? ¿Es por facilismo o existe algún propósito estético particular? Un primer acercamiento a estas respuestas pueden encontrarse en su primer filme, Gasolina (2009), en el cual se observa un estilo parecido e incluso más atrevido en términos del uso de los recursos del lenguaje narrativo interpretado por algunos como falencias y no como recursos estéticos y/o dramáticos.

Para nadie es secreto que las limitaciones financieras han condicionado históricamente cualquier estrategia de producción audiovisual en América Central. Razón por la cual la creatividad y el uso racional de los recursos ha sido una constante en los filmes de la región ¿es nuevo esto en el cine entre los productores latinoamericanos? Claro que no. Para evocar una época dorada de la cinematografía en nuestra región, vale la pena retrotraernos al cine militante, el nuevo cine latinoamericano, donde aquellos míticos realizadores, desde Pereira Do santos, Rocha, Birri, Solana, Getino hasta Sanjinés (para mencionar algunos) desarrollaron una estética cinematográfica signada por las limitaciones presupuestarias y sus producciones llevan la impronta de esa condición, sin que eso mermara su capacidad artística creativa para expresarse.

La visión militante comprometida con las causas sociales y el aprovechamiento de experiencias cinematográficas europeas, como el llamado cine experimental, el documentalismo de Grierson, Flaherty y Cavalcanti, el realismo francés de Renoir y el neorrealismo italiano, sirvieron de guía a los realizadores de nuestra región, para elaborar una estrategia cinematográfica personal,  que combinara un presupuesto limitado con sus propósitos sociales,  político y estético. Eso es lo que está detrás de filmes míticos como “La hora de los hornos (Solana y Getino, 1968) y Yawuar Mallku (Sanjinés, 1969).

Guardando las distancias necesarias, Hernández demuestra en sus dos filmes, un estilo personal de narrar una historia en el cine. En Las marimbas… se observa un deseo de expresarse con los medios de que dispone y demuestra que no se siente incómodo en hacerlo, porque ese es su estilo que se acomoda a las limitaciones presupuestarias.

El uso de ángulos y encuadres poco convencionales, el “descuido” en la continuidad, la desprolijidad de la puesta en escena, el uso de actores no profesionales y el abandono del guión, están en la línea de la más pura tradición cinematográfica latinoamericana. La temática de corte social, narrada desde el punto de vista de los marginados por el sistema capitalista, es otra de las coincidencias con esa tradición.

La historia Las marimbas… está basada en hechos de la vida real. Es el testimonio de un marimbero (Alfonso) quien, acosado por las extorsiones de las pandillas y por la indiferencia social, en un acto de desesperación decide probar una nueva experiencia de trabajo. Abandona todo y con su instrumento de trabajo (la marimba), como Ricci y su bicicleta en Ladrón de bicicletas, se lanza a una aventura incierta pero reconfortante, ya que tiene las posibilidades de seguir haciendo lo que sabe hacer: tocar marimba.


Un sueño compartido por el resto de miembros del grupo: Chiquilín, un vago con un futuro que reparte entre el arribismo y el consumo de sustancias alucinógenas y Blacko, un médico frustrado amante de la música rock, que busca recobrar su autoestima herida por los fracasos y el desprecio social. El proyecto de fusionar los ritmos de la marimba con el rock atrae a los tres y les da el aliciente adicional de reto.

A pesar de los esfuerzos realizados para crear las condiciones de su gira artística, el sueño se ve frustrado al chocar con convenciones sociales discriminantes, donde las apariencias valen más que las virtudes. Este tema es recurrente en el filme, ya que los protagonistas se encuentran con el obstáculo de las convenciones: el médico es discriminado por su forma de vestir; el Chiqui tiene que cambiar de ropa para negociar un contrato, al final son echados sin poder cantar en su primera presentación.

Para finalizar, es digno de destacar el reparto de actores. En su mayoría no son profesionales, siendo su actuación “natural”, tal como se comportan de manera cotidiana. Pertenecen a estratos sociales populares. En este aspecto hay una coincidencia con el neorrealismo italiano, movimiento cuyas características incorpora el uso de actores no profesionales, en algunos casos utilizaba a los mismo protagonista de los hechos reales y en los mismo lugares o escenarios donde ocurrieron (caso de Paisa y Roma ciudad abierta). En el filme Las marimbas, Don Alfonso es el mismo personaje de la historia real que actúa en el filme.

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Managua, Nicaragua, es graduado en Arte y Letras por la Universidad Centroamericana (1992), ha realizado estudios de postgrado en Historia y estética de la Cinematografía en la Universidad de Valladolid, España (1994). Es Master en Historia de Ibero América por la Universidad Internacional de Andalucía, España (2002) y Doctor en Historia de América Central por la Universidad de Costa Rica (2009).

En la actualidad se desempeña como docente en la Universidad Centroamericana impartiendo las cátedras de Historia de Nicaragua e Historia Contemporánea.

Pertenece al equipo de Investigación del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, institución adscrita a la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua.

Ha escrito artículos sobre cine, artes plásticas y cultura en general en revistas nicaragüenses y centroamericanas. Su libro: Publicaciones periódicas, formas de sociabilidad y procesos culturales en Nicaragua (1884-1926), editado por el Banco Central de Nicaragua, ganó el Premio Nacional de Historia Sofonías Salvatierra, 2002).