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Mar gruesa. Martin Amis

1 agosto, 2011

Leí por primera vez sobre Martin Amis cuando buscaba en donGoogle un libro de Georges PerècLa vida: instrucciones de uso. Un libro de difícil clasificación porque además de que objetos y personas convergen en el mismo lugar, es un libro que no cabría fácilmente en los catálogos editoriales por su estructura narrativa. Eso ya más de dos años. Pero volviendo a Martin Amis, recuerdo que el primer libro que leí fue El libro de Rachel, publicado también por Anagrama y que por falta de dinero y de no encontrarse en las librerías del país me vi obligado a descargar e imprimir una edición pirata personal. En ese libro, con el que Amis debutó como un “brillante novelista”, rinde cuentas de sus lecturas e historias personales a través de Charles Highway, que a falta de una identidad propia se inventa una a través de la escritura de esta novela, contando cada situación que lo va asaltando casi a sus veinte años.

Mar gruesa está compuesto por nueve relatos que fueron escritos en diferentes años, y publicados en revistas como Granta, New Yorker, New Statement, entre otras. Siempre vuelvo a leer (por el obvio interés de retratar las dos caras de la moneda en la literatura) Un peldaño en la carrera, donde Alistair, el personaje principal, intenta colocar un guión en una efímera revista, mientras Luke, el escritor de los premios y los aplausos disfrazados de envidia, goza de buena fama y se aprovecha de ello a tal punto que no tiene que molestarse en negociar con los editores la publicación de su último Soneto (mal escrito, por cierto), porque para eso están los agentes literarios.

En Mar gruesa, los personajes están claros de su existencia, porque las líneas y entrelíneas de la prosa de Martin Amis son lo bastante suficiente para crear historias no solamente dotadas de experimentos lingüísticos, sino de una manera descarnada en exponer (como en una galería de arte) su particular visión de las cosas. Un experimento donde convergen todas las categorías que encierran al hombre moderno, desde el llamado realismo urbano hasta el humor negro inglés del que muchos editores hacen solemne reverencia. Asimismo, Martin Amis se adentra a “un mundo al revés, en el que los poetas y los guionistas de Hollywood intercambian los papeles, o en el que los heterosexuales son los «raros», los marginales, y tienen sus revistas y sus clubs, y algunos asumen su condición” y la confrontan con la condición de los otros.

Nueve relatos, nueve historias, ninguna parecida a la otra, salvo por la destreza narrativa de su autor, que nos conducen a túneles habitados por el desenfreno de la vida y por lo que, a pesar de estar a la vista, todavía ignoramos: la muerte; pero la muerte insinuada por el hombre moderno y su entramado social.

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Es autor del libro Viaje al reino de los tristes (2010), y Los jóvenes no pueden volver a casa (2017). Su trabajo aparece en distintas revistas y antologías de Iberoamérica.