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Memorias del agua. Francisco Ruiz Udiel

1 abril, 2011

Memorias del agua es el segundo poemario del desaparecido poeta nicaragüense Francisco Ruiz Udiel (1977-2010), cuyos textos ahondan en temas ontológicos recurrentes. En este libro vemos a un niño jugueteando con el agua, con la memoria del olvido, que juega a sentirse adulto para ver a través del reflejo del agua al hombre en que Francisco se ha convertido.

El libro está dividido en tres secciones: Signos del agua, Último infierno y Despertar del agua. En la primera cada poema va configurando y descifrando lo que el agua en sí materializa en el ser humano, cuya pesadumbre (¿consciente?) viene cargada de los restos de un ser que solo en el agua reconoce su rostro para olvidar a su padre, “al amigo que antes de morir / plantó una semilla en el fondo de una botella”. La segunda sección, a través de breves relatos que preceden a los poemas, nos muestra el escenario de sus vicisitudes; donde la arena, la roca, el reencuentro, la hierba y el tiempo median entre cada acto que se aventura a cometer el lector. Despertar del agua es un llamado al hombre para que despierte del agua, de lo que en la anterior sección aconteció: Tardes de lluvia que se vuelven veranos, y poemas escritos sobre el agua, por mencionar algunos ejemplos.

“Al agua en sí —nos dice Francisco—, / su sustancia, no es a quien tememos”. Hay en este libro la mirada de un niño perdido que se acerca a la fuente para abrazarse a sí mismo. Ya no es sino la soledad del otro la que se muestra, ni el otro que respira a través de él, sino Francisco bebiendo del agua de la poesía, la sustancia transhumana: “Llo-ver es la imagen doble de sí, del yo en el filo de la vida, es verse a uno mismo en la tristeza del agua”.

Si con Alguien me ve llorar en un sueño, su primer libro, Francisco persigue la sombra de los álguienes, guiado siempre por Andrés, su alteregocon Memorias del agua se rencuentra con el mayor de sus temores: la infancia. Le toca alejarse de sí mismo y perseguir al hombre que solo en el agua puede descubrir su rostro. Nos muestra el camino al reino de su infancia y el de la memoria, derramándose sobre el papel.

Este es un libro que perdurará en la memoria de sus lectores. Su lectura puede influenciar en demasía. Detrás de cada gota de agua está la sombra de un niño que camina en silencio por la Calle Clavel. ¿Qué más puede pedir la poesía nicaragüense de este siglo?

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Es autor del libro Viaje al reino de los tristes (2010), y Los jóvenes no pueden volver a casa (2017). Su trabajo aparece en distintas revistas y antologías de Iberoamérica.