Nada es para siempre

Nada es para siempre. Memorias de un dadaísta. Jotamario Arbeláez, Bogotá, Colombia, Editorial Aguilar

1 junio, 2008

En 1956 el poeta colombiano Gonzalo Arango (1931-1976) retiró el revólver que apuntaba a su sien derecha, sacó una pluma y comenzó a redactar el “Primer Manifiesto Nadaísta”. Este movimiento se basó principalmente en ideas radicales del nihilismo y en una postura incendiaria frente a la sociedad académica, moralista y aristocrática de Colombia.

Ernesto Cardenal dice que los nadaístas eran poetas extravagantes. Él los conoció antes de 1965 cuando vivió en Colombia como seminarista. Ya en su regreso a Nicaragua mantuvo una relación estrecha a través de cartas con Jotamario y Arango.
En sus inicios los nadaístas hacían convulsionar al público, cuenta Jotamario Arbeláez, uno de los sobrevivientes de esa gran aventura que promovió en Colombia el desarrollo poético en los años sesenta. Criticados incluso de pervertidos sexuales, el movimiento se hizo de manifiestos que expresaban su repudio al trabajo, considerado un atentado contra la dignidad de la poesía. Al mismo tiempo consideraban la vida como algo superior a cualquier fracaso.
Gonzalo Arango fue quien inyectó el ánimo al grupo de iniciados y él mismo se anunciaba como “El profeta” o “El monje loco”.

El nadaísmo, narra Jotamario, fue una sociedad secreta que se hizo mucha publicidad. Tanto éxito tuvo esta especie de Vanguardia que los Jesuitas de la Universidad Javeriana de Colombia hicieron de Jotamario un Catedrático de Nadaísmo en el Postgrado de Literatura. Su marketing literario consistía en anunciar una “Revolución al servicio de la barbarie, una aventura al servicio de lo maravilloso” y también anuncios de bebidas en el mercado: “Tome nadaísmo y pida la tapa”.

Ernesto Cardenal sonríe y dice: “había uno del dadaísmo que se llamaba X-504 o algo así como un número”. En realidad se trataba de Jaime Jaramillo Escobar. Y así se fueron sumando otros poetas como Dariolemos, Amilkar U, Armando Romero (que ahora vive en Estados Unidos) y el mismo Jotamario, quien afirma: “Nada es para siempre y esto lo comprueban las erecciones”. Si pensamos bien, aún estamos a tiempo de conocer este movimiento que puso al revés un país capaz de reír en medio de muchas tragedias.

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Estelí, Nicaragua 1977 - Managua, 31 de diciembre de 2010.
Realizó estudios de poesía bajo la tutela de su mentora, la poeta nicaragüense Claribel Alegría, discípula del Nobel español Juan Ramón Jiménez.

Ha publicado el poemario “Alguien me ve llorar en un sueño” (Premio Internacional Ernesto Cardenal de Poesía Joven 2005). También publicó “Retrato de poeta con joven errante”, antología poética de su generación con prólogo de Gioconda Belli. Su poesía aparece en las antologías “La poesía del siglo XX en Nicaragua” (Editorial Visor, España 2010); Antología de poesía nicaragüense: Los hijos del minotauro (1950-2008) (Revista TRILCE, 2009) y en la Antología del IV Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (Trilce, Villahermosa, 2008). Poemas suyos aparecen además publicados en las revistas “Karavan” (Suecia, 2006); Revista Oliverio (Argentina, 2005); Revista Maga (Panamá, 2005); Revista “Lichtunten” (Alemania, 2009); Revista Nómada dirigida por Jorge Boccanera (Argentina, 2008); Revista Prometeo (Medellín, Colombia, 2008) y en la memoria poética del Encuentro “El vértigo de los aires”: Poesía Iberoamericana (México, 2009) y las memorias del I, II, III, IV y V Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua).

Asistió como invitado a diversos Encuentros y Festivales poéticos internacionales, entre los que figuran: V Festival “La poesía tiene la palabra”, Casa de América (Madrid, España, 2005); IV Festival Internacional de Poesía de El Salvador (San Salvador, 2005); XXII Festival Internacional de Poesía de La Habana (Cuba, 2007); Fiesta Literaria de Porto de Galinhas, Estado de Pernambuco (Brasil, 2007); XVIII Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia, 2008); IV Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (Villahermosa, México, 2008); Festival Internacional de Poesía de Costa Rica (San José, Costa Rica, 2009); Encuentro Iberoamericano de poetas en el Centro Histórico 2009: El vértigo de los Aires (México, 2009); VII Festival Internacional de Poesía de Granada (España, 2010).

Su poesía ha sido elogiada por célebres poetas y escritores como Jorge Boccanera, Waldo Leyva, Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal. Según el crítico peruano Julio Ortega, Ruiz Udiel se cierne como uno de los herederos de la poética latinoamericana y según el crítico francés Norbert-Bertrand Barbe, "de todos los nuevos poetas de Nicaragua, Udiel es sin duda uno de los que tiene mayor voz propia".

En 2004, junto al escritor nicaragüense Ulises Juárez Polanco, fundó Leteo Ediciones, proyecto sin fines de lucro que promueve la literatura joven de su país. Entre las publicaciones como co-editor se encuentran: Memoria poética: Poetas, pequeños Dioses (Managua, 2006); Sergio Ramírez: Perdón y olvido, Antología de cuentos (1960-2009), (Managua, 2009); Claribel Alegría: Ars Poética (Managua, 2007); Missael Duarte Somoza: Líricos instantes (Managua, 2007) y Víctor Ruiz: La vigilia perpetua (Managua, 2008).

Antes de su prematura muerte trabajó como editor de Caratula, revista cultural centroamericana dirigida por Sergio Ramírez.

También era periodista colaborador de la sección Variedades de El Nuevo Diario, de Nicaragua, y laboró como relacionista público del Centro Nicaragüense de Escritores.

Era miembro de la Red Nicaragüense de Escritores y Escritoras (RENIES); miembro de la Red Internacional de Editores y Proyectos Alternativos (RIEPA) y miembro del PEN INTERNACIONAL por el capítulo de Nicaragua.