
Pausas, de Nadia Contreras
2 diciembre, 2024
Los versos de “Pausas”reflexionan sobre el paso del tiempo, la fragilidad de la existencia y la disolución de lo que fue. En la primera parte, el “cielo desgarrado” y las “selvas aniquiladas” nos recuerdan un paisaje desolado, donde el tiempo y la muerte parecen devorar el mundo creado. La pregunta sobre si «nunca regresamos» refleja la incertidumbre sobre el destino final de lo vivido y los sueños, dispuestos a desvanecerse en el olvido. En las siguientes secciones, la memoria y la identidad son materia para reflexionar. El yo poético nos llama a pensar en la fragilidad humana y la lucha por encontrar sentido en el mundo. La figura del alma, que se despliega y se agita en la penumbra, refleja ese proceso constante de transformación y búsqueda en un mundo que avanza sin promesas de consuelo. El «eco de lo que no fuimos» subraya la fugacidad de nuestra existencia.
I
Dijiste:
en la piel, bajo el cielo
desgarrado, se aniquilan selvas.
¿Recuerdas cómo caen las hojas marchitas?
Como vestigio flotante,
nuestra historia se disuelve.
Las paredes,
—espejos fracturados—,
languidecen,
mientras el polvo
se aferra a las rendijas de la noche.
En la penumbra
miremos el hogar vacío,
los árboles trazan senderos,
el futuro oprime como una losa.
¿Y si nunca regresamos?
¿Si los sueños se disipan
y al final solo queda
el eco de lo que no fuimos,
y esta historia se desvanece
en la corriente?
II
Recuerdo tus ojos,
fragilidad que se dibuja en el aire.
¿Acaso no ves el horizonte gris
que devora el aliento?
En páginas hendidas
dibujamos mundos
y las horas avanzaron, indiferentes.
¿Qué permanece de nosotros
en el descenso?
¿Podríamos encontrarnos aún
en la piel líquida del sigilo?
Aquí no hay voces,
sólo ecos.
Mira:
la bruma se alza
y desaparece sin dejar rastro.
III
Despierto, piedra sin saberlo, en una quietud que nunca supo romper el pulso de la tierra. Dormí como duermen las raíces en las sombras, envuelta en el ciclo de un invierno que no es mío, con mil cristales tallados sobre la piel.
¿Quién puede realmente irse cuando algo aún se aferra en las manos? Hay un hueco que sigue mordiendo como el viento entre las piedras, y al abrir los ojos, no soy ni nube ni raíz. Me acerco al borde de mí misma, rasgando el aire, un alma que apenas empieza a recordar su forma. Sin embargo, el vacío pesa, como el eco de aquello que se quedó en el límite.
Pero no pienses que el aire me sostiene. En este renacer no hay promesas, sólo una ofrenda invisible que me guía sin tocarme.
IV
Donde la vida
se congeló,
cada grieta
sostiene su peso.
Muebles
—relicarios del olvido—,
guardan fragancias.
Si me dices:
un eco de risas infantiles
se transforma en melodía
¿podremos hallar
nuevos pasillos,
murmullos,
la ternura
del amante
que no se marcha?
En la claridad,
la casa
contiene el aliento;
el aire la envuelve,
se entrelaza
como una túnica
de roce imperceptible.
V
El alma se agita en la penumbra, su esencia emerge. En la revelación, se configura, se despliega como un lienzo en blanco, mostrando sus capas. Quizá el alma sea una puerta que se abre sin motivo o el mirador donde las sombras se extienden, enredándose en el aire pesado.
—“El alma, como la sombra, busca un lugar en el laberinto”, dices.
Has contemplado las hojas caídas del tiempo, esas que narran recuerdos de lo que fue y de lo que se desvanece.
—“¿Es el anhelo de resurgir como el fénix?”, te pregunto.
—“En el corazón del caos hay un murmullo de orden, un atisbo de luz que se abre. Persigue el aleteo”.
Cada batir imprime su huella en el fluir del tiempo.
Quesería, Colima, 1976. Escritora, académica, tallerista y gestora cultural. Es fundadora y directora de Bitácora de vuelos ediciones, revista de literatura y sello editorial en formato físico y electrónico. En 2020 obtuvo la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) para proyectos digitales del programa «Contigo en la distancia». Becaria del PECDA Coahuila, en la categoría Creadores con trayectoria, género Poesía (2016-2017; 2021-2022) y galardonada con diversos premios estatales y nacionales. En 2014 el Congreso del estado de Colima le otorgó la presea Griselda Álvarez Ponce de León por su trayectoria en la literatura. Su obra ha sido traducida al inglés, portugués e italiano. Escribe para diferentes medios nacionales y extranjeros. Sus libros más recientes en el género de poesía son: La niebla crece dentro del cuerpo y La luz es un efecto óptico. Antología de poemas (2003-2022). Es Coordinadora de Literatura del Instituto Municipal de Cultura y Educación Torreón.