Bru Rovira

Pláticas – Contar bajo el fuego: Bru Rovira (Barcelona)

1 octubre, 2007

“En las jefaturas del periodismo hay gente para los que la vida de las víctimas sólo son un producto para emocionar a la audiencia.”


¿En qué conflictos has estado en los últimos años?

En los últimos años los conflictos que más he visitado han sido los africanos, entre ellos Sudán y Congo. Pero actualmente estoy trabajando sobre temas más generales como los “grandes retos de la globalización”, y entre esos temas trato los problemas del acceso a la medicación porque muestra la dualidad entre un mundo que investiga y se medica para enfermedades del envejecimiento, y un mundo cada vez mayor donde las enfermedades y los pacientes permanecen en el olvido.  Para ello he estado en países como Chad, Bolivia, Camboya.

¿De cuál de ellos te ha sido más difícil informar de la situación?

Del conflicto en Congo, porque no existe ningún interés en conocerlo, y mucho menos cuando se habla de sus matices. Al no estar “de moda”, cuesta mucho conseguir informar sobre ello. En el interior del país además es muy complicada la movilidad por la inseguridad y la falta de infraestructuras.

En Chad también tuve problemas, porque hay demasiados conflictos políticos y falta de libertad de las poblaciones afectadas. En la zona petrolera, por ejemplo, fui detenido mientras estaba con una parte de la población civil que protestaba en ese momento para que el dinero del petróleo revirtiera en la lucha contra la pobreza.

¿El enviado especial, el reportero de guerra son tipos hechos de otra pasta?

Hechos de otra pasta periodística. Es decir, curiosidad y vocación. Amor por el terreno, libertad personal. Luego esta pasta se va moldeando: unos terminan siendo muy cínicos, otros unos depresivos; bastantes, mercenarios…algunos se salvan y lo que ven les hace más sabios y les “cabrea” todavía más, si cabe, con las jefaturas del periodismo, gente que ve la vida en blanco y negro y no tienen ningún interés por la complejidad de los conflictos y la vida de las víctimas que sólo son un producto para emocionar a la audiencia.

¿Qué sueles hacer cuando vuelves a tu casa después de haber presenciado una crisis humanitaria? ¿Te duermes, te emborrachas, sueñas, escribes…?

Me siento en el sofá de casa sin hacer nada. Pasan las horas. Poco a poco me levanto y empiezo a recorrer las habitaciones y recupero los escenarios familiares, los objetos. Procuro no pensar, mudar una vez más la piel. Dejar en el papel, en las fotos, lo que llevo conmigo: sacarlo trabajando, en esta escritura privada. Prefiero no hablar con nadie de lo que he visto. Y poco a poco, vuelvo a la vida normal: voy a nadar a la piscina, ayudo a mi hija a hacer los deberes, ceno con los amigos.

¿Se puede conciliar una vida en familia y después ir a la guerra?

La vida familiar se puede conciliar si consigues el respeto por lo no compartido y la complicidad por estos sentimientos que te separan. No resulta fácil. Uno piensa a veces que sería mejor vivir en la secta: que el afecto y la amistad sea con los de la tribu de periodistas, pero tampoco funciona…     

Comparte en:

Nacido en Andalucía, tiene la doble nacionalidad hispano-nicaragüense, países en los que ha trabajado en el mundo de la docencia, la cultura, el periodismo y la cooperación. Licenciado en Filología, y master en Periodismo y Derecho Internacional. Es consultor de comunicación y cooperación. Escritor, docente y colaborador en varios medios en España (como El País) y Latinoamérica (Gatopardo, La prensa, Confidencial, Etiqueta Negra, etc.) sobre temas literarios y de actualidad internacional, crisis, cooperación y desarrollo. Ha publicado, entre otros libros de antologías y colaboraciones, ensayos y relatos (Las cien Novelas para siempre del siglo XX y Si estuvieras aquí, de la editorial Icaria). Fundó con Sergio Ramírez la revista cultural Carátula www.caratula.net , de la que fue editor. Ha sido profesor de Comunicación y Humanidades, traductor y responsable de información de Médicos sin Fronteras. Ha conocido de primera mano numerosos conflictos y crisis humanitarias. Fue coordinador de la Campaña de Acceso a Medicamentos en América Latina. También ha coordinado proyectos que unen el mundo humanitario y el desarrollo con la Literatura como la serie Testigos del olvido de El País Semanal.