Pláticas con Alfonso Armada: «Por carreteras secundarias»
30 noviembre, 2018
Javier Sancho Más
Hay una España ignorada y sin autopistas, una tierra que solo emerge del olvido con motivo de una catástrofe, una obra pública mastodóntica o un crimen monstruoso. Y ese país merece una mirada que desvele su realidad y borre los tópicos. Alfonso Armada nos lleva por carreteras secundarias para acercarnos lo que parecía irremediablemente lejano.
“He descubierto mucha belleza y mucho horror en el interior de España”
Periodista y escritor, fue corresponsal cultural del diario ABC, de España. Es además presidente de Reportes Sin Fronteras, y lleva a cuestas el peso de sus vivencias en África durante cinco años, como corresponsal de El País, en los que vivió el sufrimiento de Ruanda. Ha escrito numerosos libros, que dan cuenta de sus viajes y corresponsalías. Varios sobre Estados Unidos, como El rumor de la frontera. También es autor teatral y poeta, en español y en galego. Nacido en Vigo, frente al mar, habla deprisa con la urgencia del redactor a punto de cierre.
Hablamos con él desde Madrid, durante los días de mayo que tenía que haber estado volando a Managua, como uno de los invitados del Centroamérica Cuenta, que finalmente se suspendió por la crisis en Nicaragua. Son días especiales. Se acaba de retirar del diario ABC, donde ha sido adjunto al director, varios años. Ahora sigue dirigiendo el medio cultural y digital fronterad, que le permite ahondar en temas con la profundidad y longitud que no podía desde el periodismo. Uno de ellos es escribir sobre su país, la España profunda. Hablamos con él del libro que ha publicado este año: Por carreteras secundarias, de la editorial Malpaso, con fotos de Corina Arranz, con quien ya había publicado y viajado. Son compañeros de vida. Se trata del viejo arte de andar, ver, escuchar y contar.
Este libro transpira humildad desde el título. Lo tomas prestado de la novela de Martínez de Pisón “Carreteras Secundarias”. La novela trata de cómo un hijo llega a conocer a su padre viajando con él por esas carreteras de España.
Sí. Es un homenaje a su maravillosa novela. Y además él hace el prólogo.
No sé si es porque eres gallego, pero hay un modo de mirar que recuerda a Camilo José Cela enormemente, especialmente en su Viaje a la Alcarria. No puedo evitar leer este fragmento: “El viajero, que ha dormido en una coqueta casa rural y no ha madrugado, recorre Campillo de Ranas y no se cruza con más alma que la de un perro.” Es puro Cela.
No lo he mencionado, pero ese libro muestra una manera de mirar y de escuchar conversaciones que quizá se reflejen en mi libro.
De dónde surgió este recorrido poético por la España de los pueblos.
Fue una propuesta del diario ABC. Se trataba de hacer el recorrido por España, durante un verano. La fotógrafa, Corina Arranz, es mi mujer y, además, la que conduce el vehículo porque yo no sé conducir. El problema es que el diario se quedó sin dinero y sin suficiente espacio cuando ya habíamos iniciado el viaje. Y lo tuvimos que hacer durante dos veranos con crónicas breves para la edición en papel y más largas para la web. En el libro, además, he incluido poemas de autores, invitados a reflexionar sobre la palabra, sobre la situación actual, sobre la poesía.
Sí. Señalé uno de Luna Miguel, aquí:
“la cuestión…
la cuestión no es Qué hago aquí
sino
Qué hago Ahora que me han traído a este lugar.
Hay hilos que se arrastran por la acera.
-Te lo cuento porque es irremediable.”
Luna Miguel es una poeta muy interesante.
En el libro, y siguiendo con el tema de la humildad, no se extraen lecciones o conclusiones categóricas.
No, pero una de las conclusiones que yo extraje es que hemos dejado de hacer cosas con las manos. Cada vez hay menos gente que se dedica a ello. En esos pueblos que recorrimos, todavía abundan artesanos, panaderos, etc. Pero la minería, la pesca, la ganadería, que fueron fuentes de riqueza en España, hoy día ya no lo son. Hay minas que son parques temáticos.
Sin embargo, el libro no exalta la vida en los pueblos.
Sí, en un libro parecido que hice en la frontera entre Estados Unidos y México, me dijeron aquella frase de “pueblo pequeño, infierno grande”.
Sí, es una frase muy conocida en Centroamérica. En el continente también se da el fenómeno de la despoblación de los pueblos.
Sí. El libro por supuesto ahonda en ello, pero también en la fiebre del ladrillo, como le llamamos en España. Hubo un boom de construcción que degeneró en crisis. Uno de los fenómenos más delirantes fue la construcción de una urbanización, cerca de un pueblo de Murcia, en la que viviría y aparcaría sus aviones, el personal dedicado a la industria de la aviación. Nada de ello fue estrenado. Lo titulo, “Campo de vuelo, donde se estrelló la codicia”. Había pilotos que podrían haber aterrizado y aparcar la avioneta en su casa.
Acabas de dejar ABC. ¿Y ahora?
Me gustaría andar por América Latina durante tres años, al menos, sin ningún plan de viaje concebido. Quizá escribir un libro de todo ese viaje, trabajando, escribiendo algo aquí y allá.
Hay periodistas latinoamericanos que también se han interesado por las zonas alejadas de las noticias. Martín Caparrós, por ejemplo, en El interior de Argentina.
Sí, lo estoy leyendo ahora mismo.
Tú eres de Vigo, que está junto al mar. En tu libro no te acercas tanto al litoral de España.
Bueno, es que las playas de España son lo más conocido, y los pueblos del interior se pasan corriendo o por las autopistas.
¿Es un libro antiperiodístico?
No. Es, yo creo, una reivindicación de otra manera de contar, de escapar de aquello a lo que le damos prioridad. Al hilo de lo que pensaba Kapuscinski, cuando hablamos de África, por ejemplo, hablamos desde nuestros prejuicios: el hambre, la muerte, etc. Con América Latina pasa lo mismo en el asunto de la violencia. No contamos noticias importantes que no se ajustan a nuestros prejuicios. ¿Cuándo se habla de Nicaragua? Sólo, ahora cuando estalla la violencia. Por eso me interesaba tanto ir al Centroamérica Cuenta. Pero habrá que esperar.
¿Qué se descubre al viajar al interior de un país como España?
He descubierto mucha belleza y mucho horror. Belleza en lugares alejados de los circuitos turísticos. Parajes de Extremadura, por ejemplo, o de Palencia, donde descubrimos palomares abandonados de adobe que se parecen a grandes zigurats, las construcciones asirias. Pero también he visto mucho horror, lugares de la codicia.
¿Conocer un país te hace quererlo más?
Pues mira, ¿sabes qué pasa? Yo tengo un conflicto con la identidad. No le atribuyo nada concreto al lugar de nacimiento. Yo nací en Vigo, como podría haber nacido en Bukavu, o en Bluefields. Condiciona muchísimo el barrio, la familia en la que naces y vives. Pero después, hay tanta mezcla, y una globalización que hace que veamos las mismas cosas en todas partes, que no me atrevo a sacar conclusiones de unas poblaciones concretas. Por supuesto hay algunos rasgos comunes, pero no son determinantes. Creo que la búsqueda de la identidad orientada a diferenciarse, más allá de factores antropológicos, degenera en cuestiones políticas muy feas.
Entonces, más que un país, descubriste personas.
Exactamente. La magia de todo esto es sentarse a escuchar a la gente. Saben que te has desviado de las carreteras principales y estás dispuesto a escucharles.
Otra de las preguntas recurrentes en el libro es la de para qué sirve la poesía.
Encontré respuestas de todo tipo, pero hay lugares como en Moguer (el pueblo de Juan Ramón Jiménez) donde la gente estaba mayoritariamente convencida de que la poesía tiene utilidad. En Moguer se identifican con su poeta.
Como en Nicaragua. A todo el mundo se le supone hijo de Rubén Darío.
Espero poder ver y escribir sobre ese país.
Fotografías: Corina Arranz
Nacido en Andalucía, tiene la doble nacionalidad hispano-nicaragüense, países en los que ha trabajado en el mundo de la docencia, la cultura, el periodismo y la cooperación. Licenciado en Filología, y master en Periodismo y Derecho Internacional. Es consultor de comunicación y cooperación. Escritor, docente y colaborador en varios medios en España (como El País) y Latinoamérica (Gatopardo, La prensa, Confidencial, Etiqueta Negra, etc.) sobre temas literarios y de actualidad internacional, crisis, cooperación y desarrollo. Ha publicado, entre otros libros de antologías y colaboraciones, ensayos y relatos (Las cien Novelas para siempre del siglo XX y Si estuvieras aquí, de la editorial Icaria). Fundó con Sergio Ramírez la revista cultural Carátula www.caratula.net , de la que fue editor. Ha sido profesor de Comunicación y Humanidades, traductor y responsable de información de Médicos sin Fronteras. Ha conocido de primera mano numerosos conflictos y crisis humanitarias. Fue coordinador de la Campaña de Acceso a Medicamentos en América Latina. También ha coordinado proyectos que unen el mundo humanitario y el desarrollo con la Literatura como la serie Testigos del olvido de El País Semanal.