Poemas
1 diciembre, 2008
1.
No os diré nunca adiós
viejas palabras malgastadas
amigos
fiestas
proyectos incumplidos
y esta alegría de palomas
a punto siempre de partir
países
que desaparecieron de nuestra geografía
no os diré nunca adiós
porque en vosotros
está más cerca el paraíso
Algún día, 1988
2.
La tarde ha vuelto a equivocarse
ha creído que la esperabas tú
que ibas a ser suya
pero pasaste sobre ella
sin posar por un momento el pie
has volado a su lado
sin apenas mover una pluma
no era al recinto de la felicidad
a donde te encaminabas tan secretamente
podrías haberte adueñado
de cualquier lugar del mundo
Mudanza, 1994
3.
Estar al lado vuestro
sin ley
ni caperuza
ni torsión
no reclamar memoria ni azoteas
contigua
sobre la balsa imperceptible
y menos un después.
Hilo solo, 1995
4.
Dice que la vida es muy larga
aunque a veces se paguen rescates abusivos
por un amortiguado
existir
por un manojo
de perejil pequeño
me dice mi frutera
¿quiere usted perejil?
y yo recuerdo que en la cocina sobran esas cosas
pero asiento obediente
para que no se estrelle
su gesto contra el suelo
mi frutera
es la mejor persona con la que cruzo hoy
unas palabras.
Hilo solo, 1995
5.
Mis hijos dicen esta noche
que han muerto todas las estrellas
luego
dicen que no
que todas no se han muerto
hace miles de años
descorro las cortinas
se despiden
como dulces viajeros
pastor, ¿has perdonado
la vida de la oveja?
es allí donde duerme
no sé cómo
agradecemos que las estrella nos alumbren
una vez más
que finjan
estar vivas.
Hilo solo, 1995
6.
Un agujero en cada cosa
eterno
túnel
ni llanto ni apetito
niño mudo
encallado en la roca sin asombro
ella no quiere ver ese fantasma
la sábana
tan sucia
inventa otro balcón
alguna vez responde
del cielo una moneda que ha caído
le pregunta al frutero:
¿mundo?
¿cosa?
ahora su caudal está en las manos
de la efímera voz de unas cerezas.
Como si fuera una palabra, 2002
7.
En la hora desnuda
sólo eso
un segundo de luz y paraíso
de aquellos que la amaron
sabe los rostros mudos y su temblor de ala
todos
juntos
abran el cofre y vea ella
esos diamantes escondidos
libres
al fin del cepo las palabras
que mansamente caigan esos copos
de nieve
sin red
en un segundo blanco
sobre el regazo de su mirada cobijados
de par en par
las dos puertas abiertas
solo
un paso
decir adiós así
que el saco no se cierre
sin librarle a la voz de sus cadenas
tacto
y aire
encuentre allí esa voz
sus zapatos perdidos
al fin cerrado el círculo del mundo
en la hora desnuda
sólo
eso
un segundo de luz
y paraíso.
Como si fuera una palabra, 2002.
8.
EN UN ÁRBOL ESCRITO
Nunca nada de ellos te había conmovido,
ni siquiera sus nombres.
Recogías del suelo
a veces una hoja desprendida a tu paso,
la mirabas ausente
con tosca indiferencia,
segura de su verdor, que iba a responder
con el silencio suyo a tus preguntas, ¿cuándo?
Debajo de sus copas pasó el amor contigo
y aspiraste el perfume
de su hospitalidad ensombrecida,
mas no leíste nunca
su caduca escritura,
los trazos del reflejo inestable del sol
en la sombra que era de tus sueños cobijo.
Ahora no responde, ahora te interroga:
¿desde dónde ha caído esta hoja amarilla
sobre el papel en el que escribes?
Y mientras se deshace
en tus manos su escuálido esqueleto,
le contestas que has visto esta mañana
al mirar a tu hijo
-que de repente es alto, tan alto como ellos-
la esbeltez de sus troncos,
que en su vello incipiente hay restos de resina
e intuyes en sus labios un sabor de raíces.
¿Lo recuerdas ahora? Ése era el mensaje
perenne, de aquella escritura:
en ti había un árbol,
de su copa ha caído esta hoja amarilla.
El árbol que ha brotado de la alfombra invisible
de las horas de espera,
aquél en el que añoras llegar a cobijarte,
bajo la sombra tuya,
junto al tronco soñado
en cuyo cerne estaba escrito este poema.
(Inédito)
9.
En el verano fuimos a la orilla del mar
los vivos y los muertos.
En el mar se confunden los pasos y las voces
y pasado y presente
entre la espuma ríe.
Abandonan las plumas del invierno tus pájaros,
desnudos se sumergen en el azul tendido.
En el mar no hay rencor.
Y lo tuyo y lo mío
y lo de aquél
y lo nuestro y lo vuestro
se alejan, se aproximan,
flotando entre las olas como anillos perdidos.
Después la arena cubre
lo que han abandonado tantos pies:
las voces de los muertos,
las huellas de los vivos.
Poema de las cinco estaciones, 2007
10.
En la aurora sin sombra
como la alondra
para vivir
a la humildad sin brillo
del verdecillo
hay que bajar
arriba hasta el candor
del ruiseñor
hay que subir
y no decir
Nada.
No hay que escalar
a las estrellas
para crecer
no hay que inventar
ningún destino
para existir
no hay que saber
hay que olvidar
y no decir
nada.
(Inédito)
Es profesora de literatura en Valladolid. Ha publicado libros de poemas y ha realizado antologías y estudios siempre en el ámbito de la poesía clásica y contemporánea. Entre sus libros de poemas sobresalen Mudanza (Ave del Paraíso,1994), Hilo solo (Premio Gil de Biedma, Visor, 1995) y Como si fuera una palabra (Lumen, 2002). En 1999 apareció una antología de su obra poética con el título de Lo que va a ser de ti (Plaza Janés) Su última obra se titula Poema de las cinco estaciones (2007). Recibió el Premio Giner de los Ríos por el ensayo El baúl volador (1986) y el Premio Jauja de Cuentos por El dueño de la casa (1994). Ha publicado una biografía novelada del poeta Garcilaso de la Vega (2003) y traducciones de poetas italianos como Umberto Saba y Attilio Bertolucci, además de una versión del Círculo de los lujuriosos de La Divina Comedia de Dante (2008). Entre sus antologías y estudios de poesía española destacan los dedicados a la Poesía del Siglo de Oro, Juan Ramón Jiménez, los poetas de la Generación del 27 y Francisco Pino. Perteneció al Consejo de Dirección de la revista de poesía El signo del gorrión y su obra aparece en numerosas antologías, entre las que destacan Las ínsulas extrañas. Antología de la poesía en lengua española (1950-2000) y Poesía hispánica contemporánea, ambas publicadas por Galaxia Gutenberg y Círculo de lectores.