Poemas

5 agosto, 2022

Un ojo que agudice la mirada

La vida en esta geografía reclama una pausa,
una mano que calibre el lente, 
un ojo que agudice la mirada 
y capte el vuelo, 
no las alas del pájaro,
una mirada que capte la ola congelada del rio 
en su serpenteo de cristal dormido, 
no el río ni sus aguas, 
una mirada que capte la transparencia 
de las gotas de nieve colgando 
de las ramas desnudas,  
no la nieve ni el árbol, 
una mirada que capte el gesto devocional  
del hombre que clama postrado ante el altar 
de un dios sin nombre ni credo, 
no el rostro del hombre ni tampoco el hombre.
Esta geografía le pide al caminante
despojarse de la ciudad que lleva a cuestas, 
de sus ruidos, de sus voces, 
de relojes, calendarios, 
de las prisas y corridas contra el tiempo,
y del tiempo concebido en el antes y el mañana.
Esta geografía demanda al peregrino
dejar atrás las escuelas, los discursos 
que dividen a los hombres de los hombres y la tierra. 
Esta geografía exige desnudarse de sí mismo, 
requiere mirada nueva.  

Todo lo olvidó el olvido

Olvidó su nombre y
todos los nombres
olvidó su historia y 
todas las historias
olvidó el rostro del último amante
del amigo de la madre
del vecino los parientes 
olvidó el rostro del torturador
y su mano tosca apretando el gatillo
olvidó los gritos los insultos 
las celdas sin aire 
y el campo pestilente 

todo lo borró 
el olvido
sin miramientos
sin pena  
quedó la memoria limpia
transparente 
piedra virgen  
sobre la que ha de cincelar 
su nuevo cuerpo.

La vida, esa herida

Un pájaro atraviesa mi cielo, 
veloz, hiere esta geografía plomiza, melancólica.

Una nube hiende su brazo gigantesco
en la parte más alta del edificio que habito,
como espada lo traspasa y sigue, sin detener 
su rumbo, cargada de presagios.

La cúpula de la iglesia del vecindario
se hunde en el azul grisáceo,
del último punto que penetró el firmamento
mana una gota de sangre que, lenta se desliza
y traza una línea de fuego.

El pájaro, la nube y la cúpula de la iglesia
me recuerdan la vida,
-misterio que nos contiene y habita-
misterio que nace de una herida que sangra,
como la gota que mana de la cúpula que punza el azul,
como el vuelo del pájaro que corta el firmamento,
como la nube que penetra y desgarra
el último piso de mi morada.

Apocalipsis

Se agolpa el viento en las ventanas
brama como animal herido
trae en sus fauces el fétido aliento 
de las bestias humanas
derriba  cuanto encuentra
en su paso desbocado 
ni el nido del ave recién construido
mueve su corazón de furia milenaria
desgarra ver 
tanta vida destrozada 
al interior de las casas
los cuerpos acurrucados 
bajo las gruesas sábanas 
tiritan
y aguardan sollozantes   que
la ira del viento los alcance
y lance sus tentáculos 
sobre sus frágiles carnes
y sus quebradizos huesos
y su rabia los triture
y su odio los disperse 
vueltos polvo
sobre la faz de otra tierra.

Morriña

…todo está igual, seguramente,
el vino y el ruiseñor encima de la mesa,
mis hermanos menores a esta hora
deben venir de vuelta de la escuela:
solo que el tiempo lo ha borrado todo
como una blanca tempestad de arena.

                              Nicanor Parra

Añoro el río donde bañé la risa
de la infancia
y el gato que me esperaba en el tapial
a la salida de la escuela.
Añoro la mesa y su mantel,
el té y las galletitas,
la mano de mi madre
hojeando mis cuadernos
y a mi padre, acariciando al perro
que  esperaba
a las cinco de la tarde
su bocado.
Pero el río no es el de entonces,
y el gato por las tapias se ha perdido,
mamá se fue,
no hay quien hojee mis cuadernos,
papá marchó herido por la pena,
y tras él el perro en busca del bocado.

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Es profesora de Lengua y Literatura Hispanoamericana en York College (The City University of New York), poeta y narradora argentina radicada en Estados Unidos desde que salió de la cárcel. Como exprisionera política y escritora ha participado en congresos, coloquios, ferias del libro y festivales de poesía en los Estados Unidos, Argentina, Perú, Brasil, México, Honduras, El Salvador, República Dominicana, Puerto Rico, Cuba, Canadá, España y Francia. Es autora de Fragmentos de la memoria: Recuerdos de una experiencia carcelaria (1975-1980) /Memory Tracks. Fragments from Prison (1975-1980), declarado de interés nacional por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina; de los poemarios: Con la memoria al ras de la garganta (New York, 2013); Quedó la puerta abierta (El Salvador, 2016); Hijas de los vuelos (Buenos Aires, Argentina, 2016); Un gato de ojos grandes me mira fijamente (México, 2017); Heme aquí (El Salvador, 2017); Con la memoria al ras de la garganta/Con la memoria stretta in gola (Salerno, Italia, 2018); Sé vuelo (El Salvador, 2018); Sor María de Jesús Tomelín (1579-1637), concepcionista poblana: La construcción fallida de una santa (Madrid, 2019). Fragmentos de la memoria. Mi vida en dos batallas (Buenos Aires, Argentina, 2022). Es coautora, con Juana M. Ramos de Tomamos la palabra: mujeres en la guerra civil de El Salvador (1980-1992), (El Salvador, 2016). Sus poemas, relatos y ensayos han aparecido en antologías y publicaciones literarias, de educación y derechos humanos impresas y digitales de los Estados Unidos, América Latina y España.