Poemas de Francisco de Asís Fernández

6 febrero, 2022

VENDRÁ LA MUERTE

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos,
los tuyos que has dormido conmigo,
que has sido mi amante,
mi compañera inseparable,
que has visto crecer el árbol torcido que soy

Vendrá la muerte
como una enamorada inevitable.
Ella sabrá cómo encontrarme,
no hay donde escapar para que no me halle,
aunque cambie de país y quiera vivir mi vida
acomodando mi edad a la belleza y al horror.

Vendrá la muerte
que ha esperado pacientemente
para arrancarme de la vida.

MI ALMA PREGUNTA POR LA LLUVIA

Mucho mantengo mis ojos cerrados
para verme adentro, para ver mi alma
como a una pajarita herida.
Mi alma pregunta por la lluvia, el relámpago,
¿cómo es hacer el amor sobre la nieve?
¿Cómo alborota el viento tu cabello?
Tu eres mi habitación íntima,
eres mi ámbar y yo estoy dentro de ti
como un hermoso harapo rosado
escondido de la luz del sol
construyendo tus sueños.

SOÑABA QUE VOLABA CON UNA PLUMA EN LA MANO

Soñaba que volaba con una pluma en la mano
y Ondra y Tadea vivían en la aparición de los
relámpagos;
era una pluma vestida de azul y rojo que me
hacia volar
y escribía versos en el aire para Ondra y Tadea.
Cuando era niño era fácil el amor y el desamor.
Pero con Michele Filleau perdí la raíz del Vesubio,
diseñe los vitrales de Montmartre,
quemé la biblioteca de Alejandría,
y lloré con Boabdil cuando Isabel lo expulsó de Granada.
Y esos divinos disparates me han asaltado
otras veces en mi vida.
Y ahora después de la desgracia
empecé a tener tiempo para estar conmigo,
para que mi pluma me sople adentro de mi
y me haga volar después de mi muerte.

EN EL PARAÍSO TERRENAL

Desde que desaparecieron los dinosaurios
las Evas y Adanes salieron de la costilla
de la violencia del principio del mundo,
de las cavernas de lágrimas y sueños.
La risa no se conoció hasta después de
millones de años
igual que el canto de las ballenas.
En el paraíso terrenal
todos los Adanes y Evas fueron Caínes y Abeles,
para vivir tenían que matar.
Él sol tenía ya miles de millones de años
y alumbraba las orquídeas salvajes
del paraíso terrenal.

SI YO ENCONTRARA UN ALMA

A Gloria
en nuestras bodas de oro

Cuando yo era joven y bello
y repartía mi exuberancia de jazmines
llegaba a cantar al Little Broadway:
Si yo encontrara un alma como la mía
esclava y soberana en el amor,
que no sea una hormiga entre las hormigas,
que tenga luz y tenga la oscuridad,
que ponga en un relicario su amor y el mío
y cierre mis ojos cuando vaya a dormir
para siempre.

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Granada, Nicaragua, 1945.
Poeta, narrador, ensayista y promotor cultural. Es Presidente del Festival Internacional de Poesía de Granada, Miembro de Número de la Academia Nicaragüense de la Lengua, Medalla de Honor en Oro de la Asamblea Nacional de Nicaragua, Cruz de la Orden al Mérito Civil otorgada por el Rey Juan Carlos I de España, Doctorado Honoris Causa en Humanidades otorgado por la Universidad American College. Sus últimos libros publicados son: “Hay un verso en la llama” (2020) “Detente, cielo mío” (2020). “Quiero morir en la belleza de un lirio” (2020); “La Tempestad” (2021); “63 poemas de amor a mi Simonetta Vespucci” (2021).