Poemas inéditos

1 febrero, 2008


No, loco tú                                 

A Alfonso Cortés

Me dices que no soy práctica
porque no ves que vivo
encerrada en mi celda
transparente

cristal bohemio
vitrina,
ventana

y aún así no me miras
con tus ojos ausentes
como nubes
cuyo azul es inmenso:
puerta
que detiene mis palabras.

Muda,
monja de clausura
en la bulliciosa avenida
del paso terrenal.
Trato el silencio,
medio de salvación.

Me dices que no tengo rumbo
porque callo por vez primera,
no canto esa copla sorda
y apasionada
porque ¡aleluya!
acepto
que se amar a fondo
sin haber amado nunca
o quizás siempre demasiado.

Existencia doliente la mía
esquizofrenia:
coexistencia incómoda

ojala tú me descubras
algún día
o simplemente huyas de mí
como yo que no puedo lo haría.

Un viento de espíritus pasa
muy lejos, desde mi ventana
y siento la voz del místico Alfonso
cortés,
libre,
dicen que por obra
de una pedrada en su cabeza.

He allí una respuesta para ti
que no te asomas a mi ventana
porque no ves mi celda
y no sabes que adentro existo
más que afuera
y no me alcanzas
porque soy de gelatina
medusa terrestre
con médula de éter
bien agarrada de los escollos
hirientes,
volcada
toda
hacia una voz distante
que desde arriba sopla mi nombre.

Loco tú que eres práctico.
Alfonso y su clarín
de almas sucias
en el silencio,
la danza de los astros,
yo,
Ararat,
aire y pasos del ocaso,

locazo.

Pensamiento muy corto

Porque sólo tengo dos minutos

fracción infinita que detiene las horas,

fantasma que recorre mis ejes
continuamente
sin forma ni voz,

aire que lubrifica los segundos
de mi reloj cardiaco
dejando tu instante en mi paladar;

colonia que me respira eterna
susurrando tu silencio
desde algún astro selvático

porque sólo tengo dos minutos
y no sé donde estás.

Nadie es perfecto
A los aduladores

Tengo una oreja
diferente a la otra
y la distancia que va
desde la punta de los pies
hasta el enganche de las piernas con las caderas
más corta que la distancia
desde la misma juntura
hasta la punta de la cabeza.

Siempre he soñado con ser alta
y sumar, restar, multiplicar y dividir
sin utilizar calculador.

No leo rápido.
Frente al público se me traba la lengua,
se me ofusca la mente
se me caen de las manos las cosas que cargo
me tropiezo en la esquina
de alguna alfombra finamente arreglada
y mi rostro asume el semblante de un tomate
listamente transfigurado en ketchup.

Soy vanidosa
testaruda
ingenua y onírica.

Esto último prevalece
sobre la total consciencia de todo lo anterior
(y otros tantos defectos omitidos por decencia)
así que,
si quieres que yo me figure:

inteligente como Albert Einstein
sensual como Marylin Monroe
romántica como Charles Baudelaire
intensa como Pablo Neruda
apasionada como Gioconda Belli
revolucionaria como el Che Guevara
y simpática como Joaquín Pasos

halágame con clase
pesa bien cada palabra
elogia mis cualidades
enjabóname con cariño
y yo te creeré.

Existir

Un niño
acurrucado
en la oscuridad

y un perro que pasea.

La noche grita

a la ronda de estrellas,
y a las colillas,

a la luna
que juega a las escondidas
con el viento,

a Mickey Mouse y a Ratatouille,

a Roma.

Los andamios hasta el cielo
y los reclames 
en minifaldas…

existir es
un niño
esta noche.

La realidad

La realidad llega como bofetada
en la cara, de repente.

Te coge

y quema con sus porqués
duros
como la palma de la mano
misteriosos
como el gesto.

Pero es de verdad
como el rubor de la mejilla

y sacar las cuentas
nos pesa

como pesa perdonar
a quien te ha golpeado.

El perdón
es un doloroso milagro,
no distante
del saber tomar interiormente
la realidad.

Ya

Si no fuera un misterio
eso del amor,
tal vez no te amaría

pero la colilla fue cigarro
y el alma, apagada.

Mensaje de texto

No basta. El pensamiento no basta.
¡Grita! Un renglón que grita

y se ahoga
en el gentío que te rodea,
los aplausos

y yo, reducida a un renglón
moderno.

Maleta de cuero, sin ruedas

Toda encerrada, sentada en un baúl oscuro.
Donde me llevas, tan llena de ti?

Me secuestras,
yo, amante escondida en tu armario,
tapada por meses, tiempo que no pasa
y mi piel, intacta,
bajo una vieja tela olor a naftalina,
abandonada a mi soledad.

Pero hoy me llevas contigo
y se encienden las horas,
los minutos, los segundos.

Abierta, sobre tu cama

prenda tras prenda, te siento cargarme
en mi estrechar todo de ti:
camisetas,
pantalones,
zapatos,
toilette,
libros,
incorporo cada una de tus necesidades

y te conviertes en entrañas, sangre
tú, que das vida a mi vida

y mi ventre custodia errantes
embriones de tu vagar.

Doblas exhausto mi cuerpo,
acariciando cicatrices
y empujas fuerte, abrochando cierres, tirantes,

me amarras con un candado,
cintura de castidad sin combinación,

y se que me despacharás, en medio de las otras
con tu nombre a la vista,
yo que te pertenezco.

En la ansiedad del baúl sueño
que me llevarás lejos
y que me extraviaré.
Entonces tú te agobiarás
porque encierro todo,
mujer, no sólo amante.

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Poeta, narradora y traductora italiana que escribe en español, italiano, francés e inglés. Sus títulos más recientes son Los naufragios del desierto (Vaso Roto, 2013); Las tentaciones de la luz (Anamá ediciones, 2018); El canto de la Sulamita – Poesía Reunida, (Uniediciones, 2019); y El viaje de la sangre (Huerga & Fierro editores, 2021). Entre sus trabajos de traducción destacan los más recientes poemarios de la nicaragüense Claribel Alegría: Voci (Samuele Editore, 2015), que se adjudicó el premio internacional Camaiore 2016, y Amore senza fine (Edizioni Fili d’Aquilone, 2018).