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Del poemario «Arbol de tu olvido»

13 noviembre, 2018

Nacido en La Paz Baja California Sur, México el El 7 de enero de1972. Es Ingeniero Biomédico de profesión. Director de Publicaciones Digitales de la revista Nagari y Editor General de la misma en sus versiones impresa y digital desde 2013. Director General y fundador del sello katakana editores (2017). Poemas, ensayos y cuentos suyos han sido publicados en diversos medios impresos y digitales tanto en Estados Unidos como México.  Todos los poemas que aparecen pertenecen al “Árbol de tu olvido”, publicado por ediciones Baquiana (2017), que es su primer poemario.


Omar Villasana

Dafne y Apolo.

No pretendía de Eros mofa o desatino.
Vanos serán mis artes y oficios,
vanos serán mis intentos de buscar en tu sombra mi cobijo.
——– No es tu metamorfosis lo que temo.
Temo la distancia y el tiempo como raíces,
Dafne,
del árbol de tu olvido.

Salomé

No existe mayor gloria en el reino
que el cadencioso gravitar de tus pechos
al ritmo de esta música embriagante.
Cuanto mayor el goce de tus caderas
más me hundo en el pecado.
Dichoso Herodes que profanó este cuerpo
a cambio de tus orgiásticos placeres.
De yo haber sido testigo
de la caída de tus velos
mi fe de anacoreta hubiese en[t]umecido…
———– enmudecido…
La luz ha cesado en estos ojos
y el rostro del Bautista
no podrá celebrar tu desnudez.

Azcalxochitzin

con firmeza las flores
que depositaron en tus manos Yoyontzin.
No permitas que sus pétalos
escapen víctimas de aciagos vientos.

¿Acompañó In Tloque in Nahuaque
en batalla al fiel Cuacuauhtzin?

¿Fuiste embriagado por Tezcatlipoca
cuando depositaste tu mirada en mi, Azcalxochitzin?

Observa este nuestro hijo,
pequeño tochtli, Tetzauhpiltzintli.

¿Acompañó In Tloque in Nahuaque
en la sentencia del niño prodigioso?

Sostén con firmeza las flores
que depositaron en tus manos Acolmiztli.

Quetzalcoatl solitario expió sus culpas.

¿Cuántas flores
deben arrojarse en batalla
para pagar nuestra penitencia?

Anciano ya, elevas tus ruegos
a In Tloque in Nahuaque.

Se cierne sobre la noche
un aroma a flores quemadas,
Nezahualcoyotl.

No será nuestro destino
convertirnos en quetzal, tzentzontle
o estrella del alba.


Dante y Beatriz

De tantas travesías,
ausente me resultaba
de Virgilio la compañía…

Inciertos destinos
poseerán tus pensamientos
peregrinos.

Cuanto más excelsa,
tanto más de mí se alejan
las órbitas de tus esferas.

No gozarán mis noches
de velar tu sueño…
de Paolo y Francesca
la eternidad no compartiremos.

Acaso el magro consuelo
de retenerte en estos versos.
Tú, por siempre mi Beatriz.
Esta, mi [Divina] Comedia.


El Relojero

All we ever see of stars
are their old photographs.
Watchmen, Chapter IV

Todas las noches convergen en un mismo punto a un mismo tiempo.
Monótonos los minutos solamente marcan el presente.
Estos dedos, incansables, dibujando los pliegues de tu rostro.
Estas manos, impotentes, no te retienen, aceptan tu abandono.
El tiempo, indiferente a la vejez de la luz de estas estrellas.
El mundo gira sin nosotros, clepsidra que sucumbe sin Relojero.

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