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No hay festival pero hay Poesía. «Nicaragua por dentro». Nuevo libro del poeta catalán Santiago Montobbio

3 febrero, 2019

Este año, las calles de Granada, Nicaragua, se quedan sin el festival de poesía. La represión, la violenta locura así lo han querido. Pero la poesía resiste. Uno de los invitados al festival el pasado año, acaba de dar a luz un hijo-libro, fruto de su vivencia intensa durante varias semanas en una Nicaragua, que hoy, un año después, parece tan lejana. Fiel al estilo de un diario de pinceladas, en que parece vislumbrar la esencia poética del momento fugaz, Santiago nos entrega su crónica poética del viaje a Nicaragua. En realidad, el viaje había empezado antes, cuando Ofilio Picón trajo sus poemas musicalizados a Centroamérica.


Santiago Montobbio, Carlos Mejía Godoy y Ofilio Picón.

Este año, las calles de Granada, Nicaragua, se quedan sin el festival de poesía. La represión, la violenta locura así lo han querido. Pero la poesía resiste. Uno de los invitados al festival el pasado año, acaba de dar a luz un hijo-libro, fruto de su vivencia intensa durante varias semanas en una Nicaragua, que hoy, un año después, parece tan lejana. Fiel al estilo de un diario de pinceladas, en que parece vislumbrar la esencia poética del momento fugaz, Santiago nos entrega su crónica poética del viaje a Nicaragua. En realidad, el viaje había empezado antes, cuando Ofilio Picón trajo sus poemas musicalizados a Centroamérica.

Algunas de las personas que menciona Montobbio ya no están en el país, sino en el exilio. Otras, como Claribel se transformaron en poesía para siempre. De hecho, Montobbio tenía en su agenda visitar a la poeta, pero ella decidió partir antes de que se celebrase el festival. Esta selección del nuevo libro de Santiago Montobbio empieza con la noticia de la muerte de Claribel, a quien esperaba encontrar en su jardín. Y el jardín, como la poesía, aún resistió la ausencia.

La Colección “El Bardo” de la editorial Libros de la Frontera es toda una institución en el mundo de la edición de poesía en español desde sus inicios en 1964, bajo cuyo sello han publicado voces ilustres desde Pablo Neruda a Vicente Aleixandre, o Gabriel Celaya.


LLEGA LA MUERTE DE CLARIBEL ENTRE LA MÚSICA.
Llega, Claribel, antes de verte. En ella estás,
como con ella llegas, eres entre la música
la poesía también cuando te vas, y por esto
así la noticia de tu muerte me llega. Entre
la música te vas y en la poesía no te marchas,
estarás, para siempre serás lo que ya eras,
en la música la melodía que se hace
con lo más limpio y lo más puro que hay
en esta vida. Así eras y eres
ahora para siempre, así me llega
tu muerte entre la música, despiertas
con ella lo que eres, la poesía
que eres y nos diste, y quedas
en ella eterna y a la vez amiga,
dicha para siempre.

Estoy en el Conservatorio Municipal de Música de Barcelona
en el concierto de los jueves con un amigo, y me llega un mensaje escueto
de mi hermana Elena que miro, cuando no suelo hacerlo:
“Santi, acaba de morir Claribel Alegría”. Me duele.
Me llega entre la música, pero me duele y me hiere
y me llena de tristeza. Justo hoy Javier Sancho Más
me escribía para decirme que le gustará tenerme
en el jardín de su casa de Managua, igual
que le gustan mis versos. Quería contestar a Javier,
pero he tenido un día complicado y no lo he hecho.
Lo pensaba esta tarde. Que debía hacerlo. Y me llega
como una punzada de dolor la muerte de Claribel,
me llega entre la música, y así siento formarse
un verso que lo dice. Aun en esta tristeza siento
a Claribel como la nota alta y pura que hay
en la poesía, y que en ella queda: algo así siento
y vibra en el aire mientras vibra también la música
y es lo que quiero decir, lo que empezaría a escribir,
si pudiera. Pero no tengo papel ni bolígrafo.
Rebusco en la cartera, en los bolsillos. Nada. Le pregunto
al amigo que está conmigo. Me da un bolígrafo. ¿Y papel,
no tienes? Si quieres la tarjeta del autobús. Ve, por
mi gesto, que no me basta. Entonces me da la Hoja
Dominical. No es muy buena cosa, porque está toda
impresa. Pero no hay otra. Empiezo a escribir, ha
de ser algo intenso y alto, un poema, porque
Claribel pide y se le ha de sentir como un poema,
y más en esta hora que llega entre la música,
en la sacudida que es para mí. Escribo. Escribo
como puedo. No sé si lo podré transcribir
al llegar a casa. Por esto, al llegar a casa,
escribo otra vez. Veremos, si consigo transcribir
lo escrito en la Hoja Dominical, que es lo mismo
-el principio del poema, luego está la crónica,
que ahora escribo y lo hago porque de hecho es un lamento,
y con ella el dolor escondo, ahuyento- y es distinto. Porque
sólo se puede sentir una vez, un momento. También la muerte
que llega entre la música. También la poesía. También la vida
que alta poesía hizo y como poesía queda en el corazón y en la memoria.
También un dolor tan verdadero cambia, como el sentir
de las personas según los momentos y los ánimos
que traen las penas y traen los días, y su expresión
certera, que sólo puede encontrarse y darse -junto
a ese sentir- en ese momento. Escribo todo esto
y no me importa. Aprieto el dolor y la tristeza
de una muerte ya en casa con estos versos largos,
ahora que tengo papel, y con ellos quizá disimulo,
finjo por un momento olvidar que el dolor es esta punzada
que está también llena de pureza a veces, si verdad
nos trae, si nos hace pensar aun en la noticia de una muerte
en la verdad de la poesía que queda y como digo y fue
lo más limpio, lo más alto y lo más puro de esta vida,
y así lo sentimos. Así lo siento, Claribel, mientras te lloro
y te digo adiós y también siento que estarás, seguirás estando,
y nos iremos encontrando, te iré encontrando y serás sombra amiga
entre los versos que escribo y te gustaban, como te gustaba
tenerme una tarde en el jardín de tu casa de Managua
y esta era una gentileza tuya y un deseo e ilusión míos
que quedan perdidos y a la vez, como tú y tu poesía,
en esa pérdida verdaderos y ya para lo eterno.

Barcelona, 25 de enero de 2018

ANTES DE PARTIR. ANTES DE PARTIR. LOS SUEÑOS,
las esperanzas. La poesía que aparece de improviso
en cualquier sitio, en un momento impensado.
La poesía es siempre un viaje. Ahora la mía
me lleva a Nicaragua, y lo hace en muy buena
compañía. Lo he dicho y vuelvo a decirlo.
Darío, Lluís Ribas, el cuadro que como un regalo
maravilloso e imprevisto ha pintado Lluís
del poeta, y que como poeta ha querido
pintar. Así nos mira desde él
con su mirada profunda, tal como
lo ha sabido percibir y plasmar Lluís
en su alma y desde su alma
y su pintura. Pintura, poesía. Lluís,
Darío. Nicaragua. Hay que estar
siempre dispuesto al viaje, aunque
no sepamos dónde nos lleva,
como nos pasa siempre en el
de la poesía. Viaje de la poesía,
viaje a Darío, viaje a Nicaragua.
Seas sueño y esperanza. Seas
mañana que despierta sobre
el mundo, como así lo ha hecho
en Barcelona la mañana mientras espero
y antes de partir escribo.

(Aeropuerto de Barcelona)

NICARAGUA EN EL CORAZÓN: ASÍ VIENE ESTE TÍTULO
y ha de ser el de los poemas que por ella,
con ella, para ella escriba un poeta español.
Sean como sean estos poemas. Esto,
casi, es lo de menos. Porque la poesía
siempre es un regalo. Viene, lo sabemos,
cual paloma y como un vuelo. Viene
de manera siempre imprevista y como
le da, como quiere otra vez venir.
Así sea Nicaragua en el corazón.
Así será en los poemas, si los escribo,
o será en el silencio, que como sabemos
también es tierra honda de la poesía,
también canta, es también, aunque
callada, paloma siempre misteriosa
e inesperada.

(Aeropuerto de Barcelona)

LLUEVE, LLUEVE EN LA NOCHE DE GRANADA,
ya casi mañana. No ha vuelto el
sueño. Sigue la poesía, persiste
en este insomnio, en las oquedades,
el silencio. Estará hasta el fin,
hasta la muerte, aun agazapada
en momentos mínimos, momentos
también desolados y tristes -la
lluvia, el insomnio- y momentos
felices. ¿Por qué no? La poesía
puede también decir la dicha, y ser la rendija
única por la que puede respirar la sombra.
Llueve en esta noche o ya mañana de Granada
y me pierdo en el poema, pregunto
y me hiero en él mientras lo escribo.
Lloverá hasta el final, y escondido
permanecerá el poema, hasta que la lluvia
o el insomnio o el olvido o el silencio
vuelva a traérnoslo como un misterio.

(Granada)

LA MISA CAMPESINA EN LA MISA EN HOMENAJE
al Padre Fernando Cardenal, con motivo
de los dos años de su fallecimiento.
Su hermano Ernesto en primera fila. Nos
encontramos en su casa mañana, es decir,
hoy. La misa campesina en la comunidad
de mi hermana Elena, su deseo de que
acudiera, y viera cuánta gente quería
a Fernando. Suena en la voz el canto
de la misa campesina. Alegría. Alegría
la de las personas cuando se dan
todas la paz, y para ello se buscan
y se encuentran. Se oyen los cantos
de la misa campesina en la tarde
de Managua. Dios está en el campo,
Dios está en los pobres, Dios está
en Nicaragua y América Latina.

(Managua)

ERNESTO CARDENAL, AHORA, DENTRO
de poco, esta mañana. En su casa.
Le llevo mi último libro y libros
suyos, y también un encargo
de Amelia, la Antología de El Bardo
en que incluyeron íntegro el texto
de La hora cero, que ellos publicaron,
y que lleva ese texto legendario
para la poesía española que escribió
José Batlló para abrir la antología,
cien páginas de vida y poesía
y las peripecias de la colección
con la censura y tantas cosas.
En esta historia, en esta aventura,
Ernesto Cardenal, y el encargo
de Amelia de que le lleve la Antología
para que vea que lo incluyeron con todo
honor en ella, y que lo haga con un
abrazo muy cariñoso de su parte. La hora cero
de Ernesto Cardenal que se incluyó
en un libro emblemático para la poesía española.
Su Cántico cósmico que le llevo, con unas palabras
de nuestra común amiga Luce López-Baralt,
que también quiere mi poesía, y su último
libro, que compré en Granada el otro día
en la multitudinaria presentación que
hubo, y una antología editada en Nicaragua
y también comprada allí. Y La antigua luz
de la poesía, mi último libro. Sí, la poesía
es una antigua luz, es el lugar de la reunión,
como dice Gamoneda, es un abrazo y un encuentro.
Va a serlo esta mañana entre Barcelona y Managua.

(Managua)

APARECEMOS EN CASA DE CLARIBEL ALEGRÍA
y Ofilio así me lo indica. Veo su jardín,
el jardín en que una tarde me quería
estos días tener. Ofilio pensaba que
vivía muy cerca de Ernesto y de Sergio.
Ahora piensa que se ha confundido,
y llamo a Blanca para que le oriente.
Sí, está cerca, pero no es aquí. Así
que hemos ido a parar y yo a ver
el jardín de la casa de Claribel
en el que ya no ha podido acompañarme
porque sí. O no. Hemos ido
porque su ausencia, el peso de su falta
así lo ha hecho suceder. Tenía
que ser. Que así pasar. Veo el jardín
de la casa de Claribel Alegría por una
idea equivocada de Ofilio, ante él
me encuentro, y al saber que éste no
era el camino aún más pienso
que encontrarme ante él en el corazón
y la vista no ha sido porque sí. He
ido a verlo. He venido a verte,
Claribel, aunque no estés. Así
lo siento al encontrarme con tu jardín
y más al saber que nos hemos desviado
del camino. He venido a verte, esto
es lo que ha pasado. El jardín
de tu casa me dice de tu ausencia, ante
él en el corazón y la vista la siento.
La ausencia también es un encuentro.

SERGIO RAMÍREZ. LA CALMA. EL JARDÍN. LAS PALABRAS
y las ilusiones y los sueños compartidos. Cae
la tarde sobre Managua. Nos abrazamos
al despedirnos. Ya el crepúsculo.

(Managua)

LOS POEMAS VUELVEN A LA VIDA, ENCUENTRAN
en ella su nido, su impensado nido en
un imprevisto momento. Carlos Mejía Godoy habla
con Ofilio y vamos esta noche a Casa
de los Mejía. Quiere que lea algún
poema. Así que los dos que pensé leer
esta mañana en el programa Esta
Noche que pasarán ahora y no leí
los leeré esta noche de verdad en Casa
de los Mejía mientras se emite el programa.
La vida son encuentros, son paradojas. Son
poemas que pensábamos leer y no leímos
y luego la vida trae ocasión de así
hacerlo. La vida es también, incluso,
los poemas que no escribimos. Está
llena de ellos. Se hace con ellos.
La vida se adivina y se encuentra
en la noche y en las sombras
y se da tal flor imprevista
en los poemas.

ESTOS DÍAS EN NICARAGUA. ESTOS DÍAS EN NICARAGUA.
Noche, alba. Poesía, música. Alma. Darío
y sus sombras, la voz que es y aún nos acompaña.
Nicaragua por dentro. Nicaragua en el corazón.
Nicaragua dentro. Adentro Nicaragua. Adentro,
en la sangre y en el alba y en los sueños
que hay escondidos adentro de la sangre,
en los sueños de esa alba, en la pureza
de su agua fresca, adentro Nicaragua, Nicaragua
adentro, allí, adentro, desde donde
se canta. Donde nace y se da el canto.
De la noche en el alma.

(Managua)

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Nacido en Andalucía, tiene la doble nacionalidad hispano-nicaragüense, países en los que ha trabajado en el mundo de la docencia, la cultura, el periodismo y la cooperación. Licenciado en Filología, y master en Periodismo y Derecho Internacional. Es consultor de comunicación y cooperación. Escritor, docente y colaborador en varios medios en España (como El País) y Latinoamérica (Gatopardo, La prensa, Confidencial, Etiqueta Negra, etc.) sobre temas literarios y de actualidad internacional, crisis, cooperación y desarrollo. Ha publicado, entre otros libros de antologías y colaboraciones, ensayos y relatos (Las cien Novelas para siempre del siglo XX y Si estuvieras aquí, de la editorial Icaria). Fundó con Sergio Ramírez la revista cultural Carátula www.caratula.net , de la que fue editor. Ha sido profesor de Comunicación y Humanidades, traductor y responsable de información de Médicos sin Fronteras. Ha conocido de primera mano numerosos conflictos y crisis humanitarias. Fue coordinador de la Campaña de Acceso a Medicamentos en América Latina. También ha coordinado proyectos que unen el mundo humanitario y el desarrollo con la Literatura como la serie Testigos del olvido de El País Semanal.