Por desobedecer a sus padres: Ana Clavel
25 noviembre, 2022
Cuando iniciamos nuestra mirada lectora en una obra que nunca se detiene, que pareciera moverse en la diversidad de la escritura, que va desde los documentos, los exámenes médicos de lobotomía, las historias breves, las fotografías, hasta llegar a un profundo sentimiento compartido con un escritor; podemos pensar que un libro es, al mismo tiempo, un homenaje y un viaje simultáneo e intervenido.
Como viajeros en el tiempo iniciamos esta valiosa obra de Ana Clavel, Por desobedecer a sus padres (2022), con el umbral: aquel escalón que se detiene en la parte final de una historia y que, cíclicamente, retorna a sus inicios. Allí, en el curioso juego de los espejos, donde la liquidez se refleja sin ningún marco, dotada de plenitud, aparece el cuerpo que se une a la figura de un ave abismal en la superficie, a través de círculos y contextos infinitos, como el existencialismo lúdico de Escher. Ese movimiento indetenible, esa capacidad ilimitada de una representación simbólica, le permite a la hibridez escritural acercarse a la vida y obra del talentoso poeta mexicano Darío Galicia. Uno de los escritores más cercano al movimiento infrarrealista en México, Rubén Darío Galicia Piñón, fue sometido a una lobotomía correctiva debido a un aneurisma cerebral. Si la valiosa obra de un escritor que se somete al vacío en su memoria puede ser leída y recreada, este juego se convierte en algo que va más allá de lo enteramente racional. Vale decir, comenzamos a jugar, lector y escritora del escritor, desde dos vacíos cerebrales que se unen en la manera móvil de ver las cosas, detallada por Ana Clavel.
En este libro, la narrativa escrita puede movernos a Google para buscar nuevas fuentes que la recobren a través de las imágenes. Podemos volver al punctum del que hablaba Barthes, para una mirada no necesariamente intencional, sino fuera de control. Como le sucedió a la pequeña Alicia, en su país de las maravillas; como podría pasarnos a nosotros, los lectores, cuando también asumimos la frase terrorífica y misteriosa que se utiliza en algunos circos y ferias, leyendo podemos también desobedecer a los padres. Es un mundo de relatos que se unen, como metáforas en los espejos, similar a las experiencias que ocurren en los universos paralelos de la ficción. Aquí, el testimonio de la carencia cerebral de Da Rio, se transforma en una sentencia. Uno de sus crímenes, en el tesoro de su diversidad sexual.
Todo se reconstruye en la memoria: “¿Hace cuánto no vi a Darío por última vez?” Tres décadas …”. En esos tiempos, también se movió Roberto Bolaño, Roberto Belano, Roberto Beleño, y los términos de trepanación, cirugía, lobotomía. En este péndulo entre palabras y nombres, la poesía de Darío San Epifanio deambuló entre la realidad y los sueños. Todo lo que allí ocurrió, mediante el traspaso de lo corpóreo y temporal, es narrado a través de las conexiones inesperadas, porque Darío G. Alicia comulgó con “Los detectives salvajes”, que bien podrían llamarse “Los detectives sanguinarios” o “Los poetas salvajes”; y con el nombre de Ernesto San Epitafio: “Como lo constataría en esa otra novelita no tan lumpen, Amuleto, donde también aparecen Ernesto G.Alicia, rescatado por Arturo Belano, alías de Roberto Beleño, y Alcira Lacouture de las garras del rey de los patos putos de la Guerrero bien armada”, y en otros múltiples lugares.
Es este juego entre los tiempos, los nombres, las palabras y los personajes, el que hace posible la existencia de un particular archivo de la memoria. Es como mirarse como Alicia a través del Espejo, desde una incursión en Coyoacán. Es parecerse a Guillermo el Conquistador, porque el profundo dolor de Darío es como el de una bala sembrada en la cabeza. Es también existir en varios mundos, en múltiples nombres, compartiendo los intereses comunes con los amigos: “el cine internacional, las exposiciones en la Zonaja de la colonia Juárez, el flower power: cada-quien-su-pedo-y-su-vaivén, Bob Dylan y Bowie, los poetas beatnick y Arturito Rambó”. Más allá de todo, es volver al día a día en el universo del patriarca de las letras, donde el poeta Guerra, “que otros llamaban Paz”, parecía no darse cuenta de su presencia, mientras sus cohortes celestiales arremetían “contra los poetas mal nacidos por perturbar el reino del dios padre en la poesía mexicana”.
De allí, la escritura se mueve a los espacios, a las tiendas proletarias de la literatura, al piso de los Comunes y Comunas, a la belleza detrás de las calles del centro, para crear un breve puente con el relato autobiográfico, dotado de fotografías. El maravilloso Darío Galicia menciona a Lewis Carroll, Emilio Abreu Gómez, Hans Christian Andersen, Oscar Wilde, Marcel Proust y Hermann Hesse. Su única manera de aprovechar el tiempo fue leyendo, bajo el compromiso de hacerlo noche y día, como Alice Liddell, metiéndose en el túnel para ir tras el conejo de la poesía que trastoca y pone de cabeza al mundo. También pudo sacarle partido a la música, al rock, a la mitología del viaje, a todo aquello que fue abriendo un espacio personal, quebrando las sentencias de la veta sexuada en la literatura, hasta llegar a la conjugación de los sexos, como ángeles hermafroditos.
Decenas de valiosos escritores mexicanos también se mencionan en esta obra. Como diría Darío en su reescritura “sé que al final de la noche, todo es novela, y basta con abrir los ojos … No-vela, la novela que no descorre del todo el velo para urdir en la sombra, es decir, que si vela y revela entre sus velos de misterio y seducción, digo lo que decía mi admirada Rivera Garza. Todo es ficción menos esta grieta en la que aquí, al borde de estos puntos suspensivos … yo caigo”. Darío fue encontrado luego, decaído, en condiciones lamentables, junto a su cruel diploma de honor obtenido por la ciencia de la tristeza.
“¿Quién le teme a Darío Epifanio San G.Alicia, el poeta gay cercano a los infras, que cargaba a cuestas la leyenda de una lobotomía por su condición homosexual? Pasen a leer y ayudar, escribe Ana Laurel”. Con la multiplicidad de las palabras y de las identidades rasgueadas, esta valiosa invitación nos devuelve al primer punto de partida como lectores; a la capacidad absoluta e infinita de poder recrear y rescatar a Darío, quien siempre aparece y desaparece en este juego de espejos.
“Por desobedecer a sus padres”.
Ana Clavel.
México: Editorial Alfaguara, Kindle. 2022. 228 páginas.
Licenciada en Comunicación Social, Mención Periodismo Humanístico y Magister Scientiae en Literatura Latinoamericana y del Caribe. Por más de 20 años, ha dictado cursos sobre la escritura en Venezuela, en el Departamento de Comunicación Social de la Universidad de Los Andes (ULA) y en el Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar (USB). Con el apoyo de Erasmus Mundus (PRECIoSA) fue Profesora Invitada del Departamento de Filología en la Universidad de Salamanca Ha sido directora de la revista académica Estudios. Revista de Investigación Literaria y Cultural (USB) y como Encargada de Medios formó parte del Equipo Editorial fundador de la revista Latin American Literature Today, del Departamento de Lenguas Modernas, Literaturas y Lingüísticas de la Universidad de Oklahoma (OU). Actualmente, es profesora en el Departamento de Lengua y Literatura de Oklahoma State University (OSU). Ha publicado libros sobre crítica literaria, diversos ensayos teóricos sobre la literatura contemporánea, y entrevistas a escritores de la literatura actual.