Páradais. ¿Vivir en un paraíso de violencia social?
3 octubre, 2022
«Una pinche injusticia, eso es lo que era, tener que pasar horas enteras nomás esperando a que los residentes y los gorrones de mierda de sus invitados se largaran, para empezar a recoger su mugrero […] ¿Qué le costaba a esa gente depositar su basura en los botes repartidos por toda la terraza cuando terminaban sus fiestas?»
Páradais, Fernanda Melchor.
Páradais. ¿Vivir en un paraíso de violencia social?
¿Qué es el paraíso? Si bien puede variar en especificidades personales, por definición es un lugar bello, tranquilo y libre de mal. Y eso es lo que buscan quienes eligen vivir en Páradais (Paradise, paraíso en inglés); un barrio cerrado donde todas las casas son blancas y los jardines hermosos, las calles son tranquilas, la gente parece despreocupada y feliz, y las cámaras lo miran todo para asegurar esa tranquilidad. En un lugar como Páradais, el mal queda del otro lado del cerco. Aunque no, (una ironía, o no), porque Páradais es también partícipe clave en un contexto de extrema violencia.
Es en Páradais donde se conocen Polo y Franco Andrade.
Polo es un joven que creció en un hogar carenciado y violento en el barrio Progreso, barriada que linda con el exclusivo Páradais. Obligado por su madre, firma un contrato laboral para ser “un miembro del servicio” y ejercer como jardinero en el fraccionamiento residencial Páradais. Pero el contrato, además de no estar oficialmente registrado, (obviamente) no se cumple y Polo siente que le vendió su alma al mismísimo diablo. En Páradais es «el segador de yerba, el podador de ramas, el recogedor de mierda, el lavador de carros ajenos, el baboso que llega(ba) corriendo cuando los ojetes le chiflaban: el gato«. Cada día Polo va de dormir en el piso de la sala de estar de su casa a la humillación por lo que nunca será ni podrá tener. ¿Qué opciones tiene para lograr escapar de su vida, una que no eligió?
Franco Andrade, alias “el gordo” es un adolescente al que echaron de la escuela y que por eso vive temporalmente en el barrio Páradais con sus abuelos; pronto será enviado a una academia militar para que se encamine de una vez por todas. Franco sufre mucho bullying por su apariencia física y esconde su sufrimiento detrás de su obsesión por su vecina, la señora Marián Maroño, una joven madre de una familia tipo, muy atractiva y hegemónica, que maneja una Grand Cherokee blanca y sus labios y uñas rojas son imanes a los ojos de Franco. Él la observa refugiado en sus lentes de sol, desde detrás de las plantas, desde su ventana, con «la mirada obsesivamente clavada en las carnes untadas de bronceador de la doña, recostada a dos camastros de distancia«.
El alcohol como analgésico los junta un día en un muelle cercano y Franco, entre cigarrillos y bebidas caras y exclusivas que roba de su abuelo, le confiesa a Polo su deseo incontrolable por su vecina. Lo que en un principio parecen simples (aunque violentas) fantasías de un adolescente virgen deseoso por experimentar sexualmente e incentivado por el porno que mira sin control, pronto inquietan, y Polo se transforma en el testigo principal de cómo Franco planea concretar esas fantasías sexuales; como se la va a coger a la señora Marián como sea, “por las buenas o por las malas”. Ella sería suya para que él pudiera hacer con ella lo que quisiera, sin piedad y, de ser necesario, sin permiso.
Dos personajes provenientes de mundos opuestos: un adolescente con privilegios económicos y con todas las necesidades básicas cubiertas y un joven que creció en un barrio pobre en el que las drogas, el alcohol y las armas son moneda corriente, y el narcotráfico es siempre una posible puerta hacia la libertad. ¿Qué los une entonces a tan opuestos personajes?
Con una voz bien mexicana, y directa, cruda y sin tapujos, Fernanda Melchor nos cuenta la historia de dos jóvenes que buscarán de cualquier modo la salida del mundo en el que viven y que juntos, con la ira como cimiento, construirán una relación utilitaria y ventajosa para ambos. ¿El final? No se lo imaginan. ¿Quién es el bueno y quién es el malo? Ustedes verán. Los límites entre víctima y victimario se desdibujan, se nublan.
Páradais es una historia sobre el daño que hace la diferencia social, una sociedad patriarcal y condescendiente, el desamor y los estándares de belleza físicos. La desesperación, el odio y la injusticia pueden llevar a unx a lugares muy oscuros de los que, a veces, no hay vuelta atrás.
En Páradais la violencia social se ve en primer plano y la injusticia teje la trama. Es una novela excelente que nos plantea un problema social muy grave que sucede en demasiados países del mundo. Imposible que no nos movilice leerla.
Buenos Aires, Argentina, 1983.
Es Licenciada en lengua y literatura inglesa, traductora, profesora de inglés y astróloga. Hace 14 años que se desempeña como docente de literatura en escuelas secundarias, y actualmente también trabaja como escritora, correctora y traductora freelance, y escribe reseñas literarias en la revista cultural digital Tren Insomne. Es bookstagrammer y maneja una librería virtual que fundó en honor a su madre, Las Orquídeas de Dolores.
Instagram: @jimenaglebrero