Sara, una revisión irónica

31 enero, 2016

En este breve comentario se anotan algunos de los elementos más significativos de la más reciente novela de Sergio Ramírez: su tono irónico, la personalidad del narrador, la presentación iconoclasta de los personajes y la composición literaria.


La novela Sara (2015) de Sergio Ramírez hace una revisión literaria de la historia de Abraham, el patriarca que pacta con Dios en el Génesis. Pero a diferencia de otras célebres versiones de episodios bíblicos, como El paraíso perdido de John Milton, Tres versiones de Judas de Jorge Luis Borges, Beso para la mujer de Lot de Carlos Martínez Rivas o El evangelio según Jesucristo de José Saramago, que cambian el sentido de las historias con una exégesis crítica y dramática, Ramírez reescribe el relato de Sara y Abraham con ironía, una de las formas sutiles de la crítica.

Esta mirada irónica se muestra a través de uno de los personajes más llamativos de la novela: el narrador. Este no solo nos cuenta la relación conflictiva entre Sara, Abraham y el Mago, sino que cuestiona el proceder de los protagonistas, anota las inconsistencias de la versión canónica, propone una versión de los hechos más verosímil y completa imaginativamente las omisiones del relato bíblico. La idiosincrasia del narrador compite con la del Mago en la elaboración de la historia, porque el Mago conduce los hechos con un sentido que solo él conoce, pero el narrador los cuenta a su manera, y este estilo de contar adquiere una voz propia, es decir, se vuelve una personalidad.

Otra de las formas de la ironía es la presentación iconoclasta de los personajes. Sara y Abraham aparecen como personas sumidas en los avatares de la existencia, llenos de pasiones contradictorias, dudas, certezas, ambiciones y frustraciones, a diferencia de la interpretación tradicional que los muestra como protagonistas de un guión divino, no exento de crueldad y sadismo, que acatan sin remilgos. Asimismo, el Mago es un ser múltiple: niño, vagabundo tuerto o mancebos andróginos, cada uno con sus propias características, pero llevando a cabo una misma misión que por momentos parece disparatada.

Uno de los episodios memorables es la destrucción de Sodoma.  En esta parte el estilo de la novela alcanza su pleno desenvolvimiento. Ramírez nos presenta a unos personajes carnavalescos en una atmósfera apocalíptica con toques de humor. Aquí convergen los elementos compositivos de la novela: la versión creativa de la historia, las constantes referencias al texto original, los comentarios que le dirige el narrador al lector, la alusión a otras historias del Génesis, el recurso cervantino de presentarse el narrador como un amanuense que transcribe una versión de la historia y simultáneamente reflexiona con ironía sobre ella.

Ramírez aborda a través de esta novela, de manera indirecta, el tema de la relación entre la realidad y la ficción. Para Ramírez la ficción es una mentira que dice la verdad. Y en uno de los capítulos el Mago expresa su condición de ser un hacedor, un creador de historias, con una clara alusión borgeana al oficio literario. Es decir, el Mago se presenta como una especie de escritor. Pero, ¿cuál es la verdad que dice la novela Sara? Quizás la respuesta esté en el conflicto entre los personajes y en su incapacidad de dilucidar el sentido último de los trabajos caprichosos que les impone el Mago.

La alusión borgeana plantea una discusión aparte sobre las concepciones literarias de Ramírez y Borges. Para Ramírez la literatura muestra un aspecto de la realidad que de otro modo es insuficiente expresar. En cambio, para Borges, el reconocimiento del carácter ilusorio de la literatura nos ayuda a comprender la naturaleza también ilusoria de lo que llamamos realidad. En uno de los episodios surrealistas de la novela, el Mago se inclina sobre la concepción borgeana, en cambio, el personaje que cuenta la novela parece más identificado con Ramírez.

Comparte en:

Masaya, Nicaragua, 1978.
Poeta, ensayista y periodista. Ha publicado en las revistas El hilo azul (Nicaragua) e Hispamérica (Estados Unidos), y en las antologías Retrato de poeta con joven errante (2005), Poetas, pequeños Dioses (2006), Cruce de poesía (2006) y en La Nación Generosa: 111 rutas al lado del mar (2015), antología de poesía hispanoamericana, publicada por la revista española La Galla Ciencia. También ha publicado en Babelia, suplemento cultural de El País. Colabora para Carátula, revista cultural centroamericana. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas (UNAN-Managua).