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Selección poética de Jack Gilbert

1 octubre, 2013

El próximo mes de noviembre, McNally Jackson Books, en Nueva York, hará la primera publicación de una colección de poemas de Jack Gilbert, traducidos al español por Eva Gasteazoro. Es la primera vez que Jack Gilbert es publicado en otro idioma. Carátula comparte la presentación de «Jack Gilbert en español. El dialecto olvidado del corazón (The Forgotten Dialect of the Heart)», de Gasteozoro, seguido a continuación de una selección bilingüe de los poemas de Gilbert.


“¿Y quién es Jack Gilbert?” me preguntan muchos, artistas, intelectuales y otros neoyorquinos amigos y colegas; ya no digamos gente del mundo hispanohablante. Son realmente pocos los intelectuales americanos y latinos que conocen la enorme singularidad de la poesía de Jack Gilbert. Como dice Alice Quinn —editora de poesía del New Yorker, quien logró presentar una serie de poemas de Gilbert durante ocho meses entre 2004 y 2005—, “Yo llegué tarde a darme cuenta del vívido y solitario entorno de Jack, su deslumbrante carga filosófica tan obvia para mí ahora”. Muchos piensan que mereció haberse ganado el Pulitzer Prize, cuando en 1983 —y ahora mismo en 2013— fue finalista junto a colecciones importantes.

Jack Gilbert nace en Pittsburgh, Pennsylvania en 1925 y muere en 2012. Su primera colección de poemas Views of Jeopardy —publicada en 1962— recibe el premio Yale Series of Younger Poets, y es nominado para el Pulitzer Prize. El New York Times en su reseña de entonces tilda a Gilbert de “inescapably gifted”. Gordon Lish (Knopf) le dedica 28 páginas en el artículo principal del primer ejemplar de la revista literaria Genesis West. De manera entusiasta lo titula “Genesis West celebra la excelencia de Jack Gilbert”; y presenta varios de sus poemas junto con una larga y reveladora entrevista. Lish asimismo invita, entre otros, a Stanley Kunitz, Theodore Roethke, Stephen Spender, a escribir sus alabanzas a la obra de Gilbert. Según dice Dan Albergotti (Academy of American Poetry) Gilbert se convierte entonces en “la nueva cara de la literatura americana”.

En esas fechas del gran triunfo de un debutante —Gilbert es un guapísimo de 37 años de edad—, le hacen numerosas entrevistas y sus fotografías aparecen en Glamour y en Vogue. En otras palabras, tiene a ese cosmos del “gran mundo literario americano” en la palma de la mano.

¿Y qué hace Gilbert con el triunfo? Desaparece. Se retira de lo que propondrían “los placeres” de ser una celebridad. En 1964 obtiene la beca Guggenheim y decide irse a Europa con la poeta Linda Gregg, su pareja de entonces. Viven en Dinamarca, en Italia y por último en remotas islas griegas, Paros y Monolithos. Trabaja en cualquier cosa que le dé de comer. Más que un exilio geográfico, Gilbert no quiere pertenecer a ningún artificio. Quiere escribir en su profundo y diario vivir.

Dos décadas pasan hasta que se publica su segundo libro: Monolithos (Knopf, 1982); y The Great Fires (Knopf, 1992) con el que obtiene el Lannan Literary Award. En 2008 se publica Refusing Heaven. Recibe el National Book Critics Circle Award for Poetry. Gilbert es más conocido en ciertos círculos literarios, pero nada cambia su posición de recluso medio hambriento. Gordon Lish, el conocido editor de la alta cumbre de Knopf lo continúa publicando hasta ahora, su último libro, The Dance Most of All; y en 2012, Collected Poems, una colección de más de 50 años de poemas de Gilbert.

Jack Gilbert llega a mis manos a través de Peter Christopher (1956–2008; Campfires of the Dead, Knopf, 1988), quien es parte de un grupo de escritura que dirige Lish. Christopher me enamora leyéndome Don Giovanni On His Way To Hell (Don Juan camino al Infierno):

...To hold her in hand, closed as any sparrow, / and call and call forever till she turn from bird / to blowing woods to jungle. Persimmon...

Tomarla en mis manos, cerrada como un gorrión
cantar y cantar infinitamente hasta que pasara de pájara
a bosque airoso. A selva. A fruta de palo santo.

…Then oh, through the underwater time of night, / indecent and still, to speak to her without habit.

Después, ¡ay! en el tiempo subacuático de la noche,
indecente y quieto, hablar con ella sin costumbre.

…I wish I could tell you how it is in that dark, / standing in the huge singing and the alien world.

Quisiera poder contarles cómo es estar en esa oscuridad,
de pie en medio del enorme canto y el mundo ajeno.

Es un honor para mí ser la primera traductora de Jack Gilbert al español.

El respetar la sintaxis del poema original ha sido uno de mis propósito esenciales; no sólo para mantener la idea del autor —una idea por frase—, el ritmo y la parte formal del poema, sino también la parte visual. De igual forma, conjugar los verbos, evitar participios y gerundios del inglés con el objeto de darle vida, acción al poema. Luego, por supuesto, la batalla con los detalles, deshacerse de las palabras innecesarias (the bookeeping words).

La traducción de un poema narrativo y lírico, como el anterior al castellano, obviamente presenta una serie de problemas, a saber, la síntesis del inglés, su forma nominativa, el uso del verbo ser o estar: ¡todas dificultades! Sin embargo, dos cosas son importantes: una, respetar lo que dice el original, y dos, lograr —con el menor número de palabras—, que sea poesía en español.

Fue también a través de Christopher que llegó a mis manos Monolithos, el libro de Gilbert que comprende algunos poemas de 1962 (Views of jeopardy) y otros de 1982. Monolithos se vuelve inmediatamente mi libro de cabecera. Donde anduviera yo en el mundo, hasta en sus bordes y precipicios, ahí andaba Gilbert conmigo. Me fascina su amor por las mujeres… “en toda su particularidad y diferencia”, su hablar directo y sensual sobre el dolor, la pérdida, el espíritu, sin ningún atisbo de sentimentalismo —usando a veces, formas arcaicas—, las referencias a una Europa, tanto moderna y mundana, como clásica. El llegar a desnudarse, al fondo del ser, desorientado, humilde, luminoso ante el abandono, la liviandad y la mortalidad.

The sky /  on and on / stone. / The Mediterranean / down / the cliff, / stone. / These fields,/ rock / Dead weeds / everywhere. / And the weight / of sun. /In the weeds / an old woman / lifting off / snails. / Near / two trees / of ripe figs. / The heart  / never fits the journey. / Always / one ends / first.

El cielo
hasta el infinito,
piedra.
El Mediterráneo
bajo los riscos
piedra.
Estos campos,
roca.
Por donde sea
la hierba seca.
Y el peso
del sol.
Entre la hierba,
una anciana
recoge
caracoles.
Cerca,
dos árboles
de higos maduros.
El alma
nunca iguala
el trayecto.
Siempre
uno termina
antes.

En la colección de poemas que presento, he querido usar las dos formas conocidas dentro del estilo de Gilbert: la narrativa, en la que emplea una serie de imágenes y referencias clásicas para llevarnos a la parte esencial del poema —al espíritu que nos revuelca— a veces en un par de líneas; y la otra, el poema minimalista, donde las palabras son simples, exactas y sin ninguna decoración o comentario.

Un par de años después, Christopher desaparece de mi vida, pero Gilbert sigue llegando a mí. Lo leo en el New Yorker, en Esquire, en el American Poetry Review, oigo una entrevista en NPR; pregunto por él en conversaciones formales o informales, y muchos todavía —¡demasiados!— no lo conocen. Compro sus libros y enamoro yo a otros con él. Aparece Refusing Heaven en 2008. Me atrae su obra aún más, su culto a la soledad: solitude, palabra que no tiene equivalente en mi lengua materna y a cuyo culto me uno como al oxígeno.

Pensé que sería fácil. Y no. Se volvió cada vez más complejo. ¿Cómo respetar una sintaxis en la que él había pensado tanto? ¿Qué vocablo usar, cuáles son los sinónimos, qué hago con esta oración que suena tan pedestre o tan tonta en castellano? ¿Cómo serle fiel al poema? ¿Cómo eliminar los artículos indispensables a veces en español, qué hacer con los gerundios, el femenino, el masculino y las malditas preposiciones y conjunciones?

Al final, todo es el lenguaje, no son oraciones ni frases, son palabras y sílabas y silencio…, ¡respirar! expresar un pensamiento de la misma forma, transcribir una imagen, su ritmo, “the dance most of all.”

El 12 de mayo del 2012 —a través de su amigo Henry Lyman— tuve el honor de conocer a Jack Gilbert personalmente. Supo —a pesar de una ausencia aparente (dementia)— que lo traducía al español. Me tuvo entre sus manos, en sus ojos y, por un instante, dijo lo que ya estaba dicho.

THE FORGOTTEN DIALECT OF THE HEARTHow astonishing it is that language can almost mean, and frightening that it does not quite.  Love, we say, God, we say, Rome and Michiko, we write, and the words get it all wrong.  We say bread and it means according to which nation.  French has no word for home, and we have no word for strict pleasure. A people in northern India is dying out because their ancient tongue has no words for endearment. I dream of lost vocabularies that might express some of what we no longer can.  Maybe the Etruscan texts would finally explain why the couples on their tombs are smiling.  And maybe not.  When the thousands of mysterious Sumerian tablets were translated, they seemed to be business records.  But what if they are poems or psalms?  My joy is the same as twelve Ethiopian goats standing silent in the morning light. O Lord, thou art slabs of salt and ingots of copper, as grand as ripe barley lithe under the wind's labor. Her breasts are six white oxen loaded with bolts of long-fibered Egyptian cotton.  My love is a hundred pitchers of honey.  Shiploads of thuya are what my body wants to say to your body.  Giraffes are this desire in the dark.  Perhaps the spiral Minoan script is not language but a map.  What we feel most has no name but amber, archers, cinnamon, horses, and birds.

EL DIALECTO OLVIDADO DEL CORAZÓN

Es sorprendente que el lenguaje apenas alcance a decir
y terrible que casi no lo logre. Amor, decimos,
Dios, decimos, Roma, Michiko, escribimos, y las palabras
lo dicen todo mal. Pan, decimos, y es algo distinto
en cada nación. El francés no tiene palabra para hogar,
y en inglés no hay palabra para gusto. Un pueblo
en el norte de la India muere porque su antigua
lengua no tiene una palabra para decir ternura. Yo sueño
con vocabularios perdidos que expresen eso que nosotros
ya no podemos. Quizás los textos etruscos puedan
al fin explicar porqué las parejas en sus tumbas
sonríen. Y quizás no. Cuando los miles
de misteriosas tablas sumerias se tradujeron,
semejaban registros contables. Y acaso fuesen
poemas o salmos. Mi felicidad es lo mismo que doce
cabras etíopes paradas en silencio a la luz del alba.
O Señor, eres bloques de sal y lingotes de cobre,
tan grande como cebada madura, flexible en la labor del viento.
Sus senos son seis bueyes blancos cargados con rollos
de fina fibra de algodón egipcio. Mi amor son cien
cántaros de miel. Cargamentos de thuja es lo que mi cuerpo
quiere decirle a tu cuerpo. Las jirafas son este
deseo en la oscuridad. Quizás los escritos minoenses en espiral
no sean lenguaje sino mapas. Lo que más sentimos no
tiene nombre, es ámbar, arqueros, canela, caballos y pájaros.

Hace un tiempo, sin esperarlo, se me presenta la oportunidad de traducirlo. Linda Gregg, heredera de la obra de Gilbert, se entusiasma y me concede el permiso. No tuve duda. Tocaba hacerlo. Lo hice por amor, “for my heart’s desire”. ¿Obsesión otra vez? Tal vez, un poco… “This I have done with my life, and am content”

* * *

Selección poética bilingüe de Jack Gilbert

[Traducción de Eva Gasteazoro]

[1]

DON GIOVANNI ON HIS WAY TO HELL

How could they think women a recreation?
Or the repetition of bodies of steady interest?
Only the ignorant or the busy could. That elm
of flesh must prove a luxury of primes;
be perilous and dear with rain of alternate earth.
Which is not to damn the forested China of touching.
I am neither priestly nor tired, and the great knowledge
of breasts with their loud nipples congregates in me.
The sudden nakedness, the small ribs, the mouth.
Splendid. Splendid. Splendid. Like Rome. Like loins.
A glamour sufficient to our long marvelous dying.
I say sufficient and speak with earned privilege,
for my life has been eaten in that foliate city.
To ambergris. But not for recreation.

Nor for love as the sweet pretend: the children’s game
of deliberate ignorance of each to allow the dreaming.
Not for the impersonal belly nor the heart’s drunkenness
have I come this far, stubborn, disastrous way.
But for relish of those archipelagoes of person.
To hold her in hand, closed as any sparrow,
and call and call forever till she turn from bird
to blowing woods. From woods to jungle. Persimmon.
To light. From light to princess. From princess to woman
in all her fresh particularity of difference.
Then oh, through the underwater time of night,
indecent and still, to speak to her without habit.
This I have done with my life, and am content.
I wish I could tell you how it is in the dark,
standing in the huge singing and the alien world.

DON JUAN CAMINO AL INFIERNO
(Don Giovanni on His Way to Hell)

¿Quién piensa en las mujeres no más por diversión?
¿O cuerpos repetidos con un mismo afán?
Los ignorantes, los ocupados, quizás. Ese olmo
de carne probará ser lujo de primera;
atrevido y querido, con lluvia de tierra alterna.
Lo que no es condenar de intocable la China forestal.
No me uno al clero ni rendido estoy, y mi vasto conocer
de senos, sus altos pezones, se congrega en mí.
El desnudarse inusitado, las delicadas costillas, la boca.
Espléndida. Espléndida. Espléndida. Como Roma. Como ijares.
Glamour suficiente para nuestro maravilloso y largo morir.
Digo suficiente, y hablo con merecido privilegio,
mi vida ha sido consumida en esa ciudad foliada.
Hasta el almizcle. Pero no por diversión.
No habría perdido tanto no más por diversión.

Tampoco por amor, como pretenden los románticos: juego de niños
con deliberada ignorancia, a cada cual según su sueño.
Ni por el vientre impersonal ni por el ebrio corazón
he recorrido este largo, obstinado, desastroso trayecto.
Mas por el anhelo de esos archipiélagos de persona.
Tomarla en mis manos, cerrada como un gorrión
cantar y cantar infinitamente hasta que pasara de pájara
a bosque airoso. A selva. A fruta de palo santo.
A luz. A princesa. A mujer
en toda su particularidad y diferencia.
Después, ¡ay! en el tiempo subacuático de la noche,
indecente y quieto, hablar con ella sin costumbre.
Contento, he hecho esto con mi vida.
Quisiera poder contarles cómo es estar en esa oscuridad,
de pie en medio del enorme canto, y el mundo ajeno.

[2]

BETWEEN POEMS

A lady asked me
what poets do
between poems.
Between passions
and visions. I said
that between poems
I provided for death.
She meant as to jobs
and commonly.
Commonly, I provide
against my death,
which comes on.
And give thanks
for the women I have
been privileged to
in extreme.

ENTRE POEMAS
(Between Poems)

Una mujer quiso saber
qué hacen los poetas
entre poemas.
Entre pasiones
y visiones. Le dije
que entre poemas
me preparaba para la muerte.
Ella quiso decir entre
una cosa y otra, lo común.
Comúnmente, me
preparo contra la muerte
que se aproxima.
Y doy gracias por
las mujeres a las que
he tenido el privilegio,
en extremo.

[3]

THE ABNORMAL IS NOT COURAGE

The Poles rode out from Warsaw against the German
tanks on horses. Rode knowing, in sunlight, with sabers.
A magnitude of beauty that allows me no peace.
And yet this poem would lessen that day. Question
the bravery. Say it’s not courage. Call it a passion.
Would say courage isn’t. Not at its best.
It was impossible, and with form. They rode in sunlight.
Were mangled. But I say courage is not the abnormal.
Not the marvelous act. Not Macbeth with fine speeches.
The worthless can manage in public, or for the moment.
It is too near the whore’s heart: the bounty of impulse,
and the failure to sustain even small kindness.
Not the marvelous act, but the evident conclusion of being.
Not strangeness, but a leap forward of the same quality.
Accomplishment. The even loyalty. But fresh.
Not the Prodigal Son, nor Faustus. But Penelope.
The thing steady and clear. Then the crescendo.
The real form. The culmination. And the exceeding. The marriage,
not the month’s rapture. Not the exception. The beauty
that is of many days. Steady and clear.
It is the normal excellence, of long accomplishment.

LO ANORMAL NO ES VALENTÍA
(The Abnormal Is Not Courage)

Los polacos escaparon de Varsovia a caballo contra tanques
alemanes. Cabalgaban sabiendo, a plena luz con sus sables.
Tal magnitud de belleza no me deja conciliar la paz.
Aún así, este poema podría suavizar ese día. Cuestionaría
la bravura. Diría que no fue valentía. Lo llamaría pasión.
Diría que la valentía no es eso. No en su mejor gala.
Imposible en toda forma. Cabalgaban a plena luz.
Los despedazaron. Y digo, la valentía no es lo anormal.
No el acto maravilloso. Ni Macbeth con su gran discurso.
Los indignos se manejan en público, o por un instante.
Tan cercano al corazón de la puta: la abundancia del impulso,
incapaz de sustentar la más mínima bondad.
No el acto maravilloso, sino la evidente conclusión de ser.
No lo extraño, sino un salto adelante de la misma suerte.
Logro. Lealtad. Firme, pero fresca.
No el hijo pródigo, ni Fausto. Sino Penélope.
Serena, lúcida. Luego, el crescendo.
La verdadera forma. La culminación. Y el desborde.
No la sorpresa. Mas la asombrosa comprensión. La nupcia,
no el arrebato de un mes. No la excepción. Sino la belleza
de tantos días. Serena, lúcida.
La excelencia normal, el continuado logro.

[4]

PERSPECTIVE HE WOULD MUTTER GOING TO BED

“Perspective,” he would mutter, going to bed.
“Oh, che dolce cosa è questa
prospettiva.” Uccello. Bird.

And I am as greedy of her, that the black
horse of the literal world might come
directly on me. Perspective. A place

to stand. To receive. A place to go
into form. The earth by language.

Who can imagine antelope silent
under the night rain, the Gulf
of Biloxi at night else? I remember

in Mexico a man and a boy painting
an adobe house magenta and crimson
who thought they were painting it red. Or pretty.

So neither saw the brown mountains
move to manage that great house.

The horse wades in the city of grammar.

PERSPECTIVA MURMURABA ÉL AL ACOSTARSE
 (Perpective He Would Mutter Going to Bed)

“Perspectiva”, murmuraba él al acostarse.
“Oh, che dolce cosa è questa
prospettiva”. Uccello. Pájaro.

Y tal es mi anhelo por ella, que el caballo
negro del mundo literal podría venírseme
encima. Perspectiva. Un lugar

donde pisar firme. Donde recibir. Hacia
donde ir y llegar. La tierra por lenguaje.

¿Quién imagina antílopes
silenciosos bajo la lluvia nocturna, el golfo
en Biloxi por la noche y más? Recuerdo

en México, un hombre y un niño pintaban
una casa de adobe en magenta y carmesí.
Y creían que la pintaban de rojo. O bonita.

Ninguno veía las pardas montañas
moverse, para poder con la enorme casa.

El caballo arremete en la ciudad gramatical.

[5]

THE PLUNDERING OF CIRCE

Circe had no pleasure in pigs.
Pigs, wolves, nor fawning
lions. She sang in our language
and, beautiful, waited for quality.

Every month they came
struggling up from the cove.
The great sea-light behind them.
Each time maybe a world.

Season after season.
Dinner after dinner.
And always at the first measures
of lust became themselves.

Odysseus? A known liar.
A resort darling. Untouchable.

EL DESPOJO DE CIRCE
(The Plundering of Circe)

Circe no hallaba placer en los cerdos.
Ni en cerdos, ni en lobos, ni en leones
serviles. Cantaba en nuestra lengua
y, hermosa, aguardaba la virtud.

Todos los meses llegaban
de mar adentro, braceando caleta arriba.
Detrás, la inmensa luz del océano.
Cada vez un mundo quizás.

De una temporada a otra.
De una cena a otra cena.
Y siempre, al primer viso de lujuria,
se convertían en lo que eran.

¿Odiseo? Un conocido embustero.
Un galán de club. Intocable.

[6]

OVID IN TEARS

Love is like a garden in the heart, he said.
They asked him what he meant by garden.
He explained about gardens. “In the cities,”
he said, “there are places walled off where color
and decorum are magnified into civilization.
Like a beautiful woman,” he said. How like
a woman, they asked. He remembered their wives
and said garden was a figure of speech,
then called for drinks all around. Two rounds later
he was crying. Talking about how Charlemagne
couldn’t read but still made a world. About Hagia
Sophia and putting a round dome on a square
base after nine hundreds years of failure.
The hand holding him slipped and he fell.
“White stone in the white sunlight,” he said
as they picked him up. “Not the great fires
built on the edge of the world.” His voice grew
fainter as they carried him away. “Both the melody
and the symphony. The imperfect dancing
in the beautiful dance. The dance most of all.”

OVIDIO EN LÁGRIMAS
(Ovid in Tears)

El amor es como un jardín en el corazón, dijo él.
Le preguntaron qué quería decir con jardín.
Explicó sobre los jardines. “En las ciudades”,
dijo, “hay lugares amurallados donde el color
y el decoro se magnifican en una civilización.
Como una bella mujer”, les dijo. Cómo como
mujer, preguntaron ellos. Pensó en las mujeres
de esos hombres y les dijo: jardín es un lenguaje
figurado, y pidió vino para todos. A la segunda ronda,
lloraba. Hablaba sobre cómo Carlomagno
no sabía leer, y aún así creó un mundo. De Santa
Sofía y cómo se montó la cúpula sobre una base cuadrada
después de novecientos años de fracaso.
La mano que lo sostenía resbaló y él cayó al suelo.
“Blanca piedra, blanca luz de sol”, dijo mientras
lo recogían. “No las grandes fogatas
al fin del mundo”. Su voz
se desvanecía mientras se lo llevaban. “Tanto la melodía
como la sinfonía. La danza imperfecta dentro
la maravillosa danza. Ante todo la danza”.

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Escritora, traductora y artista de performance nicaragüense. Vive en Nueva York desde 1983. Su obra de performance se presenta en numerosos teatros de Nueva York, a nivel nacional, e internacional. Sus novelas: Niña nocturna se publica en Argentina (alción editora, 2019); Todos queríamos morir, en Nicaragua (anamá ediciones, 2015). El dialecto olvidado del corazón, su selección de poemas de Jack Gilbert traducidos al español, se publica en Nueva York (DíazGrey Editores, 2014). Durante la presidencia de Violeta Chamorro funge como diplomática para la Misión de Nicaragua ante Naciones Unidas.