Donde tirita el nombre

1 junio, 2011

La biografía de un poeta, a veces, puede despistarnos de su propia obra. Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) estudió Derecho y Literatura. Vive en su ciudad natal donde da clases como profesor de Literatura tanto en la prestigiosa  Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) como en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE). Y aunque no siempre se cumple, de un profesor de Literatura, que se declara admirador de Luis Cernuda y de Borges, uno esperaría una obra poética llena de referencias literarias o de juegos experimentales que pongan en práctica hallazgos académicos. Pero la poesía de Montobbio, sin embargo, lleva la espontaneidad de los jóvenes, y sus versos buscan lo sencillo con auténtica desesperación, lo nimio, lo pequeño para enaltecerlo como sólo se lee en los grandes poemas de grandes poetas. Ustedes podrán gustar aquí una breve selección de sus versos, entre los que incluimos algunos de sus últimos poemas, Donde tirita el nombrepublicados en portugués por la editorial de Cláudio Giordano de São Paulo, y traducidos por Fernando Fiorese. Además, hay otros tomados de  Absurdos principios verdaderoslibro que acaba de publicar en Españala colección Biblioteca Íntima de March editor (y del que Carátula ya  publicó un anticipo).


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Del libro La poesía es un fondo de agua marina.

EL MAR ESTÁ AL FINAL DE ALGUNOS NIÑOS.
Habita su corazón y es quizá su brújula,
su ritmo, su latido. El mar está al final
de todo lo que resplandece en esta vida.
El mar es una infancia. El mar es la libertad, la música.
Yo quiero ser el mar que te encuentre y te adivine
cuando se despierte la mañana y en tu alma
su ritmo seguir, como un niño
que al final o en su corazón lo cifra.

NADIE SABE NADA: SIRVE DE TITULAR
o de rótulo o de nombre de bar. Pero es verdad.
Nadie sabe qué sombra tras sus pasos alienta
y qué día es el que le alcanza. Nadie sabe
la sombra que es su perfil exacto y en el agua
se refleja, la luna al que el corazón hizo
una promesa que no recuerda, un camino
por fin sin zarzas, el remanso de un río
de aguas frescas. Nadie sabe dónde encontrarlas,
ni dónde están, en qué olvidado lugar de su adentro
aún se hallan. Nadie sabe nada.
Sobre este titular de prensa, declaración
de intelectual famoso o nombre de tienda de ropa,
quizá más de bar, se encierra una tragedia
y el mínimo motivo, también, de este poema.

De Absurdos principios verdaderos

DE LA VIDA SÓLO SÉ QUE ESTÁ MUY LEJOS
Los mismos balcones siempre por mucho que digas
Los mismos balcones los continuados suicidios
Aquel amor que no supe corresponder
Aquel amor que no supe dejar que no se fuera
Aquella muerte aquel amor aquel amor
La noche se persigue sin remedio a sí misma
Sobre la lluvia la soledad se ensaña
Las cabinas de teléfonos hacen ver que comprenden
En olvidados ojales suspira la muerte y sus nenúfares
Todo anillo tiene forma de sangre
De la vida sólo sé que está muy lejos

A MIS PAISANOS

Cuando uno se va es porque ya se ha ido
o porque siempre ha estado en otro sitio.

ESCRIBO COMO FUEGO O MIEDO O PECHO
postales y amenazas, una postal para enviártela
a tu dirección antigua, desde mi diminuto olvido,
con palabras olvidadas o partituras de música en las que puede
en cualquier calle ser risa la mañana, el inexistente tiempo
en que se puede esperar el mundo
o precipicio último que asomara
en el idioma oculto en el que cifro
los misterios de estar vivo, sobre
las muertes voces de las veces
en que como un alfiler se repetía
tu rostro sobre mi corazón hundido,
las muertas voces o los anillos
esperados en la sangre.

De El anarquista de las bengalas

CONFESIÓN ÚLTIMA

De entre las mentiras una de las que prefiero
es la luna. Antigua o perdida, ni los locos
la creen, y con sus torpes palabras pueden
fabricársele torpes vestiduras. Porque
el poeta -gata falsa- a veces no está
para cielos o pájaros es por los que os hago
una confesión última. De la noche
no hablo. Porque sin engaño o niño
cómo osar decirte
que la noche es mentira.

EL ANARQUISTA DE LAS BENGALAS

Yo soy el anarquista de las bengalas,
el anarquista único, el que permanece y pasa:
he tenido nombres en los que dormían las frutas
de los corazones raros. A todas horas trabajo,
y en especial cuando la gente afirma
que no hago nada. Se lavarme el alma
sobre papel y nada, colocar bombas de relojería
en las ciudades que siento en las espaldas,
buscarle y con olvido las cosquillas a un amor
que prefiguro con distancia y a través de todo eso
seguir estando en todas partes habiéndome
marchado.
                  Porque yo soy
el anarquista de las bengalas. Cada vez
que enciendo una tu corazón
y mi corazón se apagan.

PARA UNA TEOLOGÍA DEL INSOMNIO

Minuciosamente sueño a Dios durante el día
para por la noche poder creer que me perdona.

Desde la culpa de no ser feliz, de no haberlo sido,
desencuaderno mis ojos huecos y de sobras sé
que no dormir es un rastro del infierno.

De Donde tirita el nombre

AUTÉNTICO OFICIO

No digas que la tarde puede ser mecedora o asesina.
No digas adiós, muchacha, perro, esquina.
No digas nada, sólo no digas. Ahora y con virutas
nada más sepulta.

DONDE TIRITA EL NOMBRE

La soledad es una frontera donde tirita el nombre,
y detrás de ella no hay más que un infierno
donde las yemas de los dedos no guardan dibujos
que puedan distinguirnos.

Y ESO QUE HACE TIEMPO QUE SÉ QUE TENGO QUE
ESCRIBIRTE UNA COSA PARECIDA:

La adolescencia es una pantera hecha de mimbre,
pero detrás de la noche aún sostiene al mundo.
El silencio de sus pasos oigo, si se va la tarde,
y mi cursi corazón te sueña etcéteras.

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Barcelona, España, 1966.
Licenciado en Derecho y Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Profesor de la UNED, de ESADE, de la Facultad de Filosofía de Cataluña de la Universidad Ramon Llull y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su primer libro fue Hospital de Inocentes (1989). Ha publicado también Ética confirmada (1990), Tierras (1996), Los versos del fantasma (2003), El anarquista de las bengalas (2005), finalista del premio Quijote 2006, que concedía la Asociación Colegial de Escritores de España al mejor libro publicado en el año mediante votación de sus socios, y Absurdos principios verdaderos (2011). Es autor de una tetralogía formada por los libros: La poesía es un fondo de agua marina (2011), Los soles por las noches esparcidos (2013), Hasta el final camina el canto (2015) y Sobre el cielo imposible (2016)-, y a ésta se han sumado con posterioridad los libros La lucidez del alba desvelada (2017), La antigua luz de la poesía (2017), Poesía en Roma (2018). La hispanista brasileña Ester Abreu Vieira de Oliveira ha publicado un libro dedicado a su obra poética, con un estudio de la misma y también una antología de su poesía en edición bilingüe castellano-portugués: A arte poetica de Santiago Montobbio (Analisi e traduçao) (Editorial Opçao, Brasil, 2017). Nicaragua por dentro (2019) es su último libro de poemas.