Selección poética

1 junio, 2011

A Humberto Ak’abal (Momostenango, 1952), poeta de gran intesidad lírica y uno de los mayores exponentes de su país, le preguntaron qué era la poesía. Él respondió: «Esta ha sido la eterna pregunta de todos los tiempos. ¿Es que acaso es necesaria una respuesta? ¿No basta con deleitarse con la lectura de un poema o de un libro de poesía con el que uno se sienta identificado? El sólo intento de pretender dar una respuesta equivale a romper el encanto, la magia que durante siglos ha mantenido la poesía. Creo, más bien, que hay distintas respuestas, y que cada época tiene la suya; más aún, me atrevería a decir que cada lector tiene su propia respuesta.» Para que los lectores de Carátula se armen de sus propias respuestas, compartimos en este número una selección poética de este poeta de la etnia Maya K’iche.


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CAMINO AL REVÉS

De vez en cuando camino al revés:
es mi modo de recordar.

Si caminara sólo hacia adelante,
te podría contar
cómo es el olvido.

LAS LENGUAS

Aquí también
se dividieron las lenguas.

No se hizo ninguna construcción
fuera de lo normal.

Todos estaban en sus cabales
y a flor de tierra.

VUELO

Soy pájaro:

mis vuelos son
dentro de mí.

NO SÉ

Mi pueblo
Me vio salir en silencio.

La ciudad con su bulla
Ni cuenta se dio
De mi llegada.

Dejé de ser campesino
Y me hice obrero:

No sé si adelanté
O retrocedí.

Una persona

Una persona triste
no es una persona.

Es un pedazo de algo
que camina
con la mitad de la vida.

PIEDRAS

No es que las piedras sean mudas;
sólo guardan silencio.

ALLÁ

Allá
de donde  yo soy

es el único lugar
donde uno
puede agarrarse de la noche
—como de una baranda—

para no caer
en la oscuridad

Chonimutux

Las noches en Chonimutux
son espesamente negras.

Puede llevarse
un poco entre las manos
y tapar con ela
hoyitos en las paredes.

Son como barrancos boca abajo.

Si te quedás viendo su hondura
Sentís irte de cabeza

como si la tierra estuviera arriba
y uno parado en el cielo.

A veces ríos

Si llevan agua
son ríos.

Si no,
son caminos.

El triste

Yo prefiero ser triste.

De la muerte sólo me separa
el silencio.

¡Ay, de los alegres!

Para llegar a la muerte
tienen que pasar por la tristeza.

HABLO

Hablo
para taparle
la boca

al silencio.

Poesía

La poesía es fuego,
quema dentro de uno
y dentro del otro.

Si no, será cualquier cosa,
no poesía.

Embarazada

“Cuando yo estaba embarazada,
Esperándote,
Sentía muchas ganas de comer tierra,
Arrancaba pedacitos de adobes
Y me los comía…”

Esta confesión de mi madre
Me desgarró el corazón.

Mamé leche de barro
Por eso mi piel
Es de color de tierra

Pluma encendida

Mientras la pluma
se mantenga encendida

las palabras del poeta
deben arder sobre la hoja

hasta que el lector
quede ciego.

Jaguar

Otras veces soy jaguar,
corro por barrancos,
salto sobre peñascos,
trepo montañas.

Miro más allá del cielo,
más allá del agua,
más allá de la tierra.
Platico con el sol,
juego con la luna,
arranco estrellas
y las pego a mi cuerpo.

Mientras muevo la cola,
me echo sobre el pasto
con la lengua de fuera.

Si yo volviera

Si yo volviera,
no sabría por dónde
comenzar a buscarte.

La ciudad es tan grande.

Paso a paso
se me acabarían los pies.

Si supieras
que con cada suspiro
quisiera borrar el mar.

Como duelen los sueños.

Tengo miedo;
no sé si fuiste real.

Quisiera dejarte

Quisiera dejarte mi corazón
así como está:
roto.

Con el sueño de que talvez
la grieta pudiera servirte de
puerta.

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Momostenango, 1952 - Ciudad de Guatemala 2019.
Poeta de la etnia Maya K'iche. Habla, lee y escribe maya-k'iche' y español.
Autor de una docena de títulos, entre ellos El animalero (1990), Guardián de la caída de agua (1993), Hojas del árbol pajarero (1995), Lluvia de luna en la cipresalada (1996), Corazón de toro (2001) y Kamoyoyik (2002), así como de varias antologías personales, como El rostro del viento (2006).

Ha sido traducido al inglés, francés, alemán y hebreo, entre otros idiomas. Premio Internacional de Poesía Pier Paolo Pasolini (2004), Premio Continental Canto de América para escritores de lenguas indígenas (1998) y Premio Blaise Cendrars (1997), entre otros.