Premio-Condor-de-Plata

Alberto Ginastera y su gran legado musical (Entrevista a su hija Georgina Ginastera)

26 marzo, 2016

Adriana Bianco

– Se cumplen 100 años del nacimiento del gran músico argentino Alberto Ginastera, 11 de abril de 1916. Con este motivo, el mundo musical realiza homenajes y presentaciones de su obra en toda Latinoamérica y Europa. Las celebraciones concluyen con el estreno de Bomarzo en la Opera de Madrid. 


Alberto Ginastera

Ginastera es uno de los grandes músicos latinoamericanos del siglo XX, su legado musical continúa en  su obra y en el interés actual por su música. Es uno de los grandes representantes del movimiento musical americanista y nacionalista, junto con Carlos Chávez de México y Heitor Villalobos en Brazil.

Formado musicalmente en Argentina, compuso, durante la década del 40, obras de fuerte inspiración folklórica nacional.

Al obtener la beca Guggenheim viaja a New York, estudia con Aaron Copland y asimila las nuevas tendencias compositivas. Al regresar a Buenos Aires se dedica a la actividad docente y funda la Facultad de Música en la Universidad Católica, crea la Escuela de Altos Estudios Musicales del Instituto Di Tella  y el conservatorio de La Plata.

Su música se inicia con temas argentinos y se inspira en poetas locales, pero luego gira hacia temas latinoamericanistas y universales.

Es interesante ver la relación de Ginastera con la literatura.

Los textos literarios fueron fuente de motivación para el músico. El Popol Vuh, dio origen a la Cantata para América Mágica y estuvo presente en sus últimas composiciones. La famosa Canción del árbol del olvido se crea a partir del poema del poeta Fernán Silva Valdés. El Fausto Criollo está basado en el texto de Estanislao del Campo, Leopoldo Lugones le inspiró Canción Romántica y Las horas de una estancia op11 se inspira en los poemas de Silvina Ocampo, Cantos de Tucuman op 4 en los poemas de Rafael Jijena Sánchez.

String Quartet N3.op 40 se inspira en textos de Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti y Federico García Lorca.

Para cello creó obras inspiradas en Neruda, Luis Cernuda y Apollinaire.

Al poeta chileno Neruda lo conoció en Europa y compuso Serenata sobre Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

Milena-Cantata N3. op 37 se basa en la correspondencia de Kafka con su traductora Milena Jesenska.

Su Opera Don Rodrigo, cuyo guión  es del escritor español Alejandro Casona, se estrenó en Estados Unidos cantada por Plácido Domingo.  Bomarzo, opera que le valió reconocimiento mundial, tuvo libreto del escritor argentino Manuel Mujica Láinez. Recuerdo cuando “Manucho” escribía la novela estando enfermo y le acercábamos libros y documentación que necesitaba por la gran cantidad de datos históricos.

La última opera Beatrix Cenci tuvo textos del poeta Alberto Girri.

Ginastera también escribió música para cine, para más de 10 films, incluso iba a hacer la música de mi primera película “La Melodía Perdida” pero otros compromisos fílmicos se lo impidieron.

Ginastera es un exponente de la música ecléctica, su estética sintetiza lo   tradicional argentino y latinoamericano con las vanguardias europeas, incluyendo el poli-tonismo y aspectos de la música dodecafónica.

Recibió numerosos premios y distinciones, llegó a ser miembro de la Unesco en el Consejo de Música y Académico de número.

Sus últimos años se radicó en Suiza, Ginebra, donde murió el 25 de junio de 1983, descansa en el cementerio Plainpalais de Ginebra.

de-padre-a-hijaTuve el privilegio de conocerlo y ser amiga de su hija, Georgina Ginastera, quien es actualmente su única heredera. Georgina pasó por Miami y pudimos conversar, sobre el libro que acaba de publicar en Sudamericana: “De Padre a hija”,  relacionado con las cartas que el maestro le enviara. Un maravilloso testimonio de creación musical y de amor paterno.

Mi padre fue un músico muy talentoso y con mucho éxito desde muy joven. Se puede hablar de 3 etapas muy definidas. La primera  estuvo muy ligada a Buenos Aires, Argentina, donde se formó y se vinculó al Teatro Colón. Es un período nacionalista, producto de la época, recordemos a Bela Bartok, a Stravinsky, a Falla.  Su primer despegue sucede en Nueva York, con su gran mentor Aaron Copland y en contacto con los grandes centros musicales internacionales. A partir de este momento comienza una segunda etapa de apertura musical y de integración a las nuevas tendencias musicales. La tercera época que algunos especialistas  llaman neo-expresionismo, es más elaborada, comienza en Buenos Aires y termina en Suiza, en Ginebra, donde vivió los últimos años de su vida.

AB: Cuando regresa a Buenos Aires, en los 60, el maestro vive el auge cultural de Buenos Aires y  la creación del Instituto Di Tella, donde realizo una gran tarea de difusión musical.

GG: Si, participó activamente en el movimiento cultural de los 60 y realiza una gran labor pedagógica, docente y de difusión musical.

En su actividad de compositor, gira hacia una estética diferente, ya que los temas folklóricos nacionales se interpretan siguiendo las nuevas tendencias.

A través de estas cartas que me enviaba a Paris, me di cuenta de la exigencia que le imponía componer, en cambio, enseñar era un gran goce para él. Siempre decía: “Yo no enseño, me enseñan.” Ese intercambio entre maestro y alumno era muy fructífero para él.

AB: Tuvo alumnos que luego fueron muy famosos, como Astor Piazzola.

GG: Piazzola fue su gran alumno. Astor hizo con el tango, lo que papá hizo con la música folklórica argentina, renovación y jerarquización. Tuvieron una amistad muy linda y se veían mucho cuando vivían en Europa. Mi padre al final de su vida me decía: “Tengo que escribir tangos” y nos reíamos.

AB: Ginastera compuso música muy diversa y para varios instrumentos: piano, cello, orquesta de cámara, sinfónica, hizo cantatas, ballet, opera, hasta compuso música para niños y música para cine, recuerdo que en mi  película “La melodía perdida” se mencionaba su nombre.

GG: Ese es uno de los secretos de la supervivencia de su obra: su gran creatividad. Abarcó todas las manifestaciones musicales.

Su música para piano se toca en todo el mundo y  Las 3 danzas forma parte de los concursos internacionales.

Junto a Revueltas, Villalobos, Chávez, rescató el acerbo folklórico nacional y lo proyectó a un plano internacional.  A mí, personalmente, me gusta mucho su primera y segunda etapa, la última es más elaborada, aunque tal vez, sea más universal.

En cuanto al ballet y  a la opera, sorprende su vigencia. En un momento recibí información que reponían  su Ballet Estancias en Tokio, en New York y en Argentina, el mismo ballet representado en 3 lugares distintos del mundo. Bomarzo se ha convertido en un ícono. No solo fue  censurada cuando su estrenó en el 67, sino que la misma opera tiene un protagonista, el Duque Orsini, que es un transgresor, un ser especial, una vida torturada…

AB: El escritor argentino Manuel Mujica Laínez tomó al personaje histórico como protagonista de su novela Bomarzo.

GG: Claro, primero fue una novela y luego “Manucho” y mi padre elaboraron el guión operístico, porque la novela era muy larga. Se centraron en la relación de los hermanos y en la imposibilidad del amor  del duque con dos mujeres opuestas: una cortesana y su amada esposa Julia Farnese.

Es interesante que dos personalidades tan distintas como Ginastera y Mujica Laínez estuvieran unidas por el arte. Los dos, además, estaban decididos a hacer una Opera moderna, diferente, de ruptura de reglas y convenciones, y lo lograron.

AB: ¿Qué recuerdos guardas de tu padre?

GG: Yo tengo dos imágenes, por un lado la imagen del artista y por otra la de mi papá, un ser afectivo, exigente, prolijo, muy trabajador. Creo que me inculcó todo eso. Era muy organizado con su trabajo pero también le gustaba la vida después de los conciertos y el éxito; papá disfrutaba de su éxito, le gustaba invitar a amigos a su casa.  Recuerdo dos amigos de Estados Unidos muy especialmente: Aaron Copland y a Leonard Bernstein. A Bernstein llegué a conocerlo, músico y director, tocaba la obra de Ginastera en la filarmónica. También se llevaba muy bien con Carlos Chávez, el compositor mexicano.

Ginastera-3AB: Compartían el concepto de identidad nacional, el significado de la latinoamericanidad.

GG: Si, ese sentido de lo latinoamericano lo compartían los dos. Ginastera en La Cantata para América Mágica, resume nuestras raíces prehispánicas. Elije todos los instrumentos de percusión, que son muy antiguos y el canto que es una de las manifestaciones más primitivas del hombre. Es una obra que refleja ese sentido americanista.  Al principio, compuso con una visión local, nacional, como Los Cantos de Tucumán, Malambo, Estancia, luego fue ampliando su visión hacia Latinoamérica. Nunca abandonó sus raíces aunque indagara temas universales. En su última obra, Popol Vuh, vuelve a ese sentimiento latinoamericano.

AB: Lo recuerdo como un hombre muy culto, como un humanista, interesado en los temas universales.

GG: Sí era un humanista. Le interesaba todo, el arte, la filosofía, la literatura, leía a sus contemporáneos, Borges, Cortázar, Sábato, Silvina Ocampo, a quienes conocía.

Amaba a Kafka e hizo una Cantata con las cartas que Kafka le envió a su amante y traductora.

Le interesaban los conceptos abstractos porque para Ginastera la música era una de las artes más abstractas. A sus alumnos les decía, que tenían que tener una formación humanística, no solo musical.

Era un amante de la música contemporánea, más que la barroca o romántica

Para papá, Stravinsky era el Picasso del Siglo XX. Tenía una gran admiración y lo frecuentó cuando vivía en New York. Yo llegué a conocer a  Stravinsky en los 50, cuando vino a Buenos Aires a dirigir, era un hombre pequeño, tímido, dulce; no se lo podía relacionar con su música tan fuerte.

AB: Hablemos de este libro “De padre a hija”.

GG: Es una recopilación sobre las cartas que Ginastera me mandó durante 10 años. En este libro, que la escritora Cecilia Scalisi le dio forma biográfica, está todo su mundo musical y familiar. Su preocupación por componer, por su obra, los estrenos y su vida agitada de músico, pero también su amor a la familia. Es un libro revelador para conocer a Ginastera, al ser humano y al gran músico, que ya tiene un sitial universal.

Alberto Ginastera y su hija, Georgina.

Alberto Ginastera y su hija, Georgina.

Comparte en:

Conocida artísticamente como Adrianita es periodista y actriz de cine, radio y teatro que nació en Argentina, país en el cual cuando era niña realizó su carrera como actriz.

En 1950 fue seleccionada para trabajar en la obra Un angelito diabólico en el Teatro Astral y en 1952 debutó en cine La melodía perdida, por la que fue galardonada por "destacada labor infantil" con una mención especial de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina.

En 1953 se destacó en el policial La niña del gato, actuación por la cual recibió el Cóndor de Plata a la mejor actriz de reparto otorgado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina y en 1955 retornó al teatro para interpretar el demoníaco personaje de La mala semilla. Ya adolescente finalizó su carrera en el cine con El primer beso y Mientras haya un circo, ambas de 1958, si bien retornó brevemente para un doblaje de El ojo que espía (1966).

En 1967 participó en la representación de la obra Así es la vida de Arnaldo Malfatti y Nicolás de las Llanderas, dirigida por Pedro Escudero en el teatro Astral en un elenco en el que además figuraban Vicente Ariño, Ricardo Bauleo, Rey Charol, María Esther Gamas, Beto Gianola, Juan Carlos Lima, Mecha Ortiz, Angélica López Gamio, Eddie Pequenino, Delma Ricci, Jorge de la Riestra, Luis Sandrini, Perla Santalla, Héctor Sturman, con escenografía de Raúl Soldi.

En 1968 trabajó junto a Catalina Speroni, Cristina Murta, Antonio Martiánez, Leonor Benedetto, Héctor Biuchet, Ivonne Fournery y José María Vilches en la obra de Juan Ruiz de Alarcón, La verdad sospechosa, dirigida por Manuel Benítez Sánchez Cortés con escenografía de Saulo Benavente en el Museo de Arte Español Enrique Larreta.

Trabajó en Radio El Mundo en 1954 y 1955 junto a Osvaldo Canónico y Elcira Olivera Garcés en el programa ¡Qué mundo de juguete!, con libretos de Abel Santa Cruz.

Retirada de la actuación se radicó en Estados Unidos para trabajar de periodista.