Carátula, una plaza pública 

Bienvenidos al número 115 de Carátula. Una edición que viene con una metáfora. En las revistas los autores ponen a prueba sus textos ante los lectores, y los críticos encuentran la ventana para compartir sus lecturas. Con estas dos afirmaciones podemos decir que una publicación literaria es como una plaza pública en donde todos sus viandantes (lectores, escritores, críticos y editores) se dan cita para hablar de lo relevante de las letras y la cultura. 

Si bien la plaza pública tradicional (romana) se dividía en el templo, la biblioteca, y la casa de gobierno, cubriendo así los poderes de la época, nuestra plaza pública se divide en cuatro áreas: Creación, no-ficción, crítica y vitrina. Así se intenta abarcar con ello gran parte de los géneros literarios practicados en Latinoamérica.

El primer punto en esta plaza de Carátula es la sección de Creación: nuestro templo. Es el sitio adonde nuestros lectores acuden para observar que se ha estado escribiendo, a quiénes hay que atender y quiénes ya gozan de un sitial. Abrimos las puertas de este número con Mauro Barea y Alexia Burgos, ambos del sureste de México: el primero hace una revisión muy actual sobre lo que fue (y es) ahora el exilio español, mientras que la segunda toma el pretexto de una visita dental para hablar sobre sí misma y su relación su padre. Así Barea analiza al ser humano desde lo exterior, mientras que Burgos lo hace desde el interior. A estos dos autores debemos agregar las narrativas que nos proponen: Minerva del Risco, Paulina Flores y Mauricio Orellana Suárez. Después de esas prosas, escucharemos sus salmos iniciando con Hijos de las estrellas, del nicaragüense Ernesto Cardenal, en el cual se unen los descubrimientos de la astronomía con el asombro y herramientas de la poesía. A esta pieza de largo aliento lo acompañan los versos de Kenny Rodríguez, Víctor Munita Fritis, Álvaro Urtecho, así como también la traducción de los textos de la poeta belgoestadounidense Laure-Anne Bosselaar.  

Si la sección de Creación es el templo, la biblioteca correspondería a no-ficción y vitrina. La biblioteca es el sitio donde se experimenta con las palabras. Cada texto nuevo propone una nueva experiencia con las palabras. La no-ficción, que es el verdadero centauro de los géneros, la compone una entrevista de Claudia Cavallin a Alberto Chimal y otra a Carlos Fuentes bajo la autoría de Mónica Mateos. Mientras que Vitrina, nuestra sección-laboratorio, contiene el discurso de aceptación del premio Ernesto Cardenal-Casa de América, por parte de Luce López-Baralt, y una reseña sobre El porvenir. Diarios 2015-2020 de Ricardo Ramírez Requena, escrita por Melanie Pérez Arias. Finalmente, la casa de gobierno queda para los críticos, en cuanto a que ellos son los que evalúan, crean y configuran el canon en una determinada comunidad. Aquí leeremos los análisis detallados de Erick Aguirre, Iván Brave, Iván Uriarte y Magdalena Aguinaga. 

Así queda configurada la plaza pública que proponemos a nuestros lectores: cosmopolita, pero al mismo tiempo recuperadora de nuestras raíces. Desde Chile hasta Estados Unidos cruzando luego al viejo continente, nos alegra encontrarnos, lectores y escritores en esta aventura de la palabra, la literatura. Son bienvenidos a nuestro espacio bimensual.

Daniel Centeno Maldonado, director