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IV Encuentro Centroamérica Cuenta 2016 : Inauguración y Programa

1 mayo, 2016

 (click en la imagen para ver Programa completo)


MEMORIA Y LIBERTAD
Palabras en el acto de inauguración
23 de mayo, 2016

Amigas, amigos:

Hace cuatro años empezamos a reunir a un grupo de narradores centroamericanos para que hablaran entre ellos de su oficio, y de las dificultades que ejercerlo conlleva en países como los nuestros, donde las barreras de la incomunicación parecen alzarse a veces de manera insalvable. Juntar a los escritores maduros, pero sobre todo a los jóvenes, que tienen ya por campo de batalla este siglo veintiuno tan sorpresivo y lleno de desafíos, cuando el oficio de narrar sufre cambios tan severos.

Cómo circulan en Centroamérica los libros o por qué no circulan. Cuáles son las dificultades de editar, y la terca sobrevivencia de las ediciones por cuenta propia, eso de que uno aún imprime su libro y tiene que salir a venderlo. Las pequeñas editoriales heroicas que se arriesgan, pese a que bien saben que no es lo mismo ofrecer libros de escritores nacientes que pizzas a domicilio o ropa de paca. Los desafíos de los libros y revistas electrónicas, los blogs literarios, la red que nos abre sus puertas infinitas, pero que sigue siendo un territorio tan vasto donde es fácil perderse y desaparecer.

Son temas que surgen entre centroamericanos, porque presuponen una identidad compartida, que tiene una dimensión en la historia, otra muy obvia en la geografía, aún otra en el intercambio económico, y una más en la cultura, la más desprovista de todas. Países en vecindad, que resulta incómoda a veces, estorbada por incomprensiones y recelos, pero sometidos, pese a ellos mismos, a un ideal empecinado que no se deja mover por los vientos de tormenta. Y si la identidad cultural es la más desprovista, es al mismo tiempo la más espléndida, esa que se expresa triunfalmente en la creación literaria y nos deja llenarnos la boca con los nombres de Rubén Darío, Miguel Angel Asturias, Ernesto Cardenal, Yolanda Oreamuno, Roque Dalton.

Pero si miramos hacia adentro, hay que mirar al mismo tiempo hacia afuera: también Centroamérica por cárcel y cómo romper los muros de esa cárcel para un escritor. Ser visto y leído por las editoriales extranjeras, traducido a otras lenguas. Desafiar el sino de venir de una pequeña región reconocida sobre todo por la violencia y la pobreza. Hacer de la literatura una marca de país. Y entonces pensamos que este no debería ser un diálogo sólo entre nosotros, una plática de presos, sino una conversación a puertas abiertas, en compañía de escritores de otras latitudes. Salir al mundo, compartirlo, ponernos en el mapa

Hemos venido creciendo desde la primera convocatoria de 2013, cuando empezamos con una docena de participantes, a tener esta vez a más de setenta invitados provenientes de más de quince países: además de los centroamericanos, Alemania, Francia, España, México, Brasil, Colombia, Holanda,  Haití, Venezuela, Argentina, Perú.

Reunimos esta vez a narradores, cronistas, cineastas, traductores, académicos, críticos literarios, editores, directores de suplementos culturales, y periodistas que vienen a cubrir el encuentro.Y así como el año anterior convocamos Centroamérica Cuenta en nombre de la libertad de expresión, condición esencial de la creación literaria, este año el lema es la memoria que nos une. La memoria que alimenta no sólo la invención, sino que es imprescindible para tener historia, y para que tenga sentido la vida social.

La memoria como sedimento de la libertad, porque para imaginar el futuro es necesario recordar el pasado. Y nuestra historia reciente está llena de pasado que traer a la memoria; un pasado desaparecido, que es necesario exhumar. Mucho olvido que desenterrar.

Memoria también de dos grandes aniversarios que tienen que ver con nuestra lengua y su constancia renovadora: los cuatrocientos años de la muerte de Miguel de Cervantes, y los cien años de la muerte de Rubén Darío, a quienes está dedicado el encuentro.

Serán seis días de intensas actividades en una docena de escenarios, centros culturales, universidades y colegios de Managua y Masatepe, donde clausuraremos el encuentro:  mesas, donde además del tema de la memoria se discutirán los que tienen que ver con los desafíos de la literatura, los asuntos a los que acude, sus formas cambiantes de expresión: la realidad en que vivimos, como sedimento provocador de la imaginación; la historia que nos ha tocado en suerte y las maneras de descifrarla a la hora de contar. La literatura en su esplendor cambiante, del narcotráfico al erotismo, del amor a la violencia, del humor a la melancolía.

Y talleres, sobre narración periodística, fotografía, traducción, creación literaria, periodismo cultural, novela gráfica, y memorias incómodas; incorporamos, además, por primera vez, un ciclo de cine, con énfasis en la creación literaria: las narraciones convertidas en películas, las vidas y los escenarios de los escritores contados en la pantalla. Queremos hacer crecer este ciclo hasta convertirlo en años venideros en un festival, así como aspiramos también a desarrollar de manera paralela una feria del libro.

No me equivoco al decir que tenemos ya consolidado un encuentro literario de tanta calidad como otros que se realizan periódicamente en América y en Europa. Esa lo que aspirábamos, y aún aspiramos a más. En estos cuatro años de Centroamérica Cuenta, tenemos ya doscientos escritores participantes.

Es un esfuerzo que demanda concurso de voluntades, pero hemos venido encontrando un apoyo cada vez más entusiasta de gobiernos, agencias de cooperación, fundaciones, entidades culturales, y empresas privadas. Son cerca de 50 entidades las que se han conjugado para respaldarnos. En este sentido, Centroamérica Cuenta es también un punto de encuentro de voluntades por el desarrollo de la cultura.

Doy una bienvenida calurosa a todos, amigos y amigas de tantas partes, y les muestro mi gratitud por haber venido a acompañarnos. Su presencia hace que Managua se convierta en estos días en una capital cultural.

Gracias a los amigos embajadores Rafael Garranzo de España; Miguel Díaz Reynoso de México; Frédéric Basaguren de Francia; Kenny Bell de la Unión Europea; y Carlos Salgar de Colombia; e igual a la directora residente de la Cooperación Suiza en América Central, Edita Vokral, por su constante apoyo sin reservas; y al Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, a través de su director, René González.

Gracias al presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, José Adán Aguerri por su valioso respaldo, y a las corporaciones y empresas transnacionales, centroamericanas y nicaragüenses que han respondido a nuestro llamado de apoyo.

Nuestra gratitud a Margarita Herdocia, presidenta de la Fundación Ubuntu, y a Alejandro Poma, presidente de la Fundación Poma, lo mismo que a José Antonio y Sonia Baltodano.

Gracias a Ulises Juárez Polanco, desde el principio conmigo en esta dichosa aventura, y ahora en Roma; y gracias a Claudia Neira, directora de Centroamérica Cuenta, a ella y al equipo de CREA Comunicaciones.

Desde ya nos preparamos para la quinta convocatoria de Centroamérica Cuenta, que celebraremos en el mes de mayo de 2017, y que estará dedicada a dos grandes escritores franceses del siglo veinte, ambos representantes de toda una época de exploración, desafíos y compromiso, y a quienes mi generación leyó con tanta avidez: André Malraux, y Albert Camus.

Amigas, amigos:

La literatura no es prescindible, ni tampoco una pieza decorativa. Es un signo de libertad creadora. Y, como instrumento de expresión, esencial a la diversidad crítica, necesaria a la vez para la convivencia democrática.

Memoria y libertad son los signos que nos unen en esta jornada. Sin ellas, no hay invención literaria.

programaoficial-cac2015Sergio Ramírez

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Revista bimensual y digital que promueve las ideas, la creación y la crítica literaria. Fundada en 2004 por el escritor Sergio Ramírez