Francisco Javier Sancho Más: “Carátula no es sólo una revista sino un lugar para hablar del mundo”
5 agosto, 2024
Francisco Javier Sancho Más es un nombre clave en Carátula. Junto con Sergio Ramírez fueron los padres de la criatura. La vieron dar sus primeros gateos, pasos y carreras. Su elección no fue a la ligera. Este primer director de la revista parece un tipo impasible, pero es todo un hombre orquesta. Ha trabajado en estancias temporales en países de América Latina, así como en Estados Unidos, Europa, África y Asia. Como periodista, colaboró desde joven con medios como El País, La Prensa o Gatopardo; además de secciones en programas en Radio3.
Este hispanonicaragüense, que también se destaca como autor y profesor universitario, tiene una clara vocación por la cultura y por la acción humanitaria. Su paso por Médicos Sin Fronteras no lo desmiente. Conversar con él es encontrar a un personaje con muchas anécdotas que mezclan países, personajes, culturas y situaciones digna de un aventurero que lee y vive la vida como los protagonistas de la vieja escuela. En estos 20 años de uno de sus tantos inventos, era imperativo hablar con la única persona que nos dijo que el nombre de la revista viene por un guiño a la carátula de los libros.
– ¿Cómo nació el interés de crear este medio y cuál era su visión inicial para la publicación?
– Recibí un mail de Sergio (Ramírez), a raíz del contacto con Luis Rocha quien entonces dirigía el suplemento cultural de El Nuevo Diario, donde yo colaboraba. Me invitó a su despacho en la casa que entonces tenía en Los Robles, de Managua, en frente de la Ernesto Cardenal, y no muy lejos de Claribel Alegría. Un barrio lleno de la cultura nicaragüense. Me propuso, creo que fue en 2003 crear la primera revista literaria digital centroamericana (ya por entonces, y a pesar de que no siempre las conexiones por internet permitían muchas alegrías). Junto a Antonina Vivas, quien se encargaría del diseño web (ya llevaba la página personal de Sergio), yo me encargaría de la dirección editorial. Sin apenas presupuesto nos pusimos a ello y empezamos a contar con colaboraciones de autores, primeramente, centroamericanos. Todo era muy voluntario. El logo lo diseñó un artista peruano, Rafo Díaz. Empezamos a enviarla a la lista de distribución de contactos, secciones culturales de medios, etc. Lo más divertido, lo más rico, eran las reuniones editoriales al final de la tarde, en casa de Sergio, donde definíamos los siguientes números. Al final, no solo era una revista sino un lugar para hablar del mundo.
– ¿Creíste que duraría 20 años?
– No. Las que yo conocía, salvo honrosas excepciones, morían mucho antes. Sergio y yo ya habíamos tenido experiencia en iniciar proyectos de revistas, pero no duraron tanto tiempo.
– ¿Por qué una revista online salida de Centroamérica en 2004?
– No existían muchas. He dicho que fue la primera online, aunque no es del todo así. Había otras iniciativas que ya habían aparecido en países de la región y también en Nicaragua. Pero el valor añadido de Carátula, creo, era que aspiraba a externalizar la cultura centroamericana y a ponerla en diálogo con otras culturas y regiones. Es algo que Sergio ha llevado siempre en su trabajo de promotor cultural, y es lo que ha inspirado también al festival Centroamérica Cuenta.
– ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que han enfrentado en estos 20 años y cuáles consideran que son sus logros más importantes?
– El desafío siempre es doble: posicionarte en un entorno digital de casi infinitas alternativas y mantener la fidelización en las colaboraciones y en la audiencia. Eso también, hoy día, necesita fondos de apoyo. Es difícil que las revistas sean autosostenibles. Comparo muchas veces la cultura con la salud pública: suelen ser deficitarias sin ayudas externas. El logro más importante para mí es que, actualmente, siga siendo “La” revista cultural centroamericana de referencia. Su valor añadido es que se trata de una revista que proyecta contenidos culturales centroamericanos, pero también globales del mundo cultural en español principalmente.
– En estos tiempos en que las revistas parecen ser cada vez más minoritarias, ¿cuál creen que debe ser el logro de publicar una revista en línea?
– Contenidos frescos, en diversos formatos (audiovisual y escrito) y por medios multicanales (las redes sociales ofrecen un potencial enorme de diversificación de contenidos, lo que requiere ediciones adaptadas). Las revistas digitales creo que sirven para llamar a lectoras y lectores, atraer su atención hacia contenidos a los que puedan dedicar tiempo cuando la audiencia lo disponga. Pero debe enganchar con esos contenidos, en muchos casos inéditos.
– ¿Qué impacto creen que ha tenido Carátula en el ámbito cultural y literario de la región?
– Muchísimo. Como te decía antes. Es la revista de Centroamérica a nivel cultural. Y de ella surgieron otros muchos frutos: el premio de cuento Carátula, el festival Centroamérica Cuenta, por ejemplo.
– A lo largo de los años, y con la distancia que estos permiten, ¿cómo ven a Carátula en el futuro?
– El futuro ya está aquí. 20 años es una proeza. Carátula se puede modernizar aún más y, desde mi punto de vista, imbricarse con el festival Centroamérica Cuenta, como edición de contenidos de más largo alcance. Creo que se deben interconectar más aún y enriquecerse mutuamente. Si la figura de Sergio las une en sus inicios, es la cultura centroamericana lo que permite dotar de contenidos a ambos espacios.
– ¿Qué le falta a Carátula por lograr?
– Creo que hay muchos espacios a los que puede llegar todavía. Espacios culturales del mundo hispanohablante pero también anglosajón y otros. Festivales en los que hacerse presente; ampliar la lista de distribución a los referentes culturales de los países de la región fuera de ella. Y hacerse más visible en las plataformas de redes sociales que utilizan la mayoría de nuestra audiencia.
– ¿Alguna anécdota que quieras compartir con la revista?
– El primer colaborador al que buscamos para ayudarme en la edición fue un gran amigo y poeta, Francisco Ruiz Udiel. Él fue quien me sucedió después, y su labor de promoción cultural fue enorme. Después, le relevó su otro gran amigo, Ulises Juárez Polanco. Ambos, tanto en poesía como en narrativa, eran los dos grandes talentos de la literatura nicaragüense en ese tiempo. Pero los dos fallecieron muy jóvenes, en la treintena. Así que Carátula se quedó sin dos grandes joyas. Con ellos, las reuniones y el intercambio, junto con Sergio siempre fue muy rico. Fue un equipo entusiasmado. Anécdotas se atesoran muchas. Las colaboraciones de autoras y autores muy relevantes en los que el propio Sergio se involucró en solicitar. Y como anécdota, aún guardo un croquis que me hizo Sergio en un papel para encontrar la casa de Claribel Alegría, la primera vez que fui a hacerle una entrevista, en el barrio de los Robles, de Managua.
Escritor, editor y periodista venezolano. En la actualidad dicta clases de cine y literatura en la Universidad de Houston y dirige la revista Carátula. La novela La vida alegre (Alfaguara, 2020) es su libro más reciente. Su Twitter/X: @dcenteno1