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Historia del cine en 25 carteles – Cartel No.21: Lucía de Humberto Solás: Estrés-es-tres-tres.

1 abril, 2014

Franklin Caldera, en su historia del cine en 25 carteles, nos regala esta vez Lucía de Humberto Solás. Demostrando que el arte del cartel refleja la magia y encanto del cine, acompaña cada cartel con una crónica de la película en menos de 500 palabras y nos brinda una rápida mirada a la historia del cine. El uso en la revista de estos carteles es exclusivamente cultural y educativo y en ningún momento se espera obtener beneficios comerciales.


El tercermundismo, configurado por Nasser (Egipto), Nehru (India), Ben Bella (Argelia) y otros dirigentes mundiales, conceptuó el subdesarrollo como producto de las relaciones injustas con las potencias occidentales.

Originalmente promovió el no alineamiento con las dos superpotencias, EE.UU. y la URSS, auque posteriormente consideró a ésta como «el aliado natural de los no alineados».

Su expresión cinematográfica fue el llamado tercer cine, con lenguaje surgido de la realidad social de los países del tercer mundo, emblematizado en Iberoamérica por el documental argentino, La hora de los hornos (1968), de Fernando Solanas y Octavio Getino.

Brasil produjo obras destacadas del movimiento, como los filmes de ficción El pagador de promesas (1962) de Anselmo Duarte y Antonio das Mortes (1969) de Glauber Rocha. Pero el cine cubano despertó interés especial por reflejar la primera revolución marxista-leninista de América, una pica en Flandes para el internacionalismo proletario.  

La producción cinematográfica fue asignada exclusivamente al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (estatal). 1968 fue año clave, con Lucía de Humberto Solás y Memorias del subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea (novela de Edmundo Desnoes), radiografía de un burgués (Sergio Corrieri), que decide convivir con una revolución que nunca comprenderá.

Lucía (guión de Julio García Espinosa y Nelson Rodríguez) es un fresco sobre la mujer en tres momentos históricos: la guerra de independencia, la época de Machado y los inicios de la Revolución.

La Lucía (Raquel Revuelta) del primer segmento (estilo barroco) es una dama aristocrática atormentada por un amor imposible.

La del segundo segmento (estilo nouvelle vague) es una joven pequeñoburguesa (Eslinda Núñez) enamorada de un revolucionario.

El tercer segmento concretiza el mensaje del filme: La liberación integral de la mujer no puede darse desligada de un auténtico proceso revolucionario: La Lucía campesina (Adela Legrá), dominada por un marido machista (Adolfo Llauradó), se libera con la ayuda de un joven alfabetizador (símbolo de la Revolución).  

El desconcierto ante la disolución de la URSS (1991), cuyo apoyo económico era fundamental para Cuba, permitió una apertura en el cine que no impidió el retiro de circulación del filme cubano: Alicia en el pueblo de maravillas (1991), de Daniel Díaz Torres, sátira al triunfalismo y el sistema de vigilancia política castrista. En pantalla, la película revelaba elementos subversivos no detectables en el guión.   

La exitosa Fresa y chocolate (1992) de Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, justificada oficialmente como exposición de un problema superado (el maltrato a los homosexuales por el Estado), cuestiona subtextualmente el mito del «hombre nuevo» narrando el proceso de humanización de un joven militante por la influencia liberadora de un homosexual disidente (Jorge Perugorría).

Pertenecen al tercer cine: Los inundados (Argentina (1961) de Rafael Birri; Ukamau (Bolivia, 1966) de Jorge Sanjinés; Actas de Marusia (México; 1976) del chileno Miguel Littín); el documental La Batalla de Chile (1976-79) de Patricio Guzmán (chileno); Pixote (Brasil, 1981) de Héctor Babenco; El espectro de la guerra (Nicaragua, 1989) de Ramiro Lacayo; Rodrigo “D”: No futuro (Colombia, 1990) de Víctor Gaviria; Secuestro express (Venezuela, 2005) de Jonathan Jakubowicz.

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Poeta, ensayista, traductor y crítico de cine. Es abogado. Desde 1968 publica en La Prensa Literaria poemas, críticas literarias y de cine y traducciones de poesía en lengua inglesa. Fue uno de los asiduos de la cafetería La India, el emblemático sitio de reunión de los poetas y pintores de la Generación del 60 y leyó sus poemas en La tortuga morada, la primera discoteca de la Managua de antes del terremoto.
Desde temprana edad tuvo gran afición por el cine y junto con Ramiro Arguello es uno de los auténticos y últimos cinéfilos y contadores de películas de nuestro tiempo. Ha escrito numerosas críticas y crónicas en revistas nicaragüenses e internacionales y ha participado en seminarios junto a cinéfilos de la talla de Guillermo Cabrera Infante y Manuel Puig.
En 1983 escribió con a Ramiro Arguello, Datos útiles e inútiles sobre cine; en 1996, Luces cámara acción: cien años de historia del cine. Guarda un libro de poesía a la espera de publicación. Es co-editor, con Ligia Guillén, de la revista “Poesía Peregrina”. Reside en la Florida desde 1985, donde goza de los constantes reestrenos de películas noir. Es miembro del equipo de Carátula y colaborador permanente de su sección de \”Cine\”.