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La Visitante, de Alberto Chimal (reseña)

1 febrero, 2023

Cuando realizamos un viaje temporal en la historia mexicana, para volver a 1972 y revivir un momento de represión, dominio y tortura, el contexto histórico de una novela se transforma en un recuerdo que imprime fortaleza a los más jóvenes, ante el horror de la memoria que puede trasladarse a una representación teatral. «La visitante», de Alberto Chimal, parte en su portada con la pregunta que establece un puente entre la realidad y los sueños: “¿Qué es eso que no te deja dormir?”.

Otras interrogantes comienzan a surgir en la mente del lector, mientras viajamos en el tiempo, mediante la expresión profunda de diversos actores/personajes de teatro. La visitante, ambientada en el contexto académico de la UNAM, nos lleva a la experiencia femenina del querer pertenecer a la comunidad teatral de los años setenta, con las condiciones necesarias para que un cuerpo sea sometido al dolor y, más aún, a la experiencia del traslado a la muerte, a ese sueño del que nunca podemos despertar. Aquí, aunque hay un personaje principal, todo pareciera transgredir el ego del individualismo pues, como en las representaciones teatrales donde todos se personifican naturalmente ante los otros, la primera pregunta que nos hacemos es ¿en qué consiste la existencia en colectivo? Los actores presentes en la novela se unen, desde el ensayo de una obra de teatro hasta la memoria compartida, fortaleciendo un conducto de algo que va más allá de lo que personifican, como señala Chimal, y que puede llegar a parecerse a una existencia mística que interrumpe el pensamiento para, finalmente, rendirse por completo ante los impulsos más severos.

Al inicio de la obra, la figura de una abuela fallecida, que vive en los sueños de su nieta, pareciera ser el símbolo del epígrafe que abre el pensamiento inconsciente: “Life is not good. One day it would be good / To die, then live again; To sleep meanwhile”, en palabras de Christina Rossetti. Aquí, como en una telenovela mexicana, “el amor tiene cara de mujer”, y detrás de un rostro hermoso como el de la actriz Silvia Derbez, también puede existir la belleza de la memoria y los recuerdos, en especial, a través de los sueños. Precisamente, es el poder de una somnolencia profunda, sin el deseo inmediato de despertar, lo que le confiere a la protagonista de la novela el dominio del “volver a atrás”, para contactarse con su abuela, quien pareciera ya existir en otro mundo, o para cuestionar el verdadero cosmos donde ahora habita.

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Todo tiene lugar bajo el diseño de un Teatro Laboratorio, donde cualquier exploración es permitida e, incluso, bienvenida. Como si Jerzy Grotowski también viviese dentro de ella, en esta novela, repleta de diálogos, la creación fusionada se experimenta en el teatro. Allí vive un libreto que no tiene forma, que amplía los límites de la libertad de un director y el espacio contrastante de los actores. Allí se construyen y reconstruyen las bisagras entre los múltiples textos de una escritura colectiva. Como señalan los personajes de la obra, hace mucha falta el volver a ser humanos, y es en la esfera teatral donde se puede asumir la herencia de Ryszard Cieślak, ya que todo aprendizaje es adquirido y compartido. Vale decir, ceteris paribus, aquí toda expresión teatral se convierte en una constante donde pueden intervenir los movimientos corporales, el silencio, el miedo, el dolor de un grito, los recuerdos.

No obstante, al salir del inconsciente, o de la dramatización teatral, y retornar a la realidad, la injusticia puede ser parte de lo que en la jerarquía teatral también se aplica. Justo en ese momento, bajo el contexto histórico de México, los estudiantes debieron transgredir la figura de la memoria familiar de aquellos que enfrentaron la censura, que todavía estaban vivos pero silentes, o de quienes murieron y volvían a platicar solo a través de los sueños.

Por otro lado, La visitante es el retorno a la ciudad del escritor, Toluca, capital del Estado de México, a su nacimiento en los años 70, a la opción de que una realidad se fortalezca en los sueños ficcionales, como sucedió en El Despojo donde se revive el universo trágico de Juan Rulfo. En esta obra, la memoria va más allá de la muerte, pues el habla de la abuela termina siendo la voz de muchas mujeres que caminan en cierta dirección y están yendo en realidad hacia el pasado. Es esa línea pendulante y móvil entre un presente retrospectivo y el sueño de un futuro -donde ignoramos si vendrá un profundo cambio-, que mantiene la ausencia de la luz pues aún “no ha llegado el sol deslumbrante que algunas esperan”.

Así como la ficción en las manchas de sangre de una mujer muerta estremece el despertar de la protagonista de la novela, una investigación profunda y real, como la de Marcela Eugenia Bourges Valles, sobre los testimonios del teatro estudiantil universitario mexicano (1955-1972), eleva cada una de las referencias que aparecen en esta obra a otro movimiento aún más amplio.  Al final, más allá del tiempo y de la historia, La visitante reconstruye un documento que también podría ser leído como una representación histórica ficcional, dramática y dialéctica, de la marcha atrás en el oscuro mundo de los recuerdos compartidos.

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Licenciada en Comunicación Social, Mención Periodismo Humanístico y Magister Scientiae en Literatura Latinoamericana y del Caribe. Por más de 20 años, ha dictado cursos sobre la escritura en Venezuela, en el Departamento de Comunicación Social de la Universidad de Los Andes (ULA) y en el Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar (USB). Con el apoyo de Erasmus Mundus (PRECIoSA) fue Profesora Invitada del Departamento de Filología en la Universidad de Salamanca Ha sido directora de la revista académica Estudios. Revista de Investigación Literaria y Cultural (USB) y como Encargada de Medios formó parte del Equipo Editorial fundador de la revista Latin American Literature Today, del Departamento de Lenguas Modernas, Literaturas y Lingüísticas de la Universidad de Oklahoma (OU). Actualmente, es profesora en el Departamento de Lengua y Literatura de Oklahoma State University (OSU). Ha publicado libros sobre crítica literaria, diversos ensayos teóricos sobre la literatura contemporánea, y entrevistas a escritores de la literatura actual.