Las Mujeres Pioneras del Cine en América Latina. You’ve come a long way Baby

1 agosto, 2009

Guadi Calvo presenta en Carátula un interesante recorrido por un territorio desconocido. Las primeras mujeres en incorporarse al nuevo invento del cine fueron las actrices, muchas de ellas llegadas desde el teatro. Otras fueron incorporadas para labores que se entendían en la época específicamente femeninas, como vestuaristas, peluqueras, maquilladoras y modistas.


En mil ochocientos  ochenta y siete en Buenos Aires, el francés Eugène Py filma La bandera Argentina y en México, Ignacio Aguirre al rodar Riña de hombres en el Zócalo, y Rurales mexicanos al galope, creán el cine latinoamericano. Tres años después el portugués Antonio Leal estrena en Brasil Os Estranguladores.

Desde entonces todos los países latinoamericanos comienzan a fundar su tradición cinematográfica.
Las primeras mujeres en incorporarse al nuevo invento fueron las actrices, muchas de ellas llegadas desde el teatro. Otras fueron incorporadas para labores que se entendían en la época específicamente femeninas, como vestuaristas, peluqueras, maquilladoras y modistas. Posteriormente alcanzaron rubros más específicos dentro de las actividades técnicas, pero pasarían veinte años para que una mujer pudiera dirigir su primera película en América latina.

Ni siquiera existen datos certeros de quién fue la primer latinoamericana que se coloca detrás de una cámara. Algunos investigadores señalan, todavía en plena era silente, a la actriz argentina Emilia Saleny Ferrari, quién había desarrollado casi toda su carrera en Italia y de regreso a la Argentina fundó en 1917 la primera  Academia Cinematográfica Argentina. Junto con sus alumnos realizó cuatro películas que fueron destruidas en un incendio. Entre 1916 y 1919 actuó en dos films de ficción El Evadido de Ushuaia y Problemas de Corazón, de Luis Ramassotto, un residente italiano, que finalmente no trascendió, Emilia Saleny a la vez dirigió dos películas, ambas pérdidas: La Niña del Bosque (1916) y Clarita o El pañuelo de Clarita (1917). Se sabe muy poco de estos trabajos, sobre La niña…, que habría tenido un elenco mayoritariamente de niños lo que justificaría a una mujer en la dirección. Clarita fue un melodrama, género típico de la época. Otra compatriota suya, María V. de Celestini produjo y realizó Mi derecho (1920), sin mayor repercusión. Este film también se ha extraviado.

En esos mismos años en México una de las más populares actrices de teatro y cantante, Mimí Derba, al filmar La Tigresa (1917) se convierte en la primera realizadoras de su país. Mimí, que había debutado 1912 en el Teatro Lírico alcanzó rápidamente la popularidad de las grandes estrellas del momento como María Conesa, y Consuelo Cabrera gracias a los transgresores cuplés y tonadillas que interpretaba.

Ella fundaría en 1917 la Azteca Films, junto a Enrique Rosas quien, desde 1899 estaba vinculado al cine, como exhibidor trashumante actividad que completaría con la de realizador de algunas películas como Aventuras del sexteto Uranga (1903). Vistas al día siguiente de la inundación de Guanajuato (1905) y finalmente rodaría la película más importante del cine mudo mexicano El automóvil gris (1919). El otro socio de Azteca Film fue un generalote emergido de la Revolución Pablo González acusado nada menos del asesinato de Emiliano Zapata. En un año la Azteca Film produjo cinco largometrajes que fueron protagonizados por Mimí, a excepción de La Tigresa. También escribió los guiones de En defensa propia (1917) dirigida por Joaquín Coss y En la Sombra (1917)que rodó Enrique Rosas.

Pocos años después, en 1919 surgen dos hermanas veracruzanas Dolores y Adriana Elhres, quienes habían estudiado cine en los Estados Unidos y se dedicaron con particular atención a documentales de carácter periodístico, conocidos como Revista Elhres (revista noticiosa cinematográfica), entre sus trabajos se registran La industria del petróleo (1920) Un paseo en tranvía en la ciudad de México (1920) Las pirámides de Teotihuacán (1921) Real España vs. Real Madrid (1921) Museo de Arqueología (1921).

Cándida Beltrán Rendón, es sin duda un caso extraño. Podríamos decir que es la primera autora integral, ya que a pesar de no contar con antecedentes ni presupuesto, llevaría a cabo la realización de su única película El secreto de la abuela (1928) donde se encargaría de la producción, el guión, el diseño de la escenografía, la dirección e incluso interpretó a la heroína de la historia: La Mosquita, una huérfana que apenas logra sobrevivir con la venta de diarios y, para más, debe atender a su abuela ciega. Sin duda Doña Cándida aportó lo suyo para la creación del gran género del cine mexicano: el melodrama.

Adela “Perlita” Sequeyro, era periodista y actriz Aunque había trabajado en varias producciones del cine mudo como El hijo de la loca de José Ortiz, (1923), Los compañeros del silencio de Basilio Zubiaur, (1925), esta más vinculada al cine sonoro, donde actuó en El prisionero trece dirigida por Fernando de Fuentes, (1933) Mujeres sin alma / Venganza suprema de Juan Orol, (1934)

En 1935 Adela “Perlita” Sequeyro junto a director cubano Ramón Peón, Alex Phillips, José B. Carles y Mario Tenorio, entre otros, fundan la cooperativa Grupo Éxito, que realizó Más allá de la muerte (1936) dirigida por Ramón Peón y La mujer de nadie (1937), con este ultimo film Perlita pasará a la historia del cine mexicano como la primera mujer que actuó, escribió, dirigió y produjo una película sonora.

En 1938, consigue realizar su segunda película Diablillos del arrabal, melodrama donde narra la vida de bandas juveniles, a la manera que ya se hacía en Hollywood. Tras su pasó por la dirección, abandona la actividad cinematográfica para volver al periodismo, trabajando en importantes medios de la ciudad de México como El Universal, El Sol y El Universal gráfico.

Eva Limiñana, nacida en Chile desarrolla su actividad en México, su carrera cinematográfica está unida a otra gran figura del espectáculo de origen chileno, José Bohr, multifacético artista, cantante, actor, director de cine y teatro, además de productor.

En 1933, filman La sangre manda producida por Bohr y dirigida por Raphale Sevilla con libro de la propia Eva. De allí en adelante será la productora y guionista de varios de los film de José Bohr, como ¿Quién mato a Eva? (1934), Sueño de amor, (1935) con en pianista chileno Claudio Arrau, en el papel de Liszt. Marihuana (1936), que quizá sea su último éxito. Luego de la separación de Bohr en 1942 escribe, produce y codirige Lupe y mi caballo, junto a Mario de Lara quién se encargó de hacer la asistencia técnica mientras ella se dedica a la dirección artística.

Matilde Landaeta es otra de las mexicanas claves en la apertura de caminos de la mujer en el cine, y se incorpora a la dirección después de una larga carrera, casi de escalafón: pasando por script de unos sesenta films, asistente de dirección de Agustín Delgado, José Díaz Morales, Ramón Peón, Mauricio Magdaleno, Julio Bracho y el mítico Emilio Indio Fernández.

Matilde Landaeta escribe y dirige cuatro films. Lola Casanova (1948) basado en una leyenda que recorre desde la conquista todo el territorio mexicano y que novelaría Francisco Rojas González sobre una joven que es secuestrada por indios Seris, cuando viajaba a casarse con un rico hacendado; ella no solo se adaptará a la vida de la comunidad indígena sino que con ellos formaría su familia. La metáfora es obvia acerca de la integración del pueblo mexicano. Matilde Lanadeta es la primera directora verdaderamente profesional de su país. La película, sin escapar al omnímodo aliento melodramático del cine mexicano, es una perfecta muestra del cine de esta pionera: concreto, de narración clara y sin demasiados amaneramientos. Su segundo film es la novela más popular de Rojas González, La negra Angustias, más allá de las fallas técnicas en el montaje de las escenas de batalla, es una buena rememoración de las mujeres que acompañaron a los revolucionarios de 1911, ya que Angustias no es una simple soldadera sino que llega a al grado de coronela.

Su tercer film es Trotacalles, (1951) otro de los grandes tópicos del cine mexicano, el drama sobre prostitutas. Sin ánimo moralista, Landaeta, narra el mundo del cabaret que tan de moda estuvo en el cine de su país en aquellos años. Finalmente en 1991 filma su última producción Nocturno a Rosario sobre la vida del poeta Manuel Acuña, quien a los 24 años de edad se suicidó por el amor de Rosario de la Peña, favorita en la corte del emperador Maximiliano de Habsburgo.

En Caracas, Venezuela, la actriz española Prudencia Grieffel llegada desde México, junto a su marido funda la productora Nostra. Prudencia dirigió varios cortometrajes de carácter religioso No MatarasEl Angel de la GuardiaActo de caridadLa caridad entra por casa todas de 1920. La aventura no funcionó y Nostra cerró sin mayor gloria.

Cleo de Verberena, se convierte en la primera directora brasileña con O Mistério do Dominó Preto (1930) que además escribió, produjo y protagonizó, trata sobre una mujer que se pierde en pleno carnaval,. El film fue producido en San Paulo por el estudio Épica Film, que luego de ese primer intento, cerró.

Maria Santos ha sido la más notable personalidad femenina de la primera época del cine brasileño. Jorge Amado en el prólogo al libro del brasileño Paulo Antonio Paranagua, crítico e historiador del cine latinoamericano, Le Cinema Brésilien, dice: “Carmen Santos fue estrella absoluta, mujer de izquierda, era el símbolo de nuestros sueños y nuestras ambiciones” Como actriz, filma Urutau (1919) dirigida por William H. Jansen un norteamericano radicado temporalmente en Brasil. Trabajó a las ordenes de los más emblemáticos directores de la primera etapa del cine brasileño Humberto Mauro, en Sangue Mineiro(1930) y Mario Pixoto en Limite (1930). Dueña de la productora Brasil Vita Filmes, produjo e interpretó otras tres películas de Mauro (Favela dos Meus AmoresCidade Mulher y Argila). Desde 1933 trabajó junto a Jorge Amado para adaptar las primeras novelas del escritor bahiano, pero el proyecto no consiguió fraguar. Su último trabajo Inconfidência Mineira, que se había convertido en su gran obsesión artística, le llevó diez años desde que comenzó el rodaje hasta que consiguió estrenarlo en 1948. Era una reinterpretación histórica sobre la sublevación contra la corona Portuguesa encabezado por el legendario Tiradentes, que ella escribió, produjo, dirigió y actuó. Inconfidência Mineira fue finalmente un gran fracaso y hoy su copia ha desaparecido. Los pocos registros que quedan, no resulta representativo para evaluarlo hoy críticamente. Sobre el mismo tema, casi veinticuatro años después, el cinenovista Joaquim Pedro de Andrade filmaría uno de sus más grandes éxitos Os Inconfidentes.

Gilda de Abreu, actriz, en 1936 filma Bonequinha de Seda de Oduvaldo Vianna, casada con Vicente Celestino, una de las estrellas más populares de la canción brasileña, dirige a su marido en el film O ébrio (1946), una melodramática historia muy en boga entonces. El doctor Gilberto Silva, un joven del interior que debió enfrentar innumerables obstáculos para conseguir su título, luego, rico, famoso será engañado por mujer, parientes y amigos. Gilberto desilusionado, se convierte en un mendigo alcohólico perdido por las calles de un Río de Janeiro que lo conocerá como O ébrio.

El dramón, que surge de una las canciones más populares de Celestino, se convierte en uno de los éxitos de taquilla monumentales de la historia del cine brasileño. Gilda de Abreu en 1947 producida por los estudios Cinédia vuelve a dirigir a su marido en Pinguinho de Gente, donde explota la misma formula de su primer film, sobre la lástima y la pobreza. Esta vez la víctima es una niña, pobre obviamente, ilusionada por un muñeco que ve en una vidriera pero que su madre costurera no puede comprar. La ecuación es algo así como muñeco o alquiler. Esta vez la directora no acertó con la compasión del público y la película pasó sin mayor relevancia: El fracaso no evitó un tercer intento; en 1949 dirige y protagoniza el que sería su último largometraje, Coração Materno, junto a su marido Vicente Celestino, donde tampoco logra la despertar el interés del público.

En 1973 escribe el guión para un film de Lenita Perroy, Mestiça, a Escrava Indomable.

En 1977 realiza Canção de Amor, un corto en homenaje a su marido recientemente fallecido y allí acabará su carrera como directora. Más allá de los vaivenes de su trayectoria, Gilda de Abreu fue una mujer esencial en el camino a las nuevas directoras brasileñas.

La venezolana Margot Benacerraf, no solo inicia, con sus dos únicas películas, el cine de su país, sino que ha sido formadora de las generaciones de cineastas mujeres y hombres que la continuaron, todos de alguna manera le son deudores. Fundadora de la Cinemateca Nacional, organizadora de innumerables eventos en pos de impulsar el cine venezolano, actualmente es la Presidente de Fundavisual Latina, institución para el fomento del cine latinoamericano, que creó junto a Gabriel García Márquez.

Después de terminar su carera en IDHEC (Instituto de Altos Estudios Cinematográficos) de Paris, Margot vuelve a Venezuela donde encara su primer documental, un cortometraje sobre Armado Reverón, el loco de Macuto, figura clave de la pintura venezolana. Margot se introduce en el espinoso mundo del artista que optó en sus últimos años por el aislamiento en Macuto pueblo cercano a la Guaira. Compone en Reverón (1951) un elaborado retrato del controversial artista y su mundo.

En 1959 una noticia sacudirá al cine latinoamericano, la directora venezolana Margot Benacerraf compartía el Premio Internacional de la Crítica del Festival de Cannes, nada menos que con Hiroshima, mon amour de Alain Resnais. La segunda película de Margot Benacerraf, otro documental, pero esta vez largometraje: Araya, sería la gran sorpresa y su escalón consagratorio. Araya Fue elegida como una de las cinco mejores películas en la historia del cine latinoamericano, dentro de la Retrospectiva de Latin Américan Visions (a half century of Latin American cinema 1930-1988), del Neighborhood Film/Video Project de Philadelphia, en 1990.

Araya narra un día en la vida de los trabajadores de la sal en la península de Araya en el oriente venezolano, trabajos que se realiza del mismo modo desde la conquista española. Sin olvidar lo estético, denuncia la explotación de los trabajadores.

La riquísima historia de la venezolana Margot Benacerraf, cierra sin duda el periodo de las pioneras en el cine latinoamericano, los surcos abiertos por ellas fructifican con permanente y notables éxitos, pero eso es otra historia.

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Buenos Aires, Argentina, 1955.
Escritor, periodista y crítico de cine, especializado en problemáticas (violencia social, política, migraciones, narcotráfico) y cultura latinoamericana (cine, literatura y plástica).

Ejerce la crítica cinematográfica en diferentes medios de Argentina, Latinoamérica y Europa. Ha colaborado con diversas publicaciones, radios y revistas digitales, comoArchipiélago (México), A Plena Voz(Venezuela), Rampa (Colombia),Zoom (Argentina), Le Jouet Enragé (Francia), Ziehender Stern(Austria), Rayentru (Chile), el programa Condenados al éxito en Radio Corporativa de Buenos Aires, la publicaciónCírculo (EE.UU.) y oLateinamerikanisches Kulturmagazin (Austria).

Realiza y coordina talleres literarios y seminarios. Es responsable de la programación del ciclo de cine latinoamericano "Latinoamericano en el centro" , uno de los más importantes del país, que se realiza en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires.

Ha publicado la colección de cuentos El Guerrero y el Espejo(1990), la novela Señal de Ausencia(1993) y La guerra de la sed (2009),con prólogo de Sergio Ramírez.

Es colaborador de la sección de "Cine" de Carátula.