Poesía hondureña
1 junio, 2009
La siguiente muestra pertenece a “Poemas de onda corta”, el más reciente libro del autor, que se promociona este año a nivel internacional por medio de la editorial hondureña Pez Dulce.
Dame más tiempo vida…
Roberto Monzón
Thymos
Dame más tiempo, palabra,
el viento me apaga cuando me enciendes
y una extraña raíz
crepita profunda sin mostrarme su fuego.
Dame más tiempo, palabra,
el silencio y su herrumbre
no mellarán tu filo:
serás de nuevo la hiedra,
aguarda,
el principio y la magia,
aguarda,
no me hagas tomar el lápiz
tan sólo para clavarlo despacio
en mi garganta.
Campanas para un ángel
Cuando era un ángel
las campanas sonaban más alegres,
la naftalina flotaba en el aire
y un velo blanco adornaba en la prisa
el altar con flores del patio
y jarrones prestados.
Aquel niño muerto
no tenía foto para su vela,
ni anécdota, ni sobrenombre,
era un ángel, nada más,
un soplo de polen que vagaba hacia los ojos
para hacerlos llorar.
Acompañarlo traía buena suerte,
soñarlo, dinero…
Bastaba un hombro para cargarlo
y nueve meses bien amados para olvidarlo.
Cuando un ángel moría,
los niños jugábamos al entierro
sembrando cigarras bajo el mango.
Mensaje en una bombilla
Por elección o exilio,
a la luz hay que ir
para quemarse,
horca radiante
en la que se muere iluminado.
Por elección o exilio,
fugaz como el sol de las cinco
a la luz hay que ir
para quemarse, las alas
el deseo nómada
el complejo de avestruz
de tubérculo sabio
de cofia.
Por elección o exilio,
a la luz hay que ir
con los ojos en blanco,
cegados en la llama,
carbonizados
por las chispas del vuelo.
Kinshasa memories
Vuelvo a Kinshasa, mi amor,
dulce paranoia que repito
en cada vuelo que regresa desde el sueño al día.
En pleno goce del clima
percuto sobre el tambor del verano
y clavo en las paredes, con lanzas,
mi colección de pájaros humana.
Supura el sol, enfermo,
la aldea crece y se consume a sí misma,
nada desconocida a mis ojos,
babel de termitas o estatua de polvo,
pero feliz la mirada por volver a vos,
oh abandonada…
Tu pelo revuelto y medusa
envenenándolo todo,
el asedio del incendio
y el pánico del amante presa del deseo
inocultable en los parque calcinados,
en los hoteles destruidos,
en el delirio de la ceniza que hace las veces de nieve.
Estoy de vuelta, amor mío,
amaestrado en tu aro de fuego,
como el dulce paquidermo de la amnesia
te saludo, oh Kinshasa,
Serenísima,
Capital Augusta de la América Central.
II
En kinshasa no queda lluvia.
La tribu perfora los cerros y busca los odres
-que dicen- yacen repletos bajo el suelo.
Así, pierden las manos y el sueño,
abren enormes surcos,
señalizan con huesos y mascan raíces
hasta dejarlas resecas.
Un constante zumbido es la palabra
y la aldea crece en octágonos incontenibles,
en un andamiaje feroz
donde guardan la breve historia de su tiempo.
No pasa nube en Kinshasa,
tan sólo, un interminable temporal de langostas
que se encarga de arrasar las techumbres
y a las precarias flores
que todos dan por llamar esperanzas.
Cuento del avión que nunca regresó
I
Para entonces
los aviones os habrán cortado las manos.
El cielo caerá como un pañuelo
y las rutas, serán borradas por los motores.
Eso lo pienso ahora
que veo estremecerse los fuselajes,
cuando se agazapan las montañas
y los pájaros se vuelven invisibles.
Tegucigalpa, es el risco más lejano,
en ella anidan serpientes aladas
y San Jorge se ha inventado las suyas.
Los aviones son miopes
los aviones tiemblan al mirarnos de frente.
¿Y a qué vendrán a esta ciudad
que siempre está diciendo adiós?
Cuando cruza un avión,
Tegucigalpa entera se detiene para decirle adiós.
Las familias corren al final de la pista
en un afán de accidente y fantasías de cisnes.
Los aviones van de paso
huyendo de nuestro adiós.
II
Todo avión es el último
y a él, Saigón, me encomiendo.
Ruego por él en las terrazas,
disputo un espacio para que me mire,
pero el tiempo vuela lejano
y otras pistas mejor plantadas lo retienen.
¡Ah hermoso zumbar de los motores!
Te sueño rompiendo los cristales y engullendo a tu paso
la oración migrante de los miedosos.
¡Hidráulico tren de aterrizaje!
Te imagino sobre pistas de hielo
girando en silencio hacia las salas de espera
pero no llegas, no.
El cielo no se abre resplandeciente
y ningún altavoz anuncia tu gloria.
De vez en cuando
pasa un pájaro y creo alcanzar su sombra,
recorro media ciudad tras él
hasta el momento en que baja
a picotearme el rostro.
Todo avión es el último
y a su ausencia, miserable,
en medio del humo de miles de cigarrillos,
le sacrifico boletos, angustias y equipajes.
La luz proceso de
Nacen las voces en una especie de trance,
y es así como se entiende
el por qué los cerros tienen la textura del pan,
porque además te lo vas repitiendo:
“el cerro está en rodajas como el pan”,
y luego, cualquier fragmento de luz
reclama su nombre y origen,
por eso es que gritás chispas y decís:
“qué buena es la luz que no existía”
“qué buenas las carreteras de mi país”
“qué buenas las familias que tapan agujeros en ellas…”
y es entonces que te sentís tan humano,
pensás en lo afortunada que es la esposa bien recibida en casa,
pensás en los gatos tramando una conjura
y en las lotificaciones que se abren temprano en la noche
para los miles de obreros que por fin quieren soñar…
Es entonces que te volvés insoportable,
desnudás a medio mundo con tu poesía de rayos x,
vas murmurando galimatías en el colectivo
y pensás: “qué buena era la luz cuando no existía”
qué buenas las familias con su unidad en la miseria,
las esposas que no tienen ningún libro con quien competir,
¡Pero ay, qué buena es la humanidad
con sus ojos de caracol atisbando la lejanía!
Del buzón de sugerencias en la NASA
If you believed
R.E.M.
they put a man on the moon
Partiendo del hecho controversial
de que a la luna jamás llegó la intromisión del hombre,
porque algunas huellas se refutan
después de ver algunas fotografías
en las que Aldrin rebota marsupial
sobre una arena tan fina como la hallada en Malibú
y que algunas sombras se repiten
y que en el fondo no se delata siquiera
el tremendo nudo del planeta tierra.
Una luna tan brillante como la de hoy
sólo puede ser artilugio de mentes brillantísimas,
una luna como la de esta noche
con seguridad está llena de mil artilugios desconcertantes.
Esta, no es la casa donde Tlaloc
encontró muerta a Coyolxauhqui ,
ni tampoco la que acompaña a menguantes amores
en los balcones de la historia.
A lo sumo, Hollywood nos viene arrebatando sueños
para combinarlos con mejor técnica
en una deslumbrante producción de Sci Fi.
Demasiados faroles fueron astros en mis borracheras
para que yo venga a creer en esto.
La luna avisa y no sorprende,
jamás se le vio tanta impudicia a su trajes,
y siempre las nubes colaboraron con su moral de niña romana,
Además: el conejo que guarda en su corpiño
jamás nos ha mirado tan precoz como lo hace ahora.
Sólo alguien que no viva en esta época
podría creer y suspirar bajo esta luna llena,
¡Ja!.
Mandamientos para un viaje a Europa
No cantarás
a un continente
cuyo ánimo poblaron los mimos;
estatuas de cera tan reales,
mendicantes que azotan a quien les habla,
esos que cruzan las calles
como solitarios galeones de Manila
saqueados
sin un doblón de asombro.
El mar, su cielo
puros cuentos de museo.
No cantarás
ni codiciarás –como ellos- el país de tu hermano.
Sabrás de su sal
conocerás sus panteones
llorarás sus poetas.
Fornicarás en Ámsterdam
y serás la bomba en los ojos del ario,
serás invisible, te bautizarán Mohamed
y por primera vez
rezarás con nostalgia a tus dioses morenos.
No pronunciarás tu nombre en falso
cuando la visa te sea apartada con sospecha,
cuando revisen tus dientes
y exploren el poco dinero que carga un iluso
para gastarse en te quieros y postales.
No matarás,
aún y cuando todo diga lo contrario.
Polo a tierra
En aquellos tiempos
creí que sólo la poesía me salvaría.
Y ahora,
con las pruebas
del silencio y la estridencia
lo entiendo
lo sé
soy salvo;
fe sin erratas
frecuencia de la palabra en la carne
verbo que sumerjo en la herida.
En aquellos tiempos
sólo la poesía era salva,
región de espinos
reino sin poderes,
sin embargo
tan ancha como el cielo
al cual nunca ascenderé.
Eukarystía
No siempre fue el amor
el rayo empuñado que primero enceguece y luego
calcina con sus besos.
Hubo días de amarras ceñidas
y de falso tacto amansando las olas;
días de estragos
y de blandas paredes para asestar los golpes,
días de blancas herrumbres
y de blasfemas plegarias a un dios castrado.
Fue aquel amor
una especie de cirio,
un arrastre de cadenas y salterios
donde invocaba
con voz ronca y pesada
la liviandad de un cuerpo sobre otro,
el estigma de unos labios
que marcaban los sitios del placer y la memoria.
No fue tan puro el amor.
Algo tenía de incierto,
de fruta mala.
Sabanagrande, Francisco Morazán, Honduras, octubre, 1974.
Ha publicado los poemarios Sextos de Lluvia, 1998; Poemas contra el miedo, 2001; Solares, 2004; Imposible un ángel (antología), 2005 y Poemas de onda corta, 2009. Su poesía también aparece reunida en las siguientes antologías: Cien Años de Poesía Política en Honduras, Roberto Sosa, 2003; La Hora Siguiente, poesía emergente de Honduras, Salvador Madrid, 2005; Imposible un Angel, Il Miglior Fabbro editores, 2005; Versofónica, Antología en Formato digital, producción de Il Miglior Fabbro editores y Sexta Vocal; Muestra de poesía de Honduras, Revista Tinta Seca, México, Saul Ibargoyen; Proyecto Papel de Oficio, Cuadernillos de Poesía Joven, Secretaría de Cultura – Paíspoesible, 2006; Las Rutas del Viento, antología luso-española, Alfredo Pérez Alencart, Universidad de Salamanca – Gobierno de Portugal, 2005; La Herida en el Sol, antología Poesía Centroamericana Contemporánea, Marcos Campos, Editorial de la UNAM, México, 2008; Diccionario de la Literatura Centroamericana (UN- Edit. Costa Rica), 2008; y en la Revista Prometeo, XVIII Festival Internacional de Medellín, Colombia. Ha participado en diversos festivales como el II Festival Internacional de Poesía de El Salvador, Concultura 2003; Encuentro Permanente de Poetas, San Salvador 2003; V Festival La Poesía Tiene la Palabra, Casa de América, Madrid-España, 2005; IV Festival Internacional de Poesía, Granada, Nicaragua, 2008; V Encuentro de Escritores de Centroamérica y el Caribe, Costa Rica, 2008 y como invitado al XVIII Festival Internacional de Medellín, Colombia, 2008.