Selección poética: Manuel Parra Aguilar

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SEPULTURA ABIERTA 

en el andar bajo la arboleda
circula el canto apenas rojo de los pájaros
queda estrictamente 
prohibido mirar hacia arriba
o arrojar alpiste al suelo
ante la duda mejor reír
al escuchar
            –cuash cuash–
                        los excrementos

TARDE QUE NUNCA 

en las ramas de la arboleda
   –lluvia que no cae–
sube aquello quebradizo de la sombra
ave que detiene su canto,
aguza la mirada al menor ruido      

 

 

YO YA LA BRINQUÉ 

de la higuera cuelgan los frutos reflejados en el agua
sobre las hojas está el polvo,
restos de la enorme vaca que murió antes que vinieran las lluvias 
el redondo viento juega con un higo que cayó sobre la tierra          

    

 

 LA VIRGEN DE LA CUEVA 

se oye el chapotear del agua
y justo en las orillas del pie se forma un charco
los frutos caen de las ramas
–que sí, que no–
pero 
los niños siguen jugando

los niños juegan todavía       

   

 

DICEN QUE ROBAR ES MALO 

 cuando menos
del lado de la acera
se acostumbra poner los anuncios, 
ya depende de quien los ve y los ignora: 
«¡ojo! cuidado con el perro»            

 

 

ME MANDA UN PAPEL 

no hubo tiempo de cerrar las ventanas
cuando llevaban en hombros el cajón del niño muerto
en la tarde de no sé qué día
el cortejo hizo el camino
“es un muerto”, dijo alguien
pero no lloré
ni ganas me dieron            

 

 

TODO EN UNA PIEZA 

la tarde quemó su traje de nubes
en alguna parte de la cañada se oye el bramido del becerro
la vaca pace indistinta al caer la primera gota de agua 
después se echa sobre la yerba y también muere              

 

*Los poemas aquí presentados pertenecen al libro Breves.